Al cumplirse un mes de haber ocurrido el siniestro aéreo donde los dos tripulantes de un Learjet 60 perdieron la vida, los habitantes afectados de la urbanización Parque Valencia (Car) intentan volver a su rutina y aún esperan que los daños sufridos sean resarcidos.
Las estructuras de las edificaciones situadas en la parroquia Rafael Urdaneta muestran las huellas del impacto aunque los vecinos tuvieron que sacar de sus bolsillos para reparar las rejas y habilitar algunas áreas que quedaron destrozadas por los escombros.
A las diez de la mañana del pasado 5 de mayo se precipitó a tierra la aeronave de matrícula norteamericana N119FD luego de haber despegado del aeropuerto de Charallave con destino al aeropuerto Arturo Michelena de la ciudad de Valencia.
En el siniestro pereció el piloto Luís Maldonado y el copiloto Rodolfo Dilona y seis vehículos resultaron quemados debido al posterior incendio generado por el impacto. Cuatro semanas después de la tragedia los vecinos se sienten afortunados, aunque lamentan que la empresa propietaria de la aeronave aún no haya cumplido con su palabra de reparar los daños.
Luís Alfonso Pérez, vecino del edificio Flamingo Park, recordó que unos abogados les hicieron firmar unos documentos y les prometieron que una aseguradora solventaría los destrozos. “La alcaldía de Valencia también nos prometió ayuda, pero nunca llegó. Nos pareció sospechoso que nadie nos quiso informar la identidad del propietario de la avioneta. Aquí estamos esperando, pero la paciencia tiene un límite”, manifestó.
Cuatro vehículos incendiados permanecen en la entrada de las edificaciones mientras que las paredes exhiben huecos. El hollín provocado por las llamas se mantiene en los muros.
Fuente: ÚN