En lo que va de año un total de 21 escoltas han sido asesinados para robarles sus armas y vehículos por parte de criminales, cifra que aun cuando es ligeramente menor a la del año pasado, evidencia la situación de riesgo por la que atraviesan los profesionales de la seguridad privada en el país.
Armando Rodríguez, presidente de la Asociación Bolivariana de Escoltas de Venezuela expresa que “gran parte de los escoltas y funcionarios asesinados fueron ejecutados por bandas criminales que buscan el arma de la víctima para seguir equipándose más de lo que ya están».
Asegura que los escoltas se han convertido en un objetivo fácil porque la mayoría vive en lugares populares o barriadas y deben llegar a altas horas de la noche a esos sitios con su arma y la moto que utilizan para su trabajo, lo que los deja en desventaja ante la acción de los antisociales.
Los escoltas estamos prácticamente a nuestra suerte, ya que muchos tenemos nuestros portes de arma vencidos y no podemos renovarlos debido a los obstáculos que les ponen en la Dirección de Armas y Explosivos (DAEX), dijo y agregó: no contamos con el gobierno, ni con la oposición, nadie está pendiente de nuestra situación, en los próximos días solicitaremos ante los tribunales un amparo constitucional, ya que no sólo se nos está negando el derecho al trabajo al no renovar los portes de arma, sino que además nos tratan como delincuentes, al detenernos por porte ilícito de arma de fuego.
Asesinado por hacer un favor
Josué David Guiche Briceño, de 26 años de edad trabajaba como escolta para un grupo de abogados; el miércoles en horas de la noche regresaba a su casa ubicada en el sector El Rosario de las Minas de Baruta, cuando se encontró con una amiga que le pidió un favor: que la ayudara a recuperar una laptop y un teléfono celular que le habían robado unos asaltantes del sector; ese fue el último favor que hizo.
Cuando Guiche llegó a donde estaban los ladrones, no tuvo tiempo de nada, le cayeron a tiros, cinco impactos dieron entre el pecho y el abdomen, le robaron la moto y el arma, lo dejaron agonizando en la vía hasta que fue trasladado a un centro de salud de la Alcaldía ubicado en el mismo sector, llegó sin signos vitales.
Horas después dos de los tres atacantes fueron capturados por efectivos policiales; Guiche los conocía, habían crecido juntos en el mismo barrio, «pero uno nunca sabe que se habían metido esos muchachos para matarlo de esa manera», dijo su papá José Guiche.
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Fuente: El Universal