Sometido a una convención de base
El preacuerdo deberá recibir en dicho congreso el visto bueno de los 600 delegados del partido para poder iniciar negociaciones formales de coalición; si llega a fructificar un pacto de gobierno, éste deberá superar aún una consulta entre los 445.000 militantes de base.
Martin Schulz tiene previsto visitar varias delegaciones regionales a lo largo de la próxima semana, buscando adeptos al preacuerdo
Si se salvan todos los obstáculos, Merkel se podría someter a su proclamación hacia finales del mes de marzo
Berlín.- El ala izquierdista del Partido Socialdemócrata (SPD) alemán exige mejoras en el preacuerdo de coalición alcanzado con el bloque conservador de la canciller Angela Merkel y que deberá someterse a la ratificación de un congreso extraordinario de la formación la próxima semana. Para el vicepresidente del SPD, Ralf Stegner, antes de dar el sí a lo pactado deben suprimirse aspectos, a su juicio sin sentido, aunque se declara partidario de iniciar negociaciones formales para una gran coalición, según publica hoy el dominical del diario Die Welt.
Más crítico es su correligionario y alcalde-gobernador de Berlín, Michael Müller, quien declaró al diario Der Tagesspiegel que una mera repetición de esa alianza no tiene sentido y pidió mejoras en política migratoria, entre otros apartados, informó Efe.
Estas críticas desde la cúpula del partido se suman a los mensajes de alerta contra el texto pactado por el líder del SPD, Martin Schulz, lanzados ayer desde las delegaciones regionales de dos estados federados. En el «Land» de Sajonia-Anhalt, en el este del país, se impuso por un voto (52 contra 51) el no a otra gran coalición con Merkel, de acuerdo a la moción de rechazo defendida por las Juventudes socialdemócratas (Jusos).
Los Jusos consideran que lo pactado es una «declaración de bancarrota» del partido y se han movilizado para tratar de bloquearlo en el congreso extraordinario del SPD del día 21 en Bonn. Los Jusos tienen 70.000 miembros, del total de casi medio millón de militantes, pero su líder, Kevin Kühner, ha mostrado una gran capacidad de movilización contra las consignas de la cúpula.
En el de Hesse, en el oeste, los delegados se pronunciaron por incluir «cambios» en el preacuerdo, presentado por Schulz y Merkel como un resultado sólido y equilibrado, tras una ronda negociadora de más de 24 horas.
El preacuerdo deberá recibir en dicho congreso el visto bueno de los 600 delegados del partido para poder iniciar negociaciones formales de coalición; si llega a fructificar un pacto de gobierno, éste deberá superar aún una consulta entre los 445.000 militantes de base.
Esta modalidad de ratificación ralentiza aún más la formación del nuevo Gobierno, tres meses y medio largos después de las elecciones generales, de modo que, si salvan todos los obstáculos, Merkel se podría someter a su investidura hacia finales de marzo.
El preacuerdo fue presentado el viernes al mediodía tras la intensa ronda negociadora entre Schulz, Merkel y Horst Seehofer, el líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller. La CSU logró que prosperasen algunas restricciones a la política migratoria que exigía y dio así el giro derechista que anhelaba para recuperar posiciones ante su electorado, de cara a los comicios regionales que se celebrarán en Baviera el próximo octubre.
El SPD se quedó a medio camino, ya que no logró que prosperasen sus propuestas para subir los impuestos a los ingresos más altos, aunque sí defendió con éxito una serie de mejoras en jubilaciones, sistema sanitario y ayudas a la familia. Schulz tiene previsto visitar varias delegaciones regionales a lo largo de la próxima semana, lo mismo que piensa hacer el líder de los Jusos, determinado a ganar adeptos para la cita en Bonn.
EFE