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Venezuela celebrará la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles en el Monumental Simón Bolívar

Posted on: agosto 22nd, 2025 by Super Confirmado

La ceremonia de canonización se llevará a cabo el domingo 19 de octubre de 2025

La canonización de los primeros santos de Venezuela, el Dr. José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles, será celebrada con una actividad central en el país. El evento tendrá lugar el próximo 25 de octubre en el estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas, según informó la alcaldesa Carmen Meléndez.

La ceremonia de canonización se llevará a cabo el domingo 19 de octubre de 2025 en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y será presidida por el Papa. La actividad está programada para las 4:00 de la mañana, hora de Venezuela, y será un momento de gran significado para los devotos del país.

La figura del Dr. José Gregorio Hernández, conocido como el «médico de los pobres», ha calado profundamente en la fe de los venezolanos, quienes aguardaban con esperanza esta noticia. Su devoción ha crecido exponencialmente en los últimos años, no solo en Venezuela, sino también en el resto de Latinoamérica y el Caribe, según un comunicado de El Vaticano publicado el pasado 25 de febrero.

Tras conocer la noticia, el arzobispo de Caracas, monseñor Raúl Biord Castillo, celebró este homenaje a la “vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza”. La Iglesia Católica, a través de un comunicado de la Arquidiócesis, ha reconocido su vida de santidad y la devoción universal que le han permitido ser elevado a los altares.

Para Biord Castillo, la vida y obra del Dr. José Gregorio Hernández son un ejemplo de amor al prójimo, de entrega a los demás y de fe en Dios. La celebración en el Monumental Simón Bolívar permitirá a los venezolanos unirse en un acto masivo para conmemorar este acontecimiento histórico para el país.

Venezuela celebrará la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles en el Monumental Simón Bolívar

 

La Prensa De Lara

Trino Márquez: La responsabilidad de Evo, el insensato

Posted on: agosto 22nd, 2025 by Super Confirmado

Los resultados de la primera vuelta de la elección presidencial en Bolivia marcan el final de la hegemonía del confuso proyecto populista encabezado por Evo Morales, primero, y Luis Arce, su antiguo delfín, después; y el inicio de un nuevo ciclo político en ese país andino.

El triunfo categórico de Rodrigo Paz Pereira, de centro democrático, y Jorge “Tuto” Quiroga, liberal; y la ubicación en el tercer puesto de otro líder del centro democrático, Samuel Doria Medina, así como la relegación a un remoto cuarto lugar de Andrónico Rodríguez, representante del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que había gobernado durante dos décadas continuas, evidencian el hartazgo de los bolivianos frente a la ineficiencia y pugnacidad durante los años recientes de los dirigentes socialistas, incapaces de lograr acuerdos mínimos que permitieran resolver los graves problemas económicos y sociales surgidos después de que los precios del gas, principal commodity de esa nación, comenzaran a desplomarse de forma indetenible.

Evo Morales ha intentado minimizar la dimensión de su fracaso diciendo que Andrónico Rodríguez no lo representaba a él ni al verdadero MAS, cuyas siglas le fueron arrebatadas a Morales y concedidas al grupo de Luis Arce, por una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Recordó que su línea había sido llamar a la abstención y que esta había quedado en tercer lugar. Pobre argumentación. La verdad, lo que realmente cuenta para formar el nuevo gobierno, es el caudal de votos obtenido por los aspirantes que obtuvieron las dos mayores votaciones. Lo demás carece de significado. Contra la intransigencia y tozudez de Evo Morales, quien gobernó entre 2006 y 2019, se produjo una revuelta ciudadana pacífica. La gente le dijo en las urnas: ¡Basta! Usted no puede volver a aspirar a ser presidente. Usted intentó dar un golpe de Estado, desconociendo la voluntad popular en 2016, cuando, en un referéndum popular, los ciudadanos se opusieron a la reelección indefinida.

Desde que perdió esa consulta popular, Evo se dedicó a tratar de imponer su voluntad. Se comportó como el cacique de una tribu que desconoce las reglas de la comunidad, en este caso, el Estado de derecho. Afortunadamente, el sistema institucional boliviano, superando su tradicional debilidad frente a los caudillos, se mantuvo firme ante este “hombre fuerte”. Para la elección del pasado domingo 17 de agosto, no cedió ante las movilizaciones ilegales, los bloqueos de vías y la violencia generalizada que fomentaba. El sistema democrático contuvo la arremetida.

