Más allá del encuentro íntimo, el campo de la sexualidad les ofrece a las parejas la oportunidad de poner a prueba su creatividad, innovación, pero sobre todo, la confianza que se tienen; ejemplo, las posturas sexuales.
Cuando se habla de posturas sexuales, nos referimos a las diferentes maneras en que dos personas se colocan físicamente a la hora del acto sexual. Entre las posturas más frecuentes, y de las cuales se cree la más convencional y aburrida, se encuentra la del «Misionero».
De acuerdo con el psiquiatra y sexólogo, Walter Ghedin, la postura del “Misionero” es el comienzo del juego amoroso. Una manera de decir, inconscientemente, somos humanos, nos miramos, nos descubrimos, queremos, elegimos y nos damos placer.
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Tres variaciones de un clásico
Variar las posiciones sexuales puede resultar todo un condimento para incentivar a la pareja, así al mismo tiempo aprendiendo el lenguaje de la comunicación corporal y dándonos la oportunidad de conocer nuevas zonas erógenas además de los genitales.
Por ello Salud180.com, con información de Womens Health, te presentan tres variaciones de la postura del misionario. ¡Disfrútalas!
1. Tus piernas alrededor de sus muslos. Esta técnica se llama alineación coital. Este movimiento aumenta el contacto con el clítoris. En un estudio expuesto por la Journal of Sex and Therapy, 56% de las mujeres participantes alcanzaron el orgasmo a través de esta postura.
2. Empújalo con tus rodillas. Acuéstate sobre tu espalda y levanta las rodillas hasta su pecho. Tu pareja debe ponerse de rodillas, frente a ti. Mantiene tus piernas juntas, lo más posible. Esta posición obligará al hombre a empujar a una velocidad más lenta, lo que te permitirá disfrutar más.
3. Tus piernas sobre sus hombros. Levanta las piernas para que tus pies se abracen al cuello de él. Para Dana B. Myers, fundador de BootyParlor.com, el hombre logrará una penetración más profunda y placentera, además que podrá estimular el punto G de su compañera.
Recuerda, para una sexualidad plena y placentera siempre debe existir confianza y sobre todo seguridad. ¡Tu salud está en tus manos no lo olvides!
Fuente: Sexualidad 180