El presidente del gobierno español responde ante las críticas de la oposición por su «silencio» ante el posible «fraude» de las elecciones en Venezuela
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace este miércoles balance del curso político antes del paréntesis de agosto, al que el Ejecutivo llega con un preacuerdo con ERC para la investidura de Salvador Illa en Cataluña, con el anuncio de una querella contra el juez que investiga a Begoña Gómez y con buenos datos económicos pero sin presupuestos.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró que la transparencia en los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela es «imperativa» y que es necesario que se verifiquen «todas las actas de todas las mesas» para reconocer al ganador de los comicios del pasado domingo, mientras que ha llamado a «la calma» a los ciudadanos venezolanos.
«Seguimos con preocupación los acontecimientos que se están viviendo en Venezuela. Es necesario recordar lo que hemos venido diciendo desde que se celebraron las elecciones y es imperativa esa transparencia en el recuento electoral. Para poder reconocer los resultados hay que poder verificar las actas de todas las mesas«, dijo durante una comparecencia desde Moncloa ante los medios de comunicación para hacer balance del curso político.
Sánchez también ha hecho «un llamamiento firme» a la calma, al civismo y a la garantía de los derechos fundamentales «de todos los venezolanos«, después de que 11 personas hayan perdido la vida en las protestas que han tenido lugar en varias ciudades del país contra los resultados de los comicios.
Esta es la primera reacción del presidente del Gobierno tras la celebración de las elecciones presidenciales en Venezuela, ante las críticas de la oposición del Partido Popular (PP) y Vox, que le habían reprochado su «silencio» ante el posible «fraude».
Hasta el momento, el Ejecutivo se había expresado a través del Ministerio de Exteriores, que ha reclamado «datos verificables» para certificar la fiabilidad de los comicios.
Nicolás Maduro se atribuyó la victoria en las elecciones presidenciales del domingo con el 51% de los votos y 5,1 millones de votos, según los datos de la autoridad electoral venezolana, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo. El candidato opositor, según esos mismos datos, habría obtenido el 44% de los apoyos y 4,4 millones de votos.
No obstante, la oposición reivindica la victoria de su candidato tras reunir más del 70% de las actas electorales, que darían la victoria a González con un 67% de los apoyos (más de 7 millones de votos) frente a un Maduro que contaría con el 30% de los votos (más de 3 millones de votos). Gran parte de la comunidad internacional también ha mostrado dudas sobre la legalidad de los resultados, pidiendo la publicación del total de las actas.
Tras conocerse los resultados oficialistas, se iniciaron movilizaciones en varias ciudades de Venezuela en protesta por la victoria atribuida del presidente Nicolás Maduro. Los enfrentamientos con las fuerzas del orden se han saldado hasta el momento con la muerte de al menos 11 personas, de las cuales dos eran menores de edad, según ha detallado la ONG de Derechos Humanos Foro Penal.
A esto hay que sumar que Maduro ha pedido que se procese a la opositora María Corina y al candidato opositor Edmundo González por presuntamente tratar de «apoderarse del país a través de la criminalidad, la violencia, la manipulación y la mentira«, en cooperación con el «imperialismo de Estados Unidos«.