La consulta comicial logró realizarse en un clima de tranquilidad, a pesar de las acciones previas de Morales y de la decisión de atrincherarse en el Trópico de Cochabamba, donde se encuentra protegido por un grupo de sus seguidores. Este comportamiento insensato e irresponsable tendrá consecuencias en el futuro. Evo Morales pudo haber pasado a la historia como el primer gobernante enraizado con los pueblos originarios. Representante de las etnias indígenas bolivianas, excluidas durante siglos por gobiernos que las marginaron. Sin embargo, optó por convertirse en un gamonal, sin ningún otro interés que el de eternizarse en el poder, desconociendo la institucionalidad del país y, sobre todo, la soberanía popular.

A pesar de su actual debilidad y desprestigio, Evo Morales será un factor importante para la estabilidad del gobierno de Rodrigo Paz o de Jorge Quiroga. Ese gobierno se constituirá bajo el signo de la profunda crisis que afecta a Bolivia. Necesitará que todos los sectores importantes del país, entre ellos los sindicatos y organizaciones sociales que agrupan a los productores agrícolas y grupos indígenas en los cuales Evo tiene influencias, se unifiquen en torno de metas comunes.

La inflación acelerada, la severa escasez de divisas por la drástica disminución de las reservas internacionales, y la falta de gasolina, diésel y gasoil, entre otros graves problemas nacionales, dibujan un panorama turbulento para los próximos años. Este nudo, difícil de desatar, obliga a convocar a todos los sectores nacionales a que depongan actitudes sectarias y se sumen a un proyecto de reconstrucción nacional alrededor de nuevos ejes. El gas ya no podrá ser el centro de gravedad de la economía. La vocación exportadora del país habrá que desplegarla a partir de otros productos. Lo más seguro es que Bolivia necesite del apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero, ya sabemos cómo la izquierda rancia se ha encargado de demonizar los acuerdos con ese organismo, concebido después de la Segunda Guerra Mundial para auxiliar las economías sumergidas en severos aprietos. Los acuerdos con el FMI casi siempre implican neutralizar la resistencia de los socialistas o, en el mejor de los casos, lograr su respaldo, aunque sea tibio.

Cuando se forme el nuevo gobierno, y comience la reconstrucción de Bolivia, el díscolo Evo Morales tendrá la oportunidad de reivindicarse frente a los amplios sectores populares que una vez lo vieron como un líder cercano y entrañable. Deberá mostrarse como un estadista y no como un agitador. Podrá lavar la imagen de insensato que lo define actualmente.

 

Trino Márquez

@trinomarquezc

Nelson Chitty La Roche: Breves sobre el buen gobierno (I) 

Posted on: agosto 22nd, 2025 by Super Confirmado

“Lo que hay que ser es mejor y no decir que se es bueno, ni que se es malo. Lo que hay que hacer es amar lo libre en el ser humano, lo que hay que hacer es saber alumbrarse ojos y manos. Y corazón y cabeza y después ir alumbrando.
Lo que hay que hacer es dar más, sin decir lo que ha dado, lo que hay que dar es un modo de no tener demasiado y un modo de que otros tengan su modo de tener algo”.
Andrés Eloy Blanco. Coloquio bajo el laurel

Habiendo dedicado cuatro de cinco partes de mi recorrido vital a la política, testigo y militante de la gestión y crítica de los conflictos de mi entorno desde la adolescencia y juventud y hasta mi actualidad, activando y dirigiendo en el partido, en la universidad, en el barrio, en el gremio, aunque no he tenido la oportunidad de gobernar, entiéndase como ejercicio de la función ejecutiva, pero participando como representante en el órgano parlamentario nacional y haberle hecho seguimiento, vigilancia, fiscalización, siento que decanto y perfilo una idea de lo que es un buen gobierno y por contraste, un desempeño que no lo es.

Todos como ciudadanos, más o menos interesados en la cosa pública y aun aquellos que se alejan porque piensan que no les ofrece un rédito que justifique el esfuerzo de desviar tiempo para su provecho y darlo a esa “entelequia” que es la comunidad o la república, así piensan muchos, dicho sea de pasada, si bien yo no me agrego, nos permitimos frecuentemente hacer juicios sobre el gobierno y calificarlos como buenos o malos.

