El trueque es un práctica que existe desde el neolítico, es decir, desde hace más de 10.000 años y, básicamente, consiste en el intercambio de bienes de valor semejante (sin mediación de dinero). Ahora bien, ¿cuál es la razón por la que te decimos todo esto?
Hoy te propondremos realizar una especie de “trueque alimenticio”, para que puedas disfrutar de una vida más sana. Sí, se trata de una “especie” moderna, que se aparta de la tradicional, en tanto no consiste en intercambiar bienes de valor semejante: los alimentos con los que ahora te deleitarás encerrarán un valor nutricional mucho mayor que el de los que estuviste frecuentando.
#1 Snacks chatarras a cambio de tentempiés saludables
Donas, galletitas dulces, patatas fritas… Estos son los snacks más fáciles de conseguir y a los que estamos mejor acostumbrados. Pero, la verdad es que más allá de su sabor, estas opciones alimenticias no tienen ninguna ventaja. Representan una bomba de azúcar, sal y grasas perjudiciales. Por tanto, favorecen la obesidad, la diabetes, la depresión, la mala digestión y la fatiga, entre muchas otras consecuencias.
¿La solución? He aquí nuestros trueques saludables; sustituye:
las galletitas de chocolate por las de avena;
el helado tradicional por yogur con frutas frescas y frutos secos;
las papas fritas por nueces tostadas;
el chocolate con leche y blanco por el amargo;
los dulces por las frutas.
#2 Sal a cambio de hierbas frescas y especias
Para funcionar en su máximo esplendor, el organismo necesita una cantidad MUY limitada de sal (1 cucharadita al día). Si abusas de este condimento, puedes exponerte a un sinfín de problemáticas, entre las que se destacan la hipertensión, enfermedades cardíacas y problemas renales.
¿Sabes, entonces, qué es una buena idea para moderar tu consumo de sodio? Reemplazarlo por condimentos como la canela, el jengibre, el ajo, el clavo de olor, el perejil, el comino, el cilantro… Todas estas hierbas y especias te permitirán acentuar el sabor de tus comidas, sin poner tu salud en riesgo.
#3 Granos refinados a cambio de granos enteros
Los granos refinados (como la harina, el arroz blanco y los cereales tradicionales) son muy pobres en nutrientes. A diferencia de estos, los granos enteros conservan su potencial nutricional intacto; aportan fibra, selenio, potasio, magnesio y muchos otros nutrientes, que son indispensables para reducir los riesgos de enfermedades cardíacas, diabetes y varios tipos de cáncer. Así que, ¡recurre más a la avena, la quinoa, el arroz integral y la cebada!
#4 Carnes rojas a cambio de pescado
Es verdad: las carnes rojas representan una excelente fuente de proteínas y hierro. Pero, ¡también lo son de grasas saturadas! Y este tipo de grasas se encuentran estrechamente relacionadas con la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, artritis, hipertensión y cáncer. Por este motivo, es preferible que apuntes en otra dirección; regocíjate con más frecuencia en opciones como el salmón, el atún y las sardinas. Estas te regalarán muchos ácidos grasos omega-3, que son los encargados de bajar los niveles de colesterol, potenciar la memoria, mejorar el humor y prevenir enfermedades degenerativas como el alzheimer.
#5 Manteca a cambio de aceite de oliva
La manteca es el ingrediente infaltable de muchas recetas. Pero, ¡posee tantas grasas saturadas! Esta es la razón por la que su consumo nos hace más vulnerables a la obesidad, la hipertensión, la diabetes y el cáncer. Una buena idea para evitarlo es, entonces, sustituirla por aceite de oliva. Este es mucho más sano en la medida en que aporta vitaminas E y K, omega 3 y otros 6 tipos diferentes de ácidos grasos.
Así que, ¡iníciate en el arte del trueque! Está práctica te acercará a la calidad de vidaque tanto mereces.
Fuente: iMujer