Al menos tres personas, un civil y dos policías, murieron y 35 resultaron heridas tras la detonación hoy de dos bombas cerca de un edificio en el que desde hace más de 24 horas permanecen atrincherados supuestos terroristas en el noreste de Bangladesh.
Las explosiones se produjeron a media tarde en la localidad de Sylhet, a unos cientos de metros del edificio de cinco plantas en el que permanecen los insurgentes desde el viernes por la mañana, dijo a Efe el comisario adjunto de la Policía local, S.M. Rokanuddin.
El portavoz de la Policía de Sylhet, Zedan Al Musa, detalló a Efe que una de las detonaciones se produjo cuando dos hombres montados en una motocicleta tiraron un artefacto explosivo cerca del inmueble en el que se cobijan los terroristas, causando la muerte de dos civiles.
Más tarde, en el mismo lugar, se produjo otra explosión, en la que murió un policía y otro resultó herido de gravedad, explicó Al Musa, sin aportar más detalles sobre otras víctimas.
Sin embargo, una fuente del Hospital Universitario Sylhet Osmani de la ciudad, que pidió el anonimato, reveló a Efe que entre 35 y 40 heridos fueron trasladados al centro médico tras las explosiones.
Mientras tanto, en el edificio tomado por los terroristas, comandos especiales del Ejército tratan de concluir la operación después de que a lo largo de la jornada consiguieran desalojar a 78 vecinos, afirmó a Efe un portavoz del Ejército, Rashidul Hasan.
Al Musa explicó que cuando las fuerzas de seguridad se aproximaron al edifico los insurgentes “gritaron ‘Dios es Grande’”, al tiempo que les lanzaron explosivos y detalló que creen que podrían quedar cuatro personas en el interior, incluida una mujer.
A esta operación antiterrorista todavía en marcha se suman dos intentos de atentado ayer y la semana pasada en las proximidades del aeropuerto de Dacca, aunque en las dos ocasiones los atacantes suicidas se inmolaron sin producir más víctimas mortales.
Los atentados se producen después de varios meses de relativa calma en Bangladesh en medio de una amplia campaña antiterrorista lanzada por las autoridades tras el asalto a un restaurante de Dacca que el pasado julio causó 22 muertos, la mayoría extranjeros.
El ataque al restaurante capitalino, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), marcó un antes y un después en la oleada de atentados de corte islamista que se venía produciendo con intervalos en el país desde 2013.
Hasta el pasado julio, cuando cesaron los asesinatos, unos 70 blogueros, intelectuales, miembros de minorías religiosas y extranjeros habían muerto en estos atentados.
El Gobierno acusa de estos ataques a los grupos locales Nuevo Jamaatul Mujahideen Bangladesh (JMB) y Ansarullah Bangla Team (ABT), vinculado con la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio, además de al principal partido islámico del país, el Jamaat e Islami, que se encuentra en proceso de ilegalización.
EFE
Por Confirmado: Francys Garcìa