Surgen naturalmente preguntas, sin embargo. ¿Qué nos convence para sustentar un juicio positivo o negativo hacia un gobierno o un gobernante? ¿Estamos conformes con la democracia y con los representantes con los que ella realiza o falla en hacerlo su faena? ¿Habrá algún aspecto o tarea propia del gobierno que provoque más interés o suscite mas atención? Todavía una más quizá un tanto académica, ¿aun en desacuerdo con políticas de la administración, estoy dispuesto a continuar respaldando como ciudadano su autoridad?

Bertrand De Jouvenel se interrogaba, en su célebre clásico sobre el poder, ¿por qué obedecemos? y Max Weber de su lado, nos ilustra sobre la razón de la empatía, aquiescencia, atracción del líder y teoriza sobre el carisma y la autoridad como fuentes de legitimidad.

El asunto es complejo y de múltiples abordajes admito, por lo cual, echaré a andar tan solo algunas consideraciones cuya visibilidad no sea discutible. La primera es el bienestar o la percepción que de él pueden tener los conciudadanos. En efecto, si atribuimos a la conducción de la cosa pública suficiencia material y satisfacción para nuestras necesidades, aunque ello sea más que imputable a la acción del régimen, al sistema y a la coyuntura económica, suele concluirse que se tiene un buen gobierno.

La marcha del empleo, la estabilidad de precios, el equilibrio de la balanza de pagos, la tasa de cambio son elementos que a todos de una u otra manera impactan, empero, el común no siempre maneja todos esos conceptos, pero los reconoce cuando terminan por afectarlo.

La prestación de los servicios públicos de agua, electricidad, energía inclina la balanza rápidamente a uno u otro lado, aunque, también pesa y bastante incide en la perspectiva, los valores y los asientos culturales para inspirar un dictamen favorable al encargo oficial.

La seguridad y la confiabilidad institucional, ambos generadores de convivencia y paz social en el orden, constituyen a mi juicio otro de esos factores que se aprecian mucho. Creer que la policía, la administración, la justicia aseguran un desempeño razonablemente eficiente, imparcial y transparente ayuda mucho o perjudica definitivamente, según sea el caso, el parecer sobre él.

El empeño regular y consistente por la coexistencia, la tolerancia, la alteridad como principios rectores de la gerencia promueven un conveniente dibujo del gobierno y son normalmente, más que aceptados, exigidos.

Todo lo contrario a lo mencionado suscita una visión social y comunitaria distinta y sienta las bases de un veredicto comprometido con propensión a devenir en una tendencia negativa e irrecuperable. Los malos gobiernos con problemas crónicos no suelen redimirse y optan más bien por intentar simplemente mantenerse.

Los hermanos Lorenzetti, allá en Siena, en el siglo XIII, dejaron en frescos que adornan la Catedral representaciones pictóricas alusivas al buen y mal gobierno, que por cierto destacaron por su originalidad al no referirse -como era frecuente- a la temática religiosa, sino al profano mundo de la política y desde allí a la vida y a la existencia terrenal.

Claro que no todo depende, al menos no lo incluye en el plan la potencia pública, de los eventos, contingencias y circunstancias que pueden sobrevenir y que contaminan o enrarecen el ambiente social. El expediente migratorio, por señalar uno de varios, solivianta los espíritus y reduce peligrosamente el margen de maniobra de los regímenes.

El Brexit, según algunos criterios, podría haberse acelerado por la intemperancia y las dificultades que se presentan por las diferencias culturales, lingüísticas, económicas y un aderezo de bajo psiquismo y xenofobia, además. Me decía una amiga venezolana con décadas de residencia en el Reino Unido que los venidos de algunos países de Europa oriental se hacían de muchos prejuicios por su tendencia al aislamiento.

Loa aleas también juegan en ese impresionable campo que es el sentir público. Basta un acontecimiento para torcer la viga y arrojar lo que los estudios de opinión pública tenían como firmes variables e inclinarse en la otra dirección.

El atentado en el metro de Madrid provocó un sismo electoral y trajo inesperadamente a los socialistas al poder. El arrebato antipolítico que condujo desde la crisis de los partidos a la victoria del deletéreo iconoclasta Hugo Chávez Frías y hay muchos más, se pueden traer como ejemplos de lo alegado.

Sostengo que lo que desnuda la bondad, la virtud o la falencia, la carencia, la mala impresión que irradia un gobierno tiene que contar con dos agentes creadores impretermitibles por sus consecuencias. De un lado, la ética del guía y del otro, la responsabilidad de él y del cuerpo gubernamental con las resultas de esa gerencia.

