Días atrás, la noticia de que la vacuna desarrollada por Rusia contra el coronavirus (COVID-19), Sputnik V, no contaba con la aprobación necesaria para ser aplicada a mayores de 60 años de edad despertó la alerta de aquellos países que sellaron un acuerdo con el Kremlin para hacerse de dosis e inocular a su población.
Si bien tras ello llegó la confirmación oficial por parte del gobierno de Vladimir Putin, la falta de información detallada al respecto de los ensayos despierta dudas en varias naciones. Otras, sin embargo, confían en la eficacia anunciada mayor de 90%.
Venezuela, Bielorrusia, Brasil y Argentina confirmaron el acuerdo con Rusia.
El hijo del presidente en disputa Nicolás Maduro, por ejemplo, ya se vacunó. El pasado 12 de diciembre, en medio de los ensayos que se llevan adelante en Venezuela para analizar la eficacia de este fármaco, que de acuerdo con investigadores del Instituto Gamaleya, que lidera el proyecto ruso, cuenta con una eficacia de 91,4% “Nicolasito” recibió su dosis.
Horas antes, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, había reiterado que el chavismo negociaba con Rusia la compra de este medicamento, de acuerdo con lo publicado por la agencia de noticias Télam.
En Bielorrusia, los voluntarios comenzaron los ensayos de esta vacuna en octubre. Desde el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), que comercializa la vacuna, indicaron a La Nación que el acuerdo se anunció el 28 de septiembre y que el país fue el primero en iniciar las pruebas, que se llevan a cabo en ocho instituciones médicas seleccionadas. Las negociaciones para la compra ya están activadas aunque aún no se conocen más detalles.
En Brasil, se está cerrando también un acuerdo aunque no de carácter nacional. Por el momento solo un estado se mostró interesado en adquirir: el estado de Bahía, en el noreste, comunicó el 11 de septiembre, a través de su Secretaría de Salud, el suministro de hasta 50 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, la primera registrada en el mundo. Las entregas están sujetas a la aprobación de los reguladores de Brasil. El acuerdo también permite a las partes distribuir la vacuna en todo el país en el futuro.
Al tiempo que las charlas se dan entre gobiernos, en varios países distintas empresas del sector privado están también en conversaciones. Tanto la India como Corea del Sur, Nepal, Uzbekistán, Egipto, México y Kazajistán tienen firmas interesadas.
En México el 9 de septiembre el RDIF y la farmacéutica Landsteiner Scientific anunciaron un acuerdo para el suministro de 32 millones de dosis de la vacuna rusa, lo que ayudaría a inocular a 25% de la población. El operativo está sujeto a la aprobación de los reguladores del país.
En la India el laboratorio Dr. Reddy’s arregló recibir 100 millones de dosis. En empresa egipcia Pharco espera 25 millones; la farmacéutica nepalí Trinity, también 25 millones; Laxisam, de Uzbekistán, 35 millones; SK-Pharmacy de Kazajistán, el distribuidor exclusivo del Ministerio de Salud de la república, es otro de los que negoció aunque no trascendió la cantidad.
– Se negocian sociedades –
Además de los tratos que avanzan para distribuir el fármaco en varios países, desde el Kremlin se negocian sociedades para la producción. En el estado brasileño de Paraná el 12 de agosto las autoridades rusas y locales acordaron cooperar para producir y distribuir la Sputnik V. El director general de RDIF, Kirill Dmitriev, y el gobernador del estado de Paraná, Carlos Massa Ratiño Junior, participaron en la ceremonia en línea para la firma del acuerdo. La idea también implica que desde este lugar se distribuye a los demás países de la región, como la Argentina.
Corea del Sur tiene otra de las firmas detrás de un convenio. El 13 de noviembre GL Rapha, una de las principales empresas de biotecnología, acordó producir “más de 150 millones de dosis al año”, de acuerdo con el comunicado oficial ruso. En la India, en conjunto con la empresa Hetero Biopharma, esa cifra es de 100 millones.
Pese a la información que llega desde el Kremlin, la comunidad internacional aún no está convencida de los resultados en tanto llegan a cuentagotas y no son suministrados a los organismos internacionales ni a las revistas científicas de prestigio académico.
– Efectos adversos –
A través del periodista Ricardo Benedetti, se filtró parte del expediente interno de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) que recomendó al Ministerio de Salud de Argentina, la “autorización de emergencia” de la vacuna del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés), Sputnik V.
La Nación confirmó la veracidad del texto a través de fuentes con acceso al documento interno de la Anmat y que expone parte de la información que aún no hizo pública el RDIF sobre el total de voluntarios de fase 3 que tuvieron efectos adversos y cuáles fueron los mismos. En tanto, desde el Ministerio de Salud, indicaron a este diario que se debería consultar sobre el documento a la Anmat.
Según el texto, el evento adverso más frecuente observado fue un síndrome similar a gripe. Además, tres adultos mayores de 60 años de edad, uno de los grupos de riesgo frente al SARS-CoV-2 y prioritario en la línea de vacunación después del personal médico, sufrieron efectos adversos graves tras recibir las dos dosis de la vacuna Gam-COVID-Vac. Pero según expertos consultados por La Nación, estos últimos serían efectos que no tendrían directamente que ver con la aplicación de la vacuna, aunque no queda explicitado en el texto filtrado.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
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