Muchos expertos dicen que es contraproducente dejar de comer ciertos alimentossi, al final, te prohíbes algo que de verdad deseas y terminas atiborrándote de otra cosa que tampoco es muy sana. Aquí te dejamos la lista de los alimentos que es mejor que evites para que no te ataque el hambre ni la ansiedad por comer.
1. Cualquier snack que solo contenga hidratos de carbono
Cuando comes crackers, cereales, pan o tortitas de arroz solamente, tu cuerpo convierte los carbohidratos en azúcares simples y los envía directamente al torrente sanguíneo. Como consecuencia, el cuerpo produce más insulina, que ayuda al organismo a absorber el azúcar rápidamente. El problema: acabas con un bajo nivel de azúcar en sangre y la misma sensación de hambre que te llevó a devorar algo rico en carbohidratos. Según el doctor Charlie Seltzer, te estás decantando por alimentos azucarados si ningún valor nutricional para satisfacer tu necesidad de energía instantánea. Con esto, no estamos diciendo que tengas que eliminar los hidratos de tu dieta, sino que los snacks que elijas contengan una combinación de carbohidratos, grasas saludables y proteínas que tu cuerpo vaya digiriendo poco a poco y te sacien. Otra buena idea es optar por minicomidas equilibradas en vez de posponerlas solo para las comidas más fuertes del día. Prueba con una rebanada de pan con mantequilla de nuez o galletas integrales con queso bajo en grasa.
2. Comida congelada
Para que los ingredientes frescos se mantengan durante mucho tiempo en el congelador, los fabricantes de alimentos, a menudo, le echan sodio, un conservante natural. El sodio favorece la retención de líquidos, por lo que estarás más hinchada y no te sentirás bien. Además, cuando los fabricantes tratan de condensar en una pequeña lata el valor calórico de una comida completa, cada bocado estará cargado de calorías de diseño.
Mientras que las porciones grandes engañan al cerebro haciéndole creer que el estómago está lleno, las raciones enanas del congelador consiguen el efecto contrario. Y eso que están repletas de calorías. Conclusión: evita en la medida de lo posible los congelados y agranda las porciones de comida baja en calorías y saludable.
3. Barritas ricas en fibra
Todo el mundo necesita fibra ya que mantiene activo el sistema digestivo y sacia. Entonces, ¿cuál es el problema? Que la cantidad de fibra que tomes al día sea únicamente la que contiene una barrita y el resto de tu dieta carezca de ella. «El consumo de fibra debe ser constante a lo largo del día para evitar el hambre, mejorar la salud digestiva y no tener malestar estomacal», recomienda Harvest. Así que olvídate de las barritas e incluye en tu dieta alimentos naturalmente ricos en fibra (cualquier fruta o verdura te sirve) en cada snack y comida.
4. Alimentos light
Diversos estudios sugieren que tendemos a comer un 30% más de comida cuando sabemos que ésta es baja en grasas. El problema, además de comer más, es que cuando los fabricantes le quitan la grasa a los alimentos, inevitablemente eliminan algo de sabor. Para compensar, muchas veces les echan azúcar, mal.
5. Zumos
Para obtener un vaso de 180 ml de zumo de naranja, se necesita una buena cantidad de fruta. El problema es que cuando te bebes el zumo, estás ingiriendo todas las calorías sin la fibra natural que te sacia y beneficia. «Al final, el 100% del zumo lo compone calorías vacías lo que conduce directamente a otro pico de azúcar en sangre», señala Harvest. Otro apunte, la fructosa, que es el azúcar natural presente en la fruta, que la hace tan dulce, engaña a tu cuerpo haciéndole creer que no está lleno, explica Melissa Rifkin, dietista. Esto hace que comas más y aumente el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y la diabetes.
6. Bebidas endulzadas artificialmente
¡Adiós, refrescos light y otras bebidas dulces que misteriosamente contienen cerocalorías! «Hay personas cuyos cerebros funcionan haciendo que los edulcorantes artificiales induzcan o aumenten los antojos poco saludables», dice el doctor Seltzer. «Si tomarte un refresco light te conduce directamente a la tarrina de Ben & Jerry’s, más te vale optar por agua con limón». O agua con gas. No tiene calorías y es carbonatada, por lo que te sentirás saciada y comerás menos.
7. Cereales que vienen en envases XXL
Lo mismo ocurre con los paquetes de snacks de gran tamaño. Según un estudio realizado por investigadores de la Cornell University’s Food and Brand Lab, la gente consume hasta un 22% más de comida cuando tiene delante un paquete grande. Cuando sabemos que hay más alimento disponible, inconscientemente comemos más. También ocurre cuando compras comida barata, se tiende a comer más si te ha costado menos. Esto no significa que tengas que gastarte más en comida para comer menos, sería estúpido. Si vas a tomar cereales, sírvete una porción razonable en vez de comer directamente del paquete.
8. Bebidas alcohólicas
Es casi imposible dar con un experto que recomiende beber alcohol. Mientras que algunos cócteles pueden tener menos calorías que otros, el alcohol contiene calorías vacías que ni te saciarán ni te aportarán ningún nutriente, además de producir los efectos nocivos que todas conocemos de sobra. Si te pasas con él y pierdes tu determinación por alimentarte sano, terminarás comiendo más y más insano. ¿No te has fijado que cuando estás pelín perjudicada solo piensas en pizza y patatas fritas? Y esto se pone peor… «El cuerpo considera que el alcohol es una toxina de la que hay que deshacerse, y se convierte en prioridad para tu hígado», dice la doctora Caroline Cederquist. Cuando el hígado está en modo detox, no quema tan eficientemente las grasas. Si te estás tomando en serio esto de la alimentación sana, ya sabes lo que tienes que hacer.
Fuente: Cosmpolitan