El monitoreo de comunicaciones de los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de México, Enrique Peña Nieto, demuestra que los dos gobernantes fueron blancos «personales» del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, afirmó el columnista de «The Guardian» Glenn Greenwald.
Según Greenwald -quien divulga los documentos filtrados por el ex consultor del servicio secreto estadounidense Edward Snowden-, los documentos que demostraron el monitoreo de llamadas telefónicas y comunicaciones de e-mail de Rousseff y de Peña Nieto demuestran que el espionaje norteamericano «se dirige muy personalmente a líderes democráticos», indicó DPA.
«Los blancos fueron estos dos líderes (Rousseff y Peña Nieto), en forma personal», afirmó el reportero en entrevista al portal UOL, del diario «Folha de Sao Paulo».
«Quizás haya otros líderes a los que están haciendo esto, pero es raro hacerlo con aliados, con países amigos, como Brasil y México», agregó Greenwald, quien sin embargo se manifestó convencido de que «Brasil es el gran blanco de Estados Unidos».
El columnista agregó que está trabajando «todos los días» con los documentos que recibió de Snowden, y que en breve divulgará denuncias sobre espionaje en otros países: «Yo voy a publicar todos los documentos, hasta el último (…). Estoy trabajando todos los días para analizar más documentos».
La revelación sobre el espionaje a Rousseff y a Peña Nieto -cuando era todavía candidato a la presidencia- generó enérgicas manifestaciones de rechazo por parte de Brasil y México, que exigieron explicaciones de Washington sobre el tema.
En el caso brasileño, la denuncia agregó tensión a la relación con Estados Unidos. Brasilia sostuvo que el espionaje a la jefa de Estado del país constituye un hecho «inadmisible e inaceptable» y significa un acto de «violación de soberanía».
Brasil exigió que la Casa Blanca presente rápidamente explicaciones «formales y por escrito» sobre el tema, y en base a ello definirá los próximos pasos de su reacción, que podría incluir un aplazamiento o hasta una cancelación de la visita de Estado de Rousseff a Washington, programada para el 23 de octubre.
Fuente EU