Desde todas las direcciones, te llegan quejidos de dolor. Parece ser que las espaldas de tus más allegados no se encuentran en muy buenas condiciones. Es inevitable: entre tantas espaldas desgraciadas, la tuya se siente como una verdadera reina. Y es que el dolor todavía no la ha visitado… todavía. Lo cierto es que tu espalda no podrá escaparse del malestar toda la vida –salvo que tú aprendas cómo prevenir el dolor de espalda-.
#1 Siéntate como una princesa
Para tener una buena postura mientras permaneces sentada, no es necesario que cuentes con una silla súper ergónomica, siempre y cuando tu columna pueda conservar la curvatura de una «S» –y no de una «C»–. Como ves, es todo una cuestión de actitud. Así que ni se te ocurra despatarrarte en la silla; siéntate como una princesa. Por otro lado, procura levantarte y darle un recreo a tu espalda cada media hora.
#2 Siéntete alta
Imagina que desde el techo desciende una línea recta y atraviesa tu cuerpo. Alinea tus orejas, tus hombros, tus caderas y tus rodillas con ella. Asegúrate de que tu cabeza permanezca siempre justo arriba de tu cuello y no hacia adelante. En otras palabras, camina como si fueras la persona más alta de todas.
#3 Calza suelas acolchonadas
Cuanto más duras sean tus suelas, mayor será el impacto que recaerá sobre los huesos y músculos de tu espalda baja. Así que, por el bien de tu columna, será mejor que elijas calzados cómodos y acolchonados. ¡Tu espalda te lo agradecerá!
#4 No fumes
Pues, sí. Aunque no lo creas, el cigarrillo también causa dolor de espalda. Esto se debe a que fumar reduce el flujo sanguíneo –y consiguientemente, la cantidad de oxígeno y nutrientes– que llega a la espina.
#5 Aprende a levantar peso
Nada de encorvar la espalda para levantar objetos. No es la función de la columna hacer tanto esfuerzo. Así que flexiona las rodillas y, ¡pon esas piernas a trabajar! En el proceso, asegúrate de mantener la columna relajada y derecha.
Estos son nuestros consejos para que sigas manteniendo al dolor de espalda fuera de tu vida. Ahora que los conoces, ¡no te demores en ponerlos en práctica! A fin de cuentas, ¿qué sentido tiene sumarle dolor a tu existencia?
Fuente: iMujer.com
