Amiga, estás leyendo a alguien que tiene exactamente tu mismo problema. Yo soy de las personas que considera que el dinero no compra cosas, compra experiencias y que acumular no sirve de nada. Sin embargo, mi pareja cree que es mejor guardar, guardar y guardar para acumular capital y siempre estar seguros financieramente.
En mi búsqueda de soluciones ante este problema, porque iba a terminar arruinando nuestra tan linda relación, me topé con el hecho de que los problemas de dinero en la pareja ocasionan más rupturas que las infidelidades y me dije que tenía que terminar con esta disputa ya. ¿Quieres saber qué hice? Te cuento.
Establecer prioridades
Si bien puede que tengan diferencias sobre qué hacer con el dinero, hay cosas que para ambos son prioridad, como comprar una casa o hacer ese viaje que ambos querían.
Una vez que se sienten a charlar y sepan cuál es su prioridad en cuanto al dinero, pueden hablar sobre qué hacer con el resto. Por lo general hay alguno de los dos que tiene más facilidad para administrar o le gusta más encargarse de las cuentas.
Lo que nosotros hicimos fue disponer un poco para el pago de los gastos fijos, otro poco para el pago fijo de nuestra prioridad, que es el pago de la casa, y el resto lo dividimos en dos partes. Una parte va para gastar, como me gusta a mí, y otra para ahorrar, como le gusta a él.
De esta forma, con la parte que se puede gastar yo me doy gustos, o salimos a cenar, o lo dejamos para hacernos una escapada de fin de semana y, a la vez, él se queda tranquilo que queda otra parte siempre ahorrada que nos da seguridad en caso de no tener trabajo en un futuro o para poder conseguir cosas más grandes, como cambiar el auto o hacer un viaje fuera del país.
Elegir un mediador
Si ven que por más que lo hablen o que se ajusten a un presupuesto para lo que cada uno considera prioridad, igual no se entienden, lo mejor es conseguir un mediador.
Un tercero que sea neutral, que puede ser un asesor financiero o un conocido experto en finanzas, puede ayudarlos a crear un plan que les permita a ambos usar el dinero para lo que le gusta a cada uno sin peleas ni argumentos.
Ya verás como ajustándose a un plan, prometiéndose no pasar por sobre el mismo, ni gastar más de la cuenta o guardar más de la cuenta, podrán entenderse y disfrutarse más. En definitiva, el dinero no es lo que nos llevamos, sino los buenos momentos en pareja.
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