El cantautor aseguró que le preocupa todo lo que tenga que ver con la comunidad latinoamericana
Nunca ha sido indiferente Alejandro Sanz con lo que sucede en el país. Desde aquel febrero de 2004 cuando dijo, a propósito de las firmas recogidas por la oposición para lograr un referéndum revocatorio del mandato de Hugo Chávez: “A mí, si me dieran 3 millones de firmas para que dejara de cantar, dejaría de cantar”.
Comenzaba entonces una tensa relación con el gobierno de Chávez que continúa hasta hoy, pues el cantante español no pierde oportunidad para condenar lo que se vive en Venezuela. “Estaba de gira y di mi opinión creyendo que me encontraba en un país libre. Al día siguiente me di cuenta de que no”, recuerda en la conferencia de prensa en la que habla del espectáculo que ofrecerá hoy en Viña del Mar.
Rememora. “El presidente Chávez salió en su programa de televisión echándome del país. Y después de eso no pude volver en mucho tiempo”. Y agrega que le preocupa todo lo que tenga que ver con la comunidad latinoamericana. “Vivo en Europa pero tengo que ver más con Latinoamérica que con Suiza, en todos los aspectos”.
Sin embargo, mantiene las esperanzas. “El pueblo venezolano habló en las últimas votaciones, es muy bueno lo que está pasando. Ojalá salga de la miseria en la que lo han metido, porque es un gran país donde merece estar su gente, buena gente trabajadora”.
Aprovechó para condenar, también, el machismo en la región a propósito de un hecho ocurrido en México, donde ordenó sacar de su concierto a un hombre que maltrataba a una mujer. “No hice nada extraordinario. Creí que estaba mal”.
“Pues, ojalá y pronto”, dice cuando se le pregunta si piensa ofrecer conciertos en Venezuela. Quizá, como dijo también Ana Torroja en Viña del Mar, será cuando las cosas se calmen.
HILDA LUGO CONDE
El Nacional Web