4 reglas para ser una experta en la cama

4 reglas para ser una experta en la cama

¿Quieres llevar a tu hombre hasta el cielo y mantenerlo ahí? Pues el secreto está en ofrecerle caricias electrizantes. Aunque cada chico tiene sus preferencias, hay cosas básicas que no fallan a la hora de tener acción en la cama y con lo que todos enloquecen.

 

Aquí te decimos 4 trucos para tener un toque sexual mágico.

 

Toma nota
 
Regla 1: Aprieta más
A la hora de las caricias, no te detengas ni te dé miedo ejercer un poco más de presión con tu mano que la que acostumbras. Recuerda que según los especialistas la piel de los hombres es más gruesa, y sus terminaciones nerviosas no están tan próximas a la superficie como ocurre en las mujeres. De modo que lo que para ti puede ser demasiado, para él puede ser placentero. Eso sí, empieza de poco en poco y dile a tu chico que te diga cuándo es el momento de más placer o cuándo debes detenerte.

 
Regla 2: Combina

Divide el trabajo manual en dos áreas de su cuerpo, y usa cada una de tus manos para ir a un sitio diferente y no nada más te concentres en su pene. Esto le hará tener una doble sensación de placer. Poner una mano entre los muslos o en su vientre puede hacer la diferencia en que tu chico disfrute más.

 
Regla 3: Ofrece y recibe

Por mucho que él disfrute sentirte, su experiencia erótica no estará completa hasta que pongas sus manos sobre ti. Para los hombres, el simple acto de acariciarte los senos es excitante, así que déjalo trabajar en ti. Por más que insistas en llevar la iniciativa, deja que él tome control de ciertas cosas, como tocar ciertas partes de tu cuerpo.

 
Regla 4: Avanza poco a poco

Si estás en pleno calentamiento, lo que menos deseas es que llegue enseguida el clímax y le ponga fin a la diversión. Así que cuando sientas que él está llegando a ese punto de éxtasis, retrocede y baja la velocidad, pero también –ojo- no dejes que su deseo se apague. Deja pasar 30 segundos y vuelve a entrar en acción. Concéntrate en esa área pequeña que lo llevará tener un clímax explosivo.

 

Fuente: Veintitantos 

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