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Alegría de tísico

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Alegría de tísico


 
 Esa ilusión pasajera de que todo está bien, pero no es así, podemos aplicarla a la felicidad que tanto pregonan las autoridades del gobierno chavista cuando se refieren a la supuesta mejoría económica que se ha registrado en el país. Una afirmación que no tienen cómo sostener porque los números dicen lo que ellos intentan ocultar.

 

 

Nicolás Maduro se llena la boca con el anuncio de que la economía venezolana ha crecido dos dígitos. Dicho así, al garete, suena a buena noticia, a motivo de celebración e incluso se podría pensar que el gobierno que él preside está haciendo algo bien. Menos mal que existen académicos y economistas que se encargan de ponerlo todo en perspectiva, como el profesor Humberto García Larralde: “Se trata de un aumento con relación a niveles de actividad económica absolutamente paupérrimos. A pesar de la inexistencia de cifras oficiales, hay coincidencia en señalar que, para el cierre del año 2020, esta había descendido a apenas la cuarta parte de la de 2013”.

 

 

Indica Larralde en su artículo publicado en este diario que es obvio que si se habla de un crecimiento de 7,8% durante el primer semestre del año y se toma en cuenta el tamaño de la economía que maneja en la actualidad el país, se habla más bien de algo cercano a 2%, y eso si se mantiene durante los 6 meses que restan. “Otra manera de calibrar la magnitud de la devastación urdida por los ‘revolucionarios’ sobre los medios de vida de los venezolanos es señalar que recuperarse de una caída de 75% implica que la economía aumente 400%”, afirma el catedrático, y bien lejos estamos de ese porcentaje.

 

 

Se sabe que el gobierno chavista ha devastado la economía venezolana y la ha hecho viajar al pasado; pero no hay que perder de vista ese año, 2013, que fue cuando Maduro se atornilló en Miraflores por mandato del mismísimo Chávez. Si bien es cierto que ya Venezuela no está en medio de una hiperinflación, todavía es obvio el golpe que sienten los venezolanos en el bolsillo cada vez que salen a comprar alimentos. Por eso los números de organizaciones como el Cendas son tan importantes, no se pueden dejar pasar y hay que mirarlos en el contexto adecuado. Un poco más de 459 dólares necesitó una familia para comprar los 60 productos de la canasta alimentaria, son casi 20 salarios mínimos que no los gana la mayoría.

 

 

 
Otros economistas afirman que, aunque la empresa privada ha hecho esfuerzos para aumentar los sueldos y salarios en estos primeros seis meses, tanto como 36%, sigue sin alcanzar el dinero para cubrir las necesidades, pues la inflación se come al menos 7% de esos montos en divisas. Tal parece que lo que llama Maduro “mejoría” no es más que la inercia del “dejar hacer” que pusieron ellos en práctica cuando se dieron cuenta de que lo mejor era dejar circular los dólares que limitar su uso. No hay política económica diseñada desde ninguna instancia del gobierno chavista para salvar al venezolano de esta crisis.

 

 

Ni macroeconómicamente, como señala García Larralde, ni en el bolsillo de la gente común se percibe ninguna mejoría ni mucho menos crecimiento. No hay producción que avale los porcentajes que tan alegremente anuncia Maduro, no hay recuperación industrial que cree empleos y estabilidad, lo que hay es un grupo de enchufados que se han adueñado de los puertos y que traen contenedores llenos de productos sin pagar impuestos.

 

 

En más de 20 años de gobierno chavista no se ha visto el progreso.

 

 

Editorial de El Nacional

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