Hugo Boss
Desde la década del 30, el gran diseñador del mismo nombre se encargó personalmente de realizar los uniformes de las Juventudes Hitlerianas y de la SS. Más que económico fue una cuestión de principios, pues Hugo Boss se unió al partido para apoyar la causa.
Pero quizás lo más lamentable es que en un momento llegó a crecer tanto en este emprendimiento que necesitó traer mano de obra (que se sabe era esclava) de Polonia y Francia.
Volkswagen
Ferdinand Porsche, creador del Porsche y del Volkswagen, se reunió en los 30 con el mismísimo Adolfo Hitler para diseñar el «carro del pueblo», un modelo barato que sirviera para producir y dar a la población… voilá, nació el famoso escarabajo que ha influenciado tanto la cultura automovilística como la popular.
Bayer
Un ejemplo de culpa indirecta, en cierto modo. La conocida marca de medicamentos viene de una compañía madre conocida como IG Farben. La IG no solo tenía alianzas económicas con los nazis (muchas de sus fábricas usaban esclavos traídos de los campos de concentración) sino que ayudó en la producción del Zyklon B.
El Zyklon B es un agente que se utilizó en las cámaras de gas que fueron una pieza importante del Holocausto. Cabe destacar que en 1997, la Bayer emitió una disculpa por los daños que causó su empresa matriz.
Adidas y Puma
Una rivalidad entre hermanos que surgió de las entrañas del partido. Rudolf y Adi Dassler entraron como zapateros a las filas de los nazis donde estaban trabajando en su marca conjunta.
Luego empezaron las disputas y la captura de Rudolf por parte de las fuerzas aliadas. Tras la caída del régimen, ambos hermanos lograron salir ilesos, pero nunca volvieron a enmendar sus problemas y crearon dos marcas deportivas exitosas: Puma y Adidas.
Culturizando