1 La vida se desarrollaba más despacio
Sabíamos esperar y extraño un poco esa paciencia que solía tener, ¿tú también?
Es que podíamos esperar a ver a una amiga para contarle lo que sucedió en la cita de la noche anterior con el chico de nuestros sueños, cosa que hoy ya no hacemos. Seguro le estamos mandando texto mientras estamos en la cita, ¿o no?.
2 Las personas te llamaban para tu cumpleaños
A veces extraño escuchar la voz de las personas, es más, creo que es una de las cosas que más extraño de la vida antes de las redes sociales.
Puedes ver a alguien en las fotos, puedes saber qué hace y no hace, pero ya nadie te llama para desearte un feliz cumpleaños, solo lees los mensajes en las redes. ¿Alguien que me llame para el próximo cumpleaños?
3 Se sabía cuál era el límite entre lo público y lo privado
Sabíamos dejar algunas cosas para el ámbito privado o las personas más cercanas. Eso hoy ya no es una opción, todos sabemos qué hacen los demás, cómo se viste, dónde se tomaron vacaciones, con quién y qué comieron.
A veces extraño saber esas cosas por una linda charla de amigas, en vez de verlas en Facebook. ¿Y tú?
4 Se podía «desaparecer» por unas horas
Dormir todo un domingo sin que nadie te moleste ya no es posible. ¿No te has conectado a la red en todo el día? Seguro acabas de ser víctima de una tragedia o estás en peligro.
Gente, se puede pasar un día sin entrar a la red social y eso no significa que esté en peligro…
5 Teníamos más tiempo para hacer otras cosas
¿Cuánto tiempo pasas con tu móvil? ¡Aja! Lo peor es que yo también paso mucho tiempo con él.
Antes solía leer libros o salía más de casa para poder verme con amigos. Pero ahora, ¿para qué voy a salir de casa si puedo enviarles un mensaje por las redes y saberlo todo?
6 Nadie sabía tu paradero
¡Como extraño eso! Y es uno mismo que revela su paradero, pero es el mundo de las redes sociales que te lleva a seguir la corriente. Y como ya nadie desconoce dónde estás…
7 La gente te preguntaba qué hiciste el fin de semana
Llegabas el lunes al colegio, al trabajo, a la Universidad y todos contaban qué habían hecho el fin de semana y se formaba una linda instancia de diálogo.
Ahora ya todos saben qué es lo que hiciste e, incluso, con lujo de detalles.
8 Estar solo era aburrido
¿Estar sola en mi habitación? Era el castigo que me ponían mis padres.
¿Ahora? Una bendición, así puedo chequear mi Facebook, Twitter, Instagram y demás redes sin que nadie me moleste.
9 Los días en familia eran días en familia
¿Almuerzo familiar? Nadie estaba mirando para abajo. ¿Sobremesa familiar? Nadie estaba mirando para abajo. ¿Tarde de películas familiar? Nadie estaba mirando para abajo… al celular.
Las redes sociales nos han acercado y son herramientas que bien usadas son súper útiles. Sin embargo, y a pesar de adaptarme perfectamente a este mundo de redes, hay cosas que extrañamos de cuando no había redes sociales y está bien que lo recordemos. Es más, podemos tratar de rescatar algunas de ellas.
Fuente: Agencias