Del mandatario sólo se sabe lo que dice el gobierno: lo último es que está en el Hospital Militar de Caracas y que -según dijo el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, en cadena nacional- su salud ha empeorado con una severa infección y un deterioro de su condición respiratoria.
Fuera de la escena pública desde que el pasado 10 de diciembre partió hacia Cuba para su cuarta operación contra el cáncer, la figura de Chávez continúa omnipresente en discursos oficialistas y en la propaganda gubernamental.
Mientras el vicepresidente Nicolás Maduro aparece como la cabeza visible del gobierno, en la oposición viven en clima preelectoral y los potenciales candidatos comienzan a posicionarse.
Además, empieza a ser recurrente que -según se acerca el viernes, cuando se cumplen los 90 días- se disparan los rumores y la intranquilidad acaba teniendo que ser atajada por una intervención pública de Maduro o Villegas. El domingo hubo una marcha opositora y su contraparte oficialista a pocos kilómetros.
En principio, debería bastar una aparición del presidente para poner calma en lo enrarecido del ambiente, un río revuelto en el que es difícil identificar quién lleva la ganancia.
“Todo el mundo pierde. Y pierde el pueblo venezolano porque esta actitud de incertidumbre ha traído enorme malestar a los venezolanos”, le dijo a BBC Mundo Carlos Romero, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela.
¿Gana Maduro?
Con la ausencia de Chávez quien ha adquirido protagonismo ha sido Maduro, con lo que se pudiera identificar como quien, por consiguiente, resulta beneficiado por el silencio presidencial.
Sin embargo, analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que la popularidad de Maduro va íntimamente ligada al hecho de que fue el propio Chávez quien lo designó como su hipotético sucesor.
Al anunciar que regresaba a Cuba por habérsele reproducido el cáncer, el mandatario les pidió a los suyos que, de haber elecciones, votaran por Maduro. Desde entonces, los índices de popularidad del vicepresidente se han multiplicado.
“A Maduro le interesa que la conexión con Chávez se mantenga. No le sirve que Chávez esté completamente ausente porque empieza a minarse la confianza. Por eso, las fotos; por eso, traerlo a Caracas”, le comenta a BBC Mundo Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
Según León, la creciente popularidad de Maduro, gracias al endoso de Chávez, tendrá en el corto o mediano plazo un punto de inflexión y pasará a decaer en la medida en que se diluya la conexión con el presidente.
“Ellos tienen una fuerza vinculada a la fuerza de Chávez. Ellos necesitan poner gasolina a la conexión, que de lo contrario se puede debilitar”, concluye León.
¿Gana la oposición?
“No gana la oposición porque esta situación alborotó el avispero en el sentido en que abrió de nuevo el tema de la candidatura presidencial”, opina Romero.
No en vano, en caso de que la enfermedad presidencial termine en un desenlace fatal, la Constitución exige que se celebren nuevas elecciones.
A los últimos comicios presidenciales, en octubre de 2012, diversos movimientos opositores acudieron unidos en torno de la candidatura de quien había resultado vencedor en elecciones primarias, Henrique Capriles, gobernador del Estado Miranda, que abarca buena parte de Caracas.
Se trata de un grupo heterogéneo que encontró en presentarse con un candidato unitario su mejor baza ante el enorme tirón electoral de Chávez.
Ahora bien, de haber comicios, estos tendrían que celebrarse dentro de los 30 días siguientes a la “falta absoluta” del presidente, con lo que el bloque antichavista carecería, en principio, de tiempo para organizar otras primarias.
Datanálisis estima que el apoyo de Capriles dentro de sus filas es del 72% y ninguno de los demás potenciales aspirantes supera el 2%, con lo que, dentro del margen de error de las encuestas, no es posible conocer cuál es su respaldo.
Para León, “es normal que haya divisiones internas, la oposición es un grupo heterogéneo”.
“Siempre va a haber partidos y líderes que no quieren a Capriles, que se ha fortalecido mucho”, comenta el analista, quien coincide en que los opositores tampoco salen beneficiados en el corto plazo “porque las emociones favorecen al chavismo”.
Sin embargo, en cuanto al asunto del silencio presidencial coincide en que no ha sido rentable para la oposición.
“Por ahora no ha sido un valor porque la gente todavía piensa que Chávez va a regresar, sean expectativa o deseo”, agrega.
Y es que, según Datanálisis, casi el 60% de los venezolanos consideran que Chávez está grave pero va a volver.
Fuente: BBC Mundo