25 niños reciben clases en colchonetas en el municipio Andrés Bello

25 niños reciben clases en colchonetas en el municipio Andrés Bello

Sentados en colchonetas, con los cuadernos apoyados en el piso o en las piernas, estudian 25 de los 55 alumnos del preescolar de la Escuela Bolivariana Estadal Elia Márquez de Espinoza, ubicada en el municipio Andrés Bello. Romelia Solórzano, directora del plantel, informó que no tienen sillas suficientes para todos los niños.

 

«Solamente contamos con 30 asientos, muchos de los cuales están viejos y dañados; buen parte de ellos carecen de espaldar y otros tienen las patas partidas», planteó. La directora señaló que con 60 sillas y 10 mesas se acaba el problema.

 

También faltan estantes en toda la escuela. Las maestras de cuarto y quinto grados, así como la gente que trabaja en la biblioteca y en el departamento de educación física, apoyan los escritorios sobre pupitres, porque carecen de patas. «Las maestras no tienen estabilidad para escribir y pasan mucho trabajo», señaló la directora.

 

El plantel carece de un parque infantil completo. La única distracción de la que disfrutan los niños pequeños son dos cauchos pintados de colores que están enterrados en el jardín. Allí juegan.

 

Dificultades

Completamente pelada está la sala de computación. Necesitan 35 microprocesadores para que los alumnos aprendan a manejarlas. Romelia Solórzano declaró que en el sector Madre Nueva, donde está ubicado el plantel, no hay centros de Internet ni infocentro. Los estudiantes ignoran las nociones básicas de la navegación virtual.

 

En la escuela atienden a 230 alumnos de inicial a sexto grado. De segundo grado en adelante tienen computadoras Canaimitas, pero la mayoría presenta problemas porque no cargan o no funcionan, lo que limita el aprendizaje.

 

En esta zona barloventeña el calor es insoportable. En cada una de las ocho aulas de clase hay solamente un ventilador, que es insuficiente para refrescar a las secciones que tienen de 28 a 35 muchachos.

 

En la escuela no hay bebederos de agua fría. La población estudiantil debe llevar sus envases para tomar el líquido, pero a veces no les alcanza para una jornada completa de 7 am a 4 pm.

 

«En la cocina les llenan los potes, pero allí también se agota el agua, porque son muchos muchachos. Recurren a beber agua del chorro, que está caliente, por lo que se quejan. Necesitamos urgentemente los bebederos», señaló.

 

 

Fuente: ÚN

 

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