Quieres estar en forma pero no quieres ir al gimnasio ¿tienes pareja? Problema resuelto. Hay algunas poses que hacen que tonifiques y ejercites ciertas partes de tu cuerpo, desde tus brazos hasta tus muslos, cada parte de tu cuerpo puede ser trabajada. Ir al gym es cosa del pasado, ponte en forma teniendo mucho sexo.
La popular revista Men’s Health te da nueve posiciones para sentir el placer de poseer a alguien y al mismo tiempo mantenerte en forma. Toma nota.
El granjero
Ponte de pie con la espalda apoyada en la pared. Levántala mirando hacia ti y aguántale la espalda mientras apoya las rodillas contra la pared. Inclínala hacia atrás hasta que pueda poner las manos en el suelo. A ella le gustará la sensación de que se le acumule la sangre en la cabeza, y a ti te encantará la energía que te da el esfuerzo.
Trabajarás: Tríceps, músculo dorsal ancho y lumbares.
Equivalente en el gimnasio: Peso muerto.
¿Por qué?: Resiste el esfuerzo y los dos se beneficiarán de la presión.
El GPS
Siéntala sobre algún mueble o muro y ponte de pie frente a ella con los brazos alrededor de su zona lumbar. Dile que te coloque las manos en los hombros, levante las piernas y las apoye también en tus hombros. Te recomendamos que no hagas comentarios sobre lo raro de la postura.
Trabajarás: Zona central y glúteos.
Equivalente en el gimnasio: Balanceo con pesas rusas
¿Por qué?: Permite encontrar el punto G enseguida, con resultados que ella no olvidará.
El perro erguido
Ponte de rodillas y luego baja las caderas hasta que apoyes el trasero en los talones. Ella tiene que estar sentada encima de ti con los pies en contacto con tus testículos. Ahora empiecen a balancearse alegremente hasta alcanzar el orgasmo.
Trabajarás: Glúteos, flexor de la cadera y abdominales.
Equivalente en el gimnasio: Levantamiento de pierna.
¿Por qué?: Es como el yoga, pero mucho más divertido. Y, para qué negarlo, más carnal que espiritual.
El tablero de mandos
Túmbate de costado detrás de ella y acerca sus caderas a tus ingles. Coloca una de sus piernas por encima de tu cadera, ponla un poco hacia atrás y empieza a empujar. Ahora es cuando tendrás que demostrar tu destreza. Además, podrás acariciarle el clítoris y besarle el cuello para obtener puntos extra. También puedes pellizcarle los pezones para mayor placer.
Trabajarás: Glúteos, isquiotibiales y antebrazos.
Equivalente en el gimnasio: Curl de piernas con pelota suiza.
¿Por qué?: Te permite aprovechar las habilidades de coordinación que has ido perfeccionando tras años de videojuegos.
La medusa
Tú te pones de rodillas y ella se acuclilla encima de ti. Abrazados, practiquen un movimiento rítmico, separándose y juntándose al unísono, como una medusa. Este ángulo facilita una profundidad de penetración sorprendente. Sus pechos se frotarán contra tu torso.
Trabajarás: Bíceps y flexores de cadera.
Equivalente en el gimnasio: Remo sentado.
¿Por qué?: Llegarás hasta el fondo y estaréis más “cerca” que nunca.
El amortiguador
Ella se coloca tumbada de espaldas con las rodillas sobre el pecho. Tú te arrodillas y ella apoya los pies en tu pecho. Penétrala e inclínate hacia delante, sujétale las caderas y empieza a moverte hacia delante y hacia atrás.
Trabajarás: Abdominales y flexores de la cadera.
Equivalente en el gimnasio: Levantamiento de piernas.
¿Por qué?: Si no acabas de encontrarle el punto G, esta postura te ayudará.
El USB
La penetración es más complicada, pero también más gratificante para los dos. Ella se pone en posición de gatear y tú te colocas de pie y te agachas hasta que sus glúteos estén uno contra el otro. Ahora inclínate hacia delante hasta que puedas penetrarla. La recompensa por la incomodidad es tener acceso directo a su punto G.
Trabajarás: Zona central e isquiotibiales.
Equivalente en el gimnasio: Sentadillas.
¿Por qué?: Entrarás en contacto más rápidamente con sus nervios vaginales, con resultados instantáneos.
La mujer araña
Ella se pone de pie frente a una pared y levanta una pierna que apoya contra la pared. Tendrá que levantar los brazos y apoyarlos también en la pared para aguantarse mejor, como el mismísimo Spiderman. Acércate por un lado y métete dentro de ella. Estimúlale el clítoris con la mano para que “llegue a lo más alto”.
Trabajarás: Parte inferior de las piernas y glúteos.
Equivalente en el gimnasio: Elevación de gemelos.
¿Por qué?: Porque encajarán como un rompecabezas. Es ideal para cualquier tipo de hombre.
El tablerone
Túmbate boca arriba con una pierna flexionada. Pídele que se siente sobre ti como si montara un caballo, con la espalda un poco girada hacia ti. Dile que te agarre la rodilla y baje hasta estar sobre ti. Una delicia.
Trabajarás: Isquiotibiales, cuádriceps y glúteos.
Equivalente en el gimnasio: Tijeras isométricas.
¿Por qué?: Relájate y deja que ella se encargue.
Recuerda que la práctica constante hace que aquellos que van al gimnasio tengan buen cuerpo, así que tú también haz una rutina: primero la medusa, luego el GPS y sigue con la mujer araña. Establece tu esquema y estarás en forma cada vez que sientas el placer de otro cuerpo.
















