En menos de 24 horas 2 fueron ultimadas en distintos hechos registrados en la capital
Con la muerte de dos mujeres que fueron asesinadas el fin de semana, ascendió a 70 la cifra de víctimas femeninas ultimadas en lo que va de 2015 en la Gran Caracas.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas investiga 2 crímenes registrados en menos de 24 horas entre la madrugada y la noche del sábado. La primera víctima, de nacionalidad portuguesa, fue María Elia Días, de 79 años de edad, quien fue hallada ahorcada con un mono en el interior de la habitación número 12 del establecimiento de su propiedad Hoteleras Días y Silva, en la parroquia Santa Teresa. Los investigadores entrevistan a empleados del hotel.
De acuerdo con la versión policial, uno de los trabajadores se percató del crimen cuando el sábado en la madrugada escuchó a todo volumen el televisor de la habitación de Días. La mujer, que fue despojada de varios objetos de valor, también fue golpeada.
En otro hecho, Buenaventura Herrera Pacheco, de nacionalidad colombiana y de 34 años, fue asesinada por su pareja de una puñalada en el muslo izquierdo que le afectó la femoral. Aunque fue trasladada al Periférico de Catia, ingresó sin signos vitales.
Fuentes policiales informaron que Herrera fue atacada el sábado en la noche por su pareja, Carlos Pacheco, en el sector San Pedro del barrio Casa Blanca de Catia, luego de haber discutido.
En una “fiesta de negocio”. Marisol Ceballos, madre de Kevin Fernández, de 24 años de edad, responsabilizó a funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana de haber asesinado a su hijo en una “fiesta de negocios” ayer a las 2:30 am en la segunda cancha de la calle El Estanque de Coche.
“La GN llegó muy agresiva contra todas las personas y les faltó el respeto a las muchachas. A mi hijo le dispararon un tiro en la espalda. Él se fue de inmediato en su moto, pero en el kilómetro 2 de La Panamericana perdió el control y murió. Posteriormente la Policía Nacional lo consiguió y lo trajo a la morgue de Bello Monte. Pido justicia, aunque la justicia no me va a devolver a mi hijo. Yo quería a mi hijo sano. Me quitaron el alma”, expresó.
Fernández tenía siete años trabajando como camillero en el Hospital Universitario de Caracas, dejó a un niño de seis años de edad y era el menor de tres hermanos.
Fuente: El Nacional
