No hay día en que Diosdado Cabello no haga alusión a la primaria de la oposición. En cada oportunidad que tiene, bien sea en la rueda de prensa semanal de su partido, en su programa o en la tribuna que le den, Cabello habla de la primaria, de los candidatos opositores, del chance real que tienen o si van a fracasar.
El segundo vicepresidente del PSUV, que no habla de los líos de su agrupación ni de la corrupción en Pdvsa, tiene entre ceja y ceja la primaria, la que le quita el sueño.
“Las primarias serán un desastre y la culpable será María Corina”, dijo recientemente, una nueva perla a las que ya tiene acostumbrados a sus escuchas, que ya deben estar cansados de tanta habladera de la primaria. Antes afirmó que Henrique Capriles se retirará, pero que “va a seguir haciendo campaña y recorriendo Venezuela unos días más”.
Y así sigue: ve los videos de Andrés Velásquez y las declaraciones de Delsa Solórzano y está pendiente de Jesús María Casal, el presidente de la Comisión Nacional de Primaria, al que le avisó que le enviaría unas cajas de cartón “para que se depositen los votos”.
Diosdado se inventa cifras, saca cuentos, mete embustes. Pareciera que en la mañana, antes de salir de su casa, se pone a anotar en un papel los disparates que va a decir. Al final no importa lo que diga, lo realmente relevante es meter cizaña, dividir, desanimar a la gente.
La primaria le preocupa, por eso habla tanto de ella. Está pendiente y espera, por su bien y el de su gente, que fracase. Pero Diosdado no está seguro y lo repite a diestra y siniestra a ver si de tanto hacerlo se convierte en realidad.
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Editorial de El Nacional
Diosdado Cabello