8 hábitos que pueden aumentar tu riesgo de padecer cáncer de pecho

8 hábitos que pueden aumentar tu riesgo de padecer cáncer de pecho

Las estadísticas son claras: una de cada ocho mujeres es diagnosticada con cáncer de pecho. Pero lo que no cuentan los números es que cada mujer es diferente y, por tanto, los agentes que pueden exponerte a un cáncer son distintos. Es decir, tu riesgo de padecer esta enfermedad es muy diferente al de tu mejor amiga, al de tus compañeras de trabajo e incluso al de tu hermana. Entonces, ¿cómo descubrir tu riesgo de padecer cáncer de pecho? Aquí tienes ocho factores que afectar al desarrollo de esta enfermedad.

 

1. Tu peso

 
Tener sobrepeso o obesidad aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama entre un 30% y un 60%. ¿Por qué? Las células adiposas o células grasas son las que se encargan de producir estrógenos y, cuanto más células adiposas tengas, más estrógenos producirá tu cuerpo, esto puede influir en el desarrollo de un tumor.

 

2. El tamaño de tu cintura

 
No sólo importan los kilos, también importa dónde los acumulas. Un estudio de The British Medical Journal determina que uno de los factores más importantes y que verdaderamente interviene en la aparición del cáncer de pecho es el tamaño de la cintura y cuánto ha aumentado desde los veinte años.

 

3. Tus entrenamientos

 
Hacer deporte y permanecer activa puede reducir las posibilidades de sufrir cáncer de mama de varias maneras. Primero de todo, actúa como método natural antiinflamatorio y representa un refuerzo para el sistema inmunológico. Además, puede disminuir los niveles de glucosa e insulina en la sangre, y ayuda al cuerpo a descomponer los estrógenos y así prevenir el cáncer. Todas las mujeres portadoras de las mutaciones del gen BRCA (y que por tanto que tienen mayor riesgo) pueden combatirlo haciendo ejercicio. Los expertos sugieren hacer ejercicio una hora al día por lo menos cuatro o cinco veces por semana.

 

4. Tu relación con el alcohol

 
¿Eres de las que cada fin de semana se va de copas? Varios estudios han relacionado el alto del consumo de alcohol con un mayor riesgo de cáncer de mama. Uno de los factores clave es la cantidad de alcohol que tomas habitualmente, así que controla cuáles han sido tus hábitos desde la primera regla hasta el primer embarazo.

 

5. Tu dieta

 
¡Cambia la carne por las verduras! Muchos médicos recomiendan substituir el consumo de carne roja por el de frutas y verduras. Tomar verduras crucíferas (como las coles de Bruselas y la coliflor) reduce inflamaciones y puede ayudar a equilibrar los niveles de estrógenos. Las frutas y verduras coloridas como las zanahorias, los tomates, los boniatos y las naranjas están cargadas de carotenoides, un antioxidante que reduce el riesgo de padecer cáncer de mama. También debes limitar tu consumo de azúcar y lácteos para evitar digestiones pesadas.

 

6. Tus genes

 
El riesgo de padecer cáncer de mama puede aumentar a causa de la mutación genética BRCA. Las mujeres portadoras de las mutaciones BRCA1 y BRCA2 tienes más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Recientemente se ha relacionado otro gen, el PALB2, con el cáncer de pecho. Las mujeres con menos de 40 años y portadoras del PALB2 tienen un 20% de posibilidades de sufrir cáncer de mama ante aquellas mujeres de edad similar sin dicha mutación. Habla con un doctor para descubrir si estas mutaciones se encuentran en tus genes.

 

7. Tu historial familiar

 
¿Hay alguien de tu familia con cáncer de pecho? Estate alerta.

 
Tener un familiar de primer grado (madre, hermana o hija) con esta enfermedad dobla tus posibilidades de lidiar con cáncer de pecho, de acuerdo con un estudio de la American Cancer Society. Y tener a dos familiares directos con la enfermedad, las triplica. Si éste es tu caso, consulta a los especialistas y hacerte una prueba genética para salir de dudas.

 

8. Las toxinas en tu ambiente

 
En nuestro entorno hay unas toxinas llamadas disruptores endocrinos que pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Estos disruptores endocrinos son unos productos químicos sintéticos que se acumulan en las células de grasa, se hacen pasar por estrógenos naturales y pueden conducir al crecimiento del tumor. Los disruptores endocrinos comunes incluyen bisfenol A o BPA (un tipo de plástico utilizado en envases y latas) y conservantes que se encuentran en los cosméticos llamados ftalatos. No bebas ni uses botellas hechas de BPA.

 

Fuente: Womens Health 

Comparte esta noticia: