Es algo terrible que no sepas cómo detener o cambiar el hambre, pero es más fuerte que tú. No entiendes por qué sientes esa necesidad imperiosa de comer a cada instante. Lo cierto es que cuando se conocen los motivos que nos impulsan a tener ciertas conductas, es más fácil cambiar y ponerles solución.
#1 La influencia del alcohol
El American Journal of Clinical Research ha publicado un estudio en el que dice que la gente que bebe alcohol incrementa, gracias a éste, la hormona del hambre llamada grelina. Esto incluye la copa de vino que pueda beber durante la comida; han demostrado que cuanto más grasas contiene el alimento que ingieres acompañado de alcohol, más comes luego.
#2 La mala televisión
De acuerdo a un estudio de la USDA, quienes ven más de dos horas de televisión diarias comen comidas más calóricas. La publicidad de pizzas, bocadillos y comida chatarra también contribuye a que así sea.
#3 ¿No duermes? ¡Engordas!
La fatal combinación entre la hormona leptina y la hormona grelina, sumadas a que el cerebro se ve estimulado en las zonas que se relacionan con el placer por la comida, según la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, son todos elementos que se activan cuando duermes menos de lo que necesita tu cuerpo, lo que por lo general es una media de ocho horas al día.
#4 Cuidado con lo que miras…
Un estudio publicado en Obesity dice algo que debes haber comprobado por ti misma alguna vez si has entrado a redes sociales como Pinterest, o te agrada ver programas de televisión en los que se cocina u otros similares. Me refiero al perjudicial hecho de mirar imágenes de apetitosas comidas, el estudio encontró que las personas que lo hacen estando a dieta consumen 60 calorías más en comparación a otras.
#5 Las amistades no hacen dieta
Ya sea éste el motivo, o que simplemente no prestan atención a lo que comen, pueden resultar una muy mala influencia si a ti sí te importa comer saludable. Es mejor que evites comidas en compañía de estas personas, ya que te incitarán a comer demás.
#6 ¿No desayunas? ¡Corres riesgo de ser obesa!
Así lo dice un estudio de American Journal of Epidemiology, que asegura que éste hábito ralentiza el metabolismo, además de provocar que comas en exceso en la próxima comida. Las personas que desayunan llegan con menos apetito a la hora del almuerzo, lo que implica comer menos.
¿Te suena alguna de éstas razones por las que siempre tienes hambre? ¡Cuéntanos cómo piensas solucionarlo!
Fuente: iMujer