El cuerpo de tu pareja te lleva a la locura y no pueden poner en palabras lo mucho que se gustan, el sexo entre ustedes es muy bueno… pero hay algo que quieres hacer y no te atreves a proponer, por miedo a lo que vaya a pensar de ti (es triste, pero los prejuicios sobre las mujeres y los hombres que disfrutan -y exploran- el sexo siguen fuertes en nuestra época). Lee nuestra guía y anímate a sacar tu lado más salvaje.
Ser los reyes de lo kinky
1. Cómo empezar: «¿Te acuerdas de esa película…?» Hacer referencia a un libro, película o imagen que hayas visto es una gran forma de iniciar una conversación sobre cosas sexys que quieres probar. Puedes decir «¿recuerdas en la película equis cuando los protagonistas tienen sexo en el bosque? Estaría padre intentarlo, ¿no?».
2. Avanza a paso lento pero seguro. Puede ser que no sepas la opinión de tu pareja sobre tu fantasía más pervertida y te dé vergüenza preguntar. ¿Cómo puedes iniciar el camino hacia lo sucio? Con un conjunto de ropa interior más atrevido que lo que normalmente utilizas. Él no podrá esconder su gusto (o disgusto), y noche con noche podrás elevar el tono de las sorpresas que lleves a la cama.
3. ¿Qué hay del sadomasoquismo?. Unas nalgaditas no le caen mal a nadie de vez en cuando, pero si tú quieres algo más intenso puedes empezar con el básico para los amantes del s&m (sadomasoquismo): utiliza un pañuelo como mordaza sutil. La tensión para la mujer de no poder hacer ruido puede aumentar la intensidad del orgasmo, y si a tu pareja le causa placer, puedes hablar abiertamente de todas las técnicas que esta corriente ofrece.
4. Cómo no «arriesgarse» demasiado. Tener sexo en un lugar público, incluso sabiendo que alguien está mirando, puede ser muy excitante pero también puede traerte problemas con la policía. (Imagínate llorando de vergüenza mientras buscas tu ropa interior y eres observada atentamente por un tipo en uniforme -true story-… nada bonito.) Encuentra formas leves de tu fantasía: estando en un restaurante ve al baño, quítate la ropa interior y dásela a tu pareja o viceversa. ¡Grrr! Y cero problemas con la autoridad.
5. El poder de las palabras… sucias. No es ningún secreto que la forma más poderosa de excitar a una mujer es con las palabras (y a los hombres, con las imágenes). Pide a tu pareja que describa lo que quiere hacer contigo, que te diga cuánto le gusta tu cuerpo, qué parte de éste son sus favoritas, etc y poco a poco ella se debe ir desnudando. El dirty talk no tiene que ser demasiado sucio si no quieres, muchas veces las palabras comunes (decir pene o vagina) son las más excitantes.
6. No lo planees. O al menos haz que parezca que no lo planeaste. Lo sexy es espontáneo. Si hablas y hablas horas sobre qué tela usar para cubrir los ojos de tu pareja o si prefieres chocolate o crema batida en todo el cuerpo la chispa y emoción del momento puede arruinarse. Guarda en el buró cercano a tu cama una estola o bufanda delgada, unas esposas con peluche y una botella de miel -o algo untable y delicioso, incluso un lubricante con sabor- y sácalo en el momento adecuado. La mirada de tu pareja te hará saber su opinión, sin necesidad de palabras.
7. Prepárate para que te digan «no». La creencia de que todos los hombres son unos «pervertidos» es mentira. Hay hombres conservadores, igual que mujeres ultra kinky. Puede ser que a tu pareja no le guste estar amarrado o que le cueste mucho trabajo usar juguetes en la cama. Prepárate para reaccionar con respeto y comprensión.
¿Qué actividad kinky quieres practicar con tu pareja? // IPP
Fuente: 2EM