Entre la noche del miércoles y este jueves, los cuerpos policiales detuvieron a 47 estudiantes del estado Anzoátegui, quienes realizaban una vigilia como protesta a la detención del dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López, y el asesinato de varios universitarios.
Los jóvenes de esta región oriental vienen reclamando de manera pacífica en el distribuidor Fabricio Ojeda, pero la noche del miércoles fueron atacados por la Guardia Nacional, que les lanzó bombas lacrimógenas para disolver al grupo conformado por moradores de Boyacá, quienes también salieron a protestar y a tocar cacerolas.
A las cinco de la madrugada del jueves, nuevamente fueron atacados con perdigones y gases lacrimógenos, situación que dejó tres heridos que fueron recluidos al hospital Luis Razetti de Barcelona.
El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Omar González, informó del hecho la mañana de este jueves, junto a los parlamentarios Marcos Figueroa, Luis Edgardo Mata, Richard Arteaga y del Consejo Legislativo Miguel Arismendi, quienes se trasladaron a la sede de la Policía de Anzoátegui a hacer la denuncia.
Junto a los heridos en el Razetti, se encuentra el dirigente del Movimiento Ecológico de Anzoátegui, Alejandro Aguilera, quien condenó la actuación policial en contra de los estudiantes y, señaló que un representante de esa organización, Alejandro Mujica, fue detenido.
Allanan el Morro Humboldt
Varios sectores del estado Anzoátegui amanecieron tomados por los vecinos que repudiaron las detenciones de los estudiantes, situación que no impidió el allanamiento del conjunto residencial Morro Humboldt, el cual fue penetrado por efectivos policiales, quienes dispararon y lanzaron bombas lacrimógenas.
Dos personas resultaron heridas durante la acción ilegal de los funcionarios policiales. La avenida Camejo Octavio quedó intransitable. Manuel Cabello, habitante de las residencias privadas, calificó el hecho como un allanamiento que no tiene precedente en la historia del municipio Urbaneja (Lechería).
Como medida de precaución, muchos locales comerciales de la zona no abrieron sus puertas hasta al final de la tarde cuando llegó la calma.
El Universal