Muchas veces nos olvidamos de comer de forma saludable o comemos rápidamente lo que tenemos a la mano. Otras veces, por flojera, tomamos cualquier golosina mientras vemos la televisión o estamos frente a la computadora.
Es más que probable que no nos detengamos a pensar qué tan bien nos estamos alimentando, ni hagamos un esfuerzo por revisar e incluso hacer un cambio en nuestra dieta. Pero si estás buscando mantener la línea o bajar algunos kilos, te invitamos a hacerte estas preguntas antes de comer cualquier cosa:
1.- ¿Realmente tengo hambre? Parece una pregunta tonta, porque por algo estás comiendo. Sin embargo, muchas veces recurrimos a la comida por aburrimiento, depresión, ansiedad, placer o simplemente porque tuviste la oportunidad de probar algo. Asegúrate de tener apetito de verdad antes de ingerir calorías innecesarias.
2.- ¿Este alimento llena un espacio de mi dieta? Se supone que los alimentos que comemos son necesarios para que nuestros órganos obtengan las vitaminas y nutrientes que requieren para su funcionamiento. Piensa en cada merienda como un pedazo de tu rompecabezas diario de alimentos y una oportunidad para tomar algo que a tu cuerpo realmente le está faltando.
3.- ¿Es ésta la porción correcta? Dependiendo de tu peso y tus objetivos, procura que tu desayuno contenga entre 300 y 500 calorías, el almuerzo entre 400 y 600 calorías, la cena alrededor de 400 a 600 y que las meriendas no tengan más de 150 calorías.
4.- ¿Hay alguna alternativa sana a este alimento? No siempre podemos elegir la alternativa más saludable y, otras veces, simplemente no queremos. Lo cierto es que la mayoría de tus comidas y meriendas pueden tener una opción más saludable. Busca la forma fácil de reducir el consumo de calorías, grasa, sodio, colesterol y azúcares. Por ejemplo en lugar de yogur común, come el griego; o en vez de cereal azucarado, elige el de fibra.
Fuente: ActitudFem