Hacer ejercicio en un ambiente de grupo es un modo espléndido de potenciar la energía, la colaboración e incluso una cierta competitividad amistosa que te ayuda a llegar más lejos. Pero las clases en el gym también tienen ciertos códigos que, por algún motivo, mucha gente parece olvidar. Aquí tienes unos cuantos recordatorios de lo que NO debes hacer en tu próxima sesión en grupo.
Ponerte ropa inadecuada
No te olvides de que esos leggins tan monos pueden volverse supertransparentes haciendo abdominales en V invertida, así que ponlos a prueba antes de dar un espectáculo. También está prohibido todo lo que sea demasiado corto o demasiado bajo de cintura, especialmente en clase de yoga, en que no pararás de estirarte y doblarte.
Usar demasiado el espejo
Los espejos son para corregir la postura, no para ver cómo tienes el maquillaje o lo estupendos que tienes los tríceps. En una clase se puede ver de todo, desde gente que se revienta granos a quien se arregla (y se arregla de nuevo, y se vuelve a arreglar) el pelo. Así que repite con nosotros: esto es un gimnasio, no un salón de belleza.
Cargarte de maquillaje
Ponerse una crema hidratante con algo de color y dar un toque de rimmel a las pestañas es una cosa, pero presentarse en clase con la cara cubierta de maquillaje no conviene nada. Aunque quizá estés guapa al principio, a los 15 minutos te habrás transformado en el Joker de Heath Ledger, advierte Weller. Además, no querrás tener que preocuparte de si se te corre el lápiz de ojos mientras te esfuerzas por mantener la postura del tablón. No te preocupes: te hemos preparado una lista con los básicos imprescindibles para salir estupenda del gimnasiopara que puedas recuperar tu mejor aspecto tras esa intensa clase de boot camp.
Apestar
Seguro que ya te das una nueva dosis de desodorante antes de la clase (o eso esperamos), pero repetir la ropa que ya has usado en el gimnasio unos días antes puede empeorar aún más el olor. Ese top/sujetador/par de shorts olerán bien cuando te los pones, pero cuando se caliente el cuerpo… ya verás (eso, por no hablar de las simpáticas bacterias que se multiplican en la tela húmeda). Otra fuente de olor es el mal aliento, especialmente en las distancias cortas, como en una clase de spinning. Así que no te olvides de lavarte los dientes antes de la clase: lo más probable es que respires bastante fuerte durante la sesión.
Charlar demasiado
Limita el cotilleo a los minutos antes y después de la clase. No sólo es de mala educación: podría llegar a afectar a tu sesión de ejercicio. Estás interrumpiendo tu propio patrón de respiración, a tus colegas y, sobre todo, al instructor.
Convertirte en la asistente no oficial del profesor
Es cierto que en clases de 30 o más personas el instructor no puede estar en todas partes. Aun así, salvo que seas empleada del gimnasio, deja en paz a la vecina.A menos que alguien adopte una postura tan mala que corra un riesgo inminente de lesión o que te pida ayuda, más vale que te concentres en lo tuyo. No supongas que sabes los motivos de cada persona para participar en la clase, ni que requieren comentarios o incluso ayuda.
Ir a tu rollo
Si un movimiento no te va bien, probablemente el instructor te hará las correcciones necesarias. Pero no te lo tomes como una señal de que puedes ir inventándote ejercicios alternativos: la mayoría de instructores de fitness prefieren no alterar tu rutina personal. Es como cuando todo el mundo está haciendo bíceps y tú decides que es un momento estupendo para trabajar los cuádriceps . No quieras dar la nota. Además, estarás distrayendo a los demás.
Fuente: Womens Health