Al menos cinco policías murieron y otras 20 personas resultaron heridas en un atentado suicida con bomba hoy dirigido a un grupo de policías que vigilaban una pequeña manifestación en el este de Kabul.
El atentado suicida tuvo lugar hacia las 20.45 locales (16.15 GMT), en el área de Banaee, en el este de Kabul, durante una pequeña manifestación de residentes de la capital afgana, dijo a Efe el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Nasrat Rahimi.
El objetivo del atentando eran los policías que custodiaban la manifestación, aseguró Rahimi.
«Se trata de un ataque suicida contra las fuerzas de seguridad de la zona, aunque todavía estamos recopilando detalles sobre las víctimas y otros aspectos del ataque», subrayó el portavoz.
Una fuente policial, que pidió el anonimato, reveló a Efe que «al menos cinco policías» murieron, a la vez que añadió que las víctimas del atentado podrían aumentar, ya que el recuento es complicado al haber sido trasladas a diferentes hospitales de la capital.
El Hospital de Emergencia de Kabul, a donde suelen trasladar a las víctimas del conflicto afgano, informó a través de su cuenta de Twitter de que «al menos 20 heridos» por la explosión fueron trasladados a su centro quirúrgico.
El atentado todavía no ha sido reivindicado por ningún grupo insurgente. Kabul fue objetivo el pasado año de graves ataques insurgentes.
El pasado jueves 40 personas murieron y más de 30 resultaron heridas en un atentado suicida en la capital contra un centro cultural de la minoría chií, que alberga una madrasa o escuela coránica, una mezquita y las oficinas de una agencia de noticias.
Además a finales del pasado mayo se produjo en la capital afgana el peor atentado en el país desde 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.
Desde el final de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
EFE