Es el nuevo ‘must’ de belleza para esta temporada. Aceites faciales, aceites para el cuerpo, aceites para el pelo y hasta aceites para los labios. Hidratan, nutren, protegen, regeneran, reparan, iluminan… Se aplican fácilmente y como suelen ser secos, aunque parezca contradictorio con un aceite, se absorben rápidamente y no dejan sensación pringosa.
Tradicionalmente en belleza el aceite se ha asociado a aromaterapia, a masajes relajantes, con poderes curativos. En cosmética hace ya algunos años que se usan aceites hidratantes después de la ducha, aceites para bebés, aceites bronceadores, desmaquillantes…
Pero en los últimos meses el aceite se ha convertido en el nuevo ‘must’ de belleza. Muchas son las firmas cosméticas que han lanzado aceites faciales y para el cabello. ¿Por qué? Aunque cada aceite, y hay muchos (de argán, de jojoba, de oliva, de rosa de mosqueta, de coco…), tiene sus características y propiedades específicas, en general los aceites hidratan y nutren la piel, regeneran, reparan y mejoran el tono, ayudan a combatir las arrugas prematuras e iluminan. Son un plus para tu ritual de belleza diario.
Los aceites que puedes encontrar en la gran mayoría de firmas cosméticas suelen incluir en sus formulaciones una mezcla de diferentes aceites. Algunos son en seco, es decir, no dejan esa sensación grasa y pringosa típica de cualquier aceite, y se pueden utilizar incluso en las pieles grasas. Ten en cuenta que dan mucho de sí, es decir, con 2-3 gotas tendrás suficiente para el rostro y el cabello. Si los usas en el cuerpo, necesitarás algo más.
¿Cómo utilizarlos?
Los aceites corporales, los más veteranos, se aplican sobre la piel húmeda o seca. Es una forma rápida de hidratar tu cuerpo después de la ducha. Los aceites faciales suelen aplicarse por la noche: solos, antes del tratamiento habitual, o también puedes añadir unas gotas a la mascarilla.
En el pelo tienes dos opciones: sobre el cabello seco, con unas gotas solo por las puntas, aportarás brillo y un acabado perfecto; sobre el pelo mojado, puedes usar más cantidad, aunque siempre evitando las raíces, y conseguirás una melena sedosa, fácil de peinar, sin encrespamiento y con un brillo espectacular.
Fuente: Mujer Hoy
