El estrés es el resultado de la incapacidad de un individuo para hacer frente a una acumulación de tensiones. A nivel biológico, este último puede conllevar ciertos desarreglos como cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, dolores abdominales, dolores de espalda, insomnio, falta de apetito o bulimia, y vulnerabilidad frente a los virus. En el peor de los casos, el riesgo de infarto y le depresión está realmente presente. Pero hay formas de reducir el estrés de forma permanente.
Respetar el ritmo del sueño
Si se siente la llamada de la cama, no conviene terminar de ver la película. Conviene acostarse pronto, preferentemente a una hora fija y si es necesario levantarse más temprano. Además, conviene separar al menos una hora la cena del momento de irse a la cama. De esta forma mejora sensiblemente la digestión.
Deporte para eliminar la angustia
Natación, jogging, danza o aeróbic en un gimnasio permiten combatir eficazmente el estrés. Practicada de 2 a 3 veces a la semana, la actividad física actúa como un desahogo, activa la circulación sanguínea, calma las tensiones musculares y libera la dosis justas de euforizantes necesarios para repartir serenidad durante todo el día.
La organización
En casa, en el despacho, siempre que se sienta que la situación se va de las manos, conviene preparar un planning e intentar anticiparse. Se trata de jerarquizar las tareas, de lo más urgente a lo que puede esperar. Hay que hacer las cosas en su momento y a su hora. Lo que parecía un mundo, después lo será mucho menos.
Escapar de las dependencias
Si eres de esas personas que se fuma un paquete al día y que bebe café más de la cuenta, se suele tener la impresión de que estas adicciones o dependencias calman la ansiedad. En realidad, presentan un efecto excitante, generador de angustias. Si no se pueden dejar las dependencias de lado, intentar al menos reducir las dosis.
Una alimentación sana
El estrés pasa normalmente por los picoteos, y una pérdida total del apetito. Conviene cambiar estos hábitos estableciendo comidas a horas fijas y de forma tranquila. Se trata de equilibrar la alimentación, priorizando un buen desayuno, una comida rica en verduras, y una cena ligera. Y si la angustia se presenta a media tarde, reemplazar el chocolate por una manzana o un yogur.
Trabajo y vida privada
Una vez en casa, es importante cortar con las obligaciones profesionales. Hay un tiempo para cada cosa. Para tener una vida armoniosa y realizada, conviene compartir el tiempo entre el trabajo y la vida familiar. Si eres una persona concentrada y rigurosa en el despacho, conviene aprender a hacer el vacío y disfrutar de las personas que forman parte del entorno.
Una vida amorosa feliz
La pareja es importante, al igual que la sexualidad. Está demostrado: hacer el amor tiene un efecto relajante en todas las personas. Por supuesto, cuando se tiene estrés, la libido suele estar ausente. La única solución es tomarse el tiempo para encontrarse a solas con la pareja y dedicarse un momento de pura felicidad.
Con estas maneras de reducir el estrés no solo te sentirás mejor emocionalmente y podrás enfrentarte al día a día de una forma más saludable, sino que también lo notarás notablemente en tu cuerpo y tu salud.
Fuente: iMujer