Me explico, a menudo se presenta al político como un ser humano indigno, pragmático, ladino que miente con cinismo y lo hace compulsivamente. La gente espera de ese sujeto muy probablemente ese comportamiento “ex tunc ex nunc.” Es un posicionamiento que resulta de la vorágine antipolítica y un hándicap con el que se parte, pero el conductor del gobierno puede desvirtuarlo y sacar su gestión de ese hoyo en el que cualquier circunstancia puede hacerle caer.

En los regímenes presidencialistas, el buen o mal gobierno sigue a la figura central y pende de la impresión que destila su trabajo y exposición. No tan claramente acontece en los parlamentarios, en los que la amplitud factorial y el estilo que apunta a conseguir desde la deliberación plural la decisión consensuada reparte los roles y demoran los desenlaces o acaso confunden.

Traigo a colación un excelente ensayo de ese brillante estudioso de la política, el francés Pierre Rosanvallon, quien diagnostica precisamente el elenco de fallas que denota el examen de la democracia y la crisis que no solo es de la representación sino del ejecutivo y que erupciona en un patente descontento o más, decepción porque no hay consulta, no hay comunicación y hay un cisma moral entre los detentadores del poder y los destinatarios. Es imperativo construir, acota, desde una integridad ciudadana y lo parafraseo (Pierre Rosanvallon, Le bon gouvernement, Seuil, Paris 2016).

La conducta del jefe, por llamarlo así, puede estar en la sensibilidad pública en un momento dado bajo cuestionamiento o sospecha, pero el balance de sus acciones no se podrá hacer hasta el final de su gesta y a veces mucho después. Se le comparará con otros y sus modos y maneras de ser y presentarse además de lo que se sabe realmente de él, orienta el criterio.

La responsabilidad es capital en ese ejercicio de valoración del curso dirigente del sujeto bajo escrutinio. La que de él mismo derivó y la de sus censores que pueden equivocarse conscientes o inconscientes de ello.

Regresa con fuerza entonces una pregunta: ¿Es el liderazgo responsable del buen o mal gobierno pura o simplemente?, ¿lo es históricamente? y ¿cuándo sabremos si el gobierno fue bueno o malo realmente?

Ningún gobierno es perfecto y tampoco hará la unanimidad en un sentido o en el otro. La próxima semana Dios mediante terminaremos esta reflexión que se me ha hecho extensa y me disculpo, por tanto.

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@gmail.com
@nchittylaroche 

 

Cada 22 de agosto se celebra el Día Mundial del Folklore

Posted on: agosto 22nd, 2025 by Laura Espinoza

Cada 22 de agosto se celebra en todo el mundo el Día del Folkore, con el objetivo de enaltecer las tradiciones, culturas y creencias de cada pueblo, de cada país.

La UNESCO escogió esta fecha porque concuerda con el día en que el arquéologo británico William G. Thorns, combinó por primera vez las palabras en inglés Folk (pueblo) y Lore (saber), en una carta publicada en la revista “atheneum”, en el año 1846.

Desde entonces, la Real Academia Española “castellanizó” estas palabras, cambiando la letra “k” por la “c”, cuyo significado es “Conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular”.

Venezuela se caracteriza por tener una amplia variedad de culturas y tradiciones en cada uno de sus rincones, entre los que destacan las danzas y cantos, en su mayoría religiosos, los cuales han pasado de generación en generación, como por ejemplo ‘Los Diablos Danzantes de Yare’, en el estado Miranda, o ‘Las Zaragozas’, en Sanare, estado Lara.

San Benito de Palermo y los Chimbángles. El culto a San Benito de Palermo se realiza en muchas regiones de Venezuela y Colombia.1​2​ Se lleva a cabo con fervor especialmente en el sur del Lago de Maracaibo, Estado Zulia, donde se da la multitudinaria participación del pueblo y la esmerada elaboración del ritual. Sus fiestas patronales tienen su inicio los días 27 y 28 de diciembre y finalizan el 6 de enero.

San Benito, patrón de Palermo, también conocido como el Moro, era hijo de negros esclavos manumisos. Nació entre 1524 y 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, y murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo. Su culto se extiende actualmente por las comunidades de los descendientes de esclavos negros americanos

La cerámica y alfarería, forman parte de las actividades culturales de Venezuela, en conjunto con la fabricación de textiles como hamacas, sillas, zapatos.

 

El Impulso

 

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