El triunfo, que le permite continuar a un punto de Barcelona en la tabla, podría salir caro, pues perdió en el proceso a Gareth Bale y Luka Modric por lesión.
Al minuto tres del encuentro, Bale detuvo la carrera y se inclinó para tocarse la pantorilla. Se había lesionado de nuevo ese gemelo de la pierna izquierda que tanta lata ha dado esta campaña. Una ola de miedo recorrió las gradas del Santiago Bernabéu. En la cancha, Cristiano Ronaldo fue el primero en notarlo y correr a asistirlo.
La preocupación no tardó en aparecer en su rostro. Se había quedado sin escolta ante un equipo irreverente que no rechaza un solo regalo y que por algo pelea por entrar en Europa.
Los hombres de Ancelotti tardaron en reagruparse. Había que disputar otros 86 minutos sin Bale y Benzema, baja también por lesión, y ni siquiera la presencia de Cristiano Ronaldo parecía dar seguridad. Sin otra solución de garantías en la banca, el italiano envió al Chicharito a la cancha.
Rápidamente, el mexicano se puso manos a la obra mientras el resto se recuperaba del golpe. Llegó la primera acción de peligro del ’14’ para despertar a los suyos. Un remate de cabeza que se habría colado en la portería si no interviene Kameni para sacarla con una mano. Málaga ponía las cosas cada vez más difíciles.
Los visitantes llegaban al área, pero eran repelidos una y otra vez. Lo malo para la visita era que el Madrid aprovechaba cualquier amago de falta en una zona peligrosa para sacar una oportunidad a balón parado hasta que al minuto 25 se salió con la suya.
Cristiano realizó un cobro desde la izquierda con dirección al palo izquierdo para que Ramos, que se había colocado al final de la línea, anticipó la carrera unos instantes para empujar el balón a la red a un costado de Kameni. El arquero camerunés se había dado cuenta de que el central había partido antes de tiempo y se quejó airadamente, pero el árbitro concedió el gol.
Pero Málaga no se dejó intimidar y buscó el empate. Iker apenas se daba a basto y casi lo caza Darder al final de la primera parte. Si se salvó, fue porque el disparo iba demasiado elevado. Los nervios crecían en el Madrid.
Había que anotar y pronto; o al menos, alejar al Málaga de su portería. Pero la situación solo empeoraría para los blancos. Antes de que se cumplieran 15 minutos de la segunda parte, Luka Modric abandonó el campo lesionado.
Aumentó el miedo pues sin el croata, no hay quien de consistencia a la media merengue. Madrid sufría de más para mantener alejados a los rivales y apenas se encontraba con balones para ir al frente. Y Málaga no es cualquier rival. Hacía rato que Amrabat se había vuelto un dolor de cabeza para la defensa blanca. Igualaba en fuerza a Pepe; corría al ritmo de Ramos y obligaba a Iker a volar como hace tiempo que no se le veía.
Cristiano, a su modo, buscó una solución rápida con sus peligrosas carreras por la banda a falta de socio de confianza. Pero el portugués, que es de mecha corta, ya mostraba signos de desesperación y erraba los tiros, algo que sólo empeoró cuando falló un penal estrellando el balón en la base del poste derecho de Kameni.
No podía creer el Madrid su mala suerte y, ya picado, se lanzó con furia a buscar el segundo. El partido se les habría salido de control si no se lo encuentran poco después, cuando James culminó una jugada colectiva que había iniciado el mismo y que había recorrido todo el borde del área antes de que pudiera disparar desde la frontal. Respiró el Madrid con el 2-0 sin darse cuenta de que el sufrimiento estaba lejos de terminar.
A la siguiente jugada, Juanmi se aprovechó de un descuido defensivo para poner el 2-1 en el marcador con un cabezazo a pase de Rosales.
Madrid se desesperó aún más, pero esta vez, decidió aprovechar el exceso de energía para insistir de todas las formas posibles hasta el final.
Sobre todo Cristiano, que no concibe irse con las manos vacías, hasta que tuvo su gol cerca del final. Un contragolpe del Chicharito que, ya en el área, sirvió el balón para que Cristiano, de frente al marco, pusiera el 3-1
Fuente: ESPN