El mundo del juguete erótico va más allá del mero “juego” para involucrarse en la salud sexual de las personas. Además de aportar sensaciones placenteras, los juguetes para adultos tienen aplicaciones concretas para la salud física y mental. Hombres y mujeres deberían tener más conocimiento acerca de su cuerpo, de su propia respuesta sexual y de la infinita capacidad de conexión con el placer que todos tenemos a nuestro alcance.
Cuando se escucha hablar de juguetes eróticos, las versiones son confusas. Hay algunas objeciones morales, cierta degradación con bromas de mal gusto o se consideran elementos artificiales a la hora de hacer el amor. Otras veces, se vinculan a la perversión y al vicio, lo que puede generar vergüenza o culpabilidad a aquellos que los usen.
¿A que llamamos juguete erótico? Es un complemento que ayuda a que la vida sexual de personas adultas (no se recomienda en adolescentes) se vea enriquecida en creatividad y diversión y que no se instalen patrones de conducta rutinarios. Se trata de poder disfrutar del juego sexual, en el cual, además de pasar un buen momento, las personas se conecten con el placer.
Aprender a utilizar complementos eróticos ofrece al encuentro sexual un aire atractivo y es un medio excelente para intensificar y reavivar la fantasía -motor central del erotismo-. Hombres y mujeres tenemos derecho a experimentar y buscar placer en el cuerpo, estemos o no en pareja e independientemente de la edad.
En algunos casos, los terapeutas sexuales solemos recomendar estos complementos para mejorar el conocimiento y el rendimiento de la respuesta sexual. Por ejemplo, para aprender a conocer la dinámica del piso pélvico, tomar conciencia de esta parte del cuerpo y mejorar la respuesta psicosexual. La tonificación de los músculos del periné o piso pélvico no solamente previene la incontinencia de orina y el prolapso, sino que también mejora la recuperación postparto y optimiza la respuesta orgásmica femenina. Para esto, se utilizan las Bolas Chinas o bolas de Ben Wa, es decir, dos bolas unidas por un cordel en cuyo interior llevan otra bolita. Éstas se colocan dentro de la vagina y, al andar o moverse, producen una ligera vibración que estimula la musculatura que rodea la vagina.
En los hombres, descubrir el juego de los músculos de su piso pélvico ayudará a conectarse con la tensión y relajación de los mismos y a anticiparse al punto de no retorno (momento previo a la inevitabilidad eyaculatoria), que habitualmente se asocia al orgasmo.
En muchos casos, los problemas sexuales se deben al desconocimiento de los mecanismos fisiológicos de la respuesta sexual y de la anatomía de los genitales. Esto se da sobre todo en las mujeres, en las que los mitos y prejuicios acerca del orgasmo (desde qué es, hasta cuántos y dónde son los normales) limitan la posibilidad de expresión de los recursos favorables que cada persona posee. De allí la importancia de la sexo-educación que podamos brindar los profesionales de la salud desde la más tierna infancia.
Cuando uno habla de juguete erótico, lo primero que viene a la mente es el vibrador. Pero es importante aclarar que existe una variedad importante de elementos complementarios para despertar los ratones. Además, los diseños modernos de vibradores y otros chiches son lo suficientemente delicados y estéticamente agradables como para ser llevados en la cartera de cualquier dama.
Las mujeres necesitamos dos ingredientes infaltables: intimidad y fantasía erótica. Biológica y antropológicamente somos multisensoriales, por lo tanto, estimular los sentidos con aceites para masaje corporal, lubricantes con sabores intensos -como el chocolate o la fresa-, o la tibieza de una vela aromática pondrán en marcha los receptores táctiles de un órgano tan extenso como la piel.
El espejo también puede ser un complemento visual muy importante, sobre todo para el varón, que biológica y antropológicamente es más visual que multisensorial. Ni hablar del efecto en ellos de una buena lencería o de un simple portaligas.
Aprender a usar un masajeador para autosatisfacción o juego con la pareja puede resultar muy divertido y placentero a la vez. Es importante que sea consensuado entre ambos y que, a la hora de elegir, se consulte con un experto. En Argentina -a diferencia de Europa-, los sex shops no cuentan con asesoramiento profesional, pero se puede consultar con un ginecólogo/a o sexólogo/a de confianza.
Algunas recomendaciones
* Buscar material de buena calidad. En nuestro país, hay mucha desinformación al respecto (por ejemplo, en el tema de Bolas Chinas). Mirá las etiquetas del envase que contienen información para el consumidor. Allí deben figurar los datos del fabricante, la certificación del producto para que sea apto para el contacto humano, si el producto es hipoalergénico, está libre de DOP o resina de PVC, y que no daña al medio ambiente.
* No usar aceites siliconados en genitales ni con juguetes siliconados. Es recomendable utilizar lubricantes de base acuosa para la zona genital. Estos pueden tener un efecto calor o frío o, incluso, ser saborizados pero aptos para su consumo. No se recomienda el uso de vaselina ni aceites comestibles en los genitales, ya que modifican el PH vaginal.
* Los juguetes pueden usarse con preservativos. Se debe lavar bien el complemento si se usará en la vagina luego de utilizarlo en la región anal. Luego del uso, lavar con agua y jabón, guardar en bolsa de tela y sin sus baterías.
Lo más importante a la hora de disfrutar es ser creativos, amorosos, alegres y participativos y recordar que el encuentro sexual es un momento maravilloso donde nos permitimos sentir y jugar para nutrir nuestras almas y darle sentido a la vida. // IPP
Fuente: entremujeres