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7 cosas de las que nunca deberías avergonzarte cuando vas al ginecólogo

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7 cosas de las que nunca deberías avergonzarte cuando vas al ginecólogo

Estamos todas de acuerdo en que no es lo mismo que sea tu pareja la que husmee entre tus piernas, a que sea tu ginecólogo. Esto último puede resultarte un poco más incómodo, ¿verdad? Pero vayamos al grano. ¿En qué piensas cuando estás tumbada en la camilla con las piernas abiertas de par en par? ¿Te preocupa lo que piense el ginecólogo de lo que tiene delante? ¿Preparas mentalmente la lista de preguntas que quieres hacerle?

 

Bien, veamos sobre qué temas no deberías avergonzarte cuando hables con el especialista. ¡No temas al ginecólogo!:

 

1. Tu vida sexual

¿Con cuántos te acuestas? ¿Utilizas siempre condón? ¿Tienes relaciones sexuales con otra persona además de tu pareja? Al contrario de lo que puedas creer, cuando tu ginecólogo hace este tipo de preguntas no hay respuesta correcta o incorrecta. Nadie pretende juzgarte, simplemente debe hacer su trabajo y tener en cuenta todo lo necesario para ello. Además, ¡no olvides que los ginecólogos están curados de espanto!
2. El matorral de ahí abajo
¿Te has olvidado de depilarte las piernas? ¿No te quedaban braguitas bonitas y has tenido que usar aquellas con agujeros y manchas de lejía? ¿Y a quién le importa? Créenos, a tu ginecólogo seguro que no. El especialista está concentrado en su paciente y no se fija en si va depilada o no. ¡Ah! y recuerda que son médicos: saben perfectamente que el pelo crece, ¡y no deja de crecer!

 

3. Decir que tu vagina huele, pica o arde
Tranquila, ¡no te sientas bicho raro! Aunque pueda resultar incómodo, es un problema muy común y es importante que tu ginecólogo lo sepa. Él o ella quiere saber qué tienes, qué te ocurre y qué problemas tienes para poder diagnosticarte correctamente. Y recuerda: si no sabe lo que te ocurre, no podrá resolverlo.

 

4. El aspecto de tu vagina
Hay labios largos, gruesos, más oscuros, más rugosos o con pecas. ¡Cada cuerpo es un mundo! Y si no estás convencida todavía, párate a pensar: el ginecólogo ve una infinidad de vaginas, ¿no crees que lo habrá visto todo ya?

 

5. Dificultades sexuales
Hay algo que debes tener muy claro: los ginecólogos están para ayudar y si hay algo que te preocupa, déjate aconsejar.

 

6. Contagio: Riesgo y prevención
Que quieras tener bajo control enfermedades de trasmisión sexual como el VIH o el VPH, no es un delito. Al contrario, significa que te importa por su salud y usa la cabeza.

 

7. Decir que prefieres otro ginecólogo/a
Como habrás podido comprobar, sentirte a gusto con tu especialista es muy importante. Si prefieres que sea hombre o mujer, joven y más experimentada, no te cortes, ¡pide por esa boquita! Al fin y al cabo, la que importa eres tú.

 

Fuente: Womens Health 

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