Las pecas en la piel son como pequeñas pinceladas de pigmento formadas por melanina, que es la sustancia que se encarga de darle color a tu piel.
Por lo general, son como unas pequeñas manchitas de color marrón claro o más oscuro, y pueden aparecer de manera individual o en grupos.
Aunque son más frecuentes en la cara, también pueden aparecer pecas en las piernas, las manos o los pies, caracterizándose por ser muy sensibles al sol, lo que hace que tiendan a salir más en verano y a aclararse durante el invierno.
¿por qué salen pecas en la cara?
Pueden pueden aparecer en cualquier tipo de piel, pero la tonalidad de las pecas puede variar en función del color del color de la piel y del cabello. Las personas con cabello rojizo y piel clara son más propensas a desarrollarlas, aunque este no es el único factor determinante.
El gen MRCI, que controla la pigmentación pelirroja, también influye en la aparición de pecas en la piel. Las personas con cabello rojo suelen tener una piel más delicada y clara, lo que las hace más susceptibles a estas manchas.
Por lo general, las pecas suelen surgir durante la niñez o la adolescencia, aunque pueden disminuir con la edad si se cuidan correctamente.
Y, entre las diferentes causas, la exposición solar y la genética son dos factores que inciden directamente en la aparición de pecas en el rostor:
Pecas en la cara por el sol: aparecen en la piel tras una exposición prolongada al sol. A diferencia de los lunares, son suaves y no sobresalen de la piel. Su color se debe al pigmento de la melanina y, cuanto más tiempo te expongas al sol, más melanina producirás, por lo que tras un día soleado al aire libre hay más posibilidades de que aparezcan.
Pecas por genética: la predisposición genética juega un papel crucial en la formación de las pecas. Si en tu familia hay antecedentes, es probable que tú también las desarrolles, porque aunque es cierto que nadie nace con pecas, suelen comenzar a aparecer en la infancia y, a veces, desaparecen a medida que envejecemos.
¿Qué tipos de pecas existen?
Dado que son un signo de los efectos del sol en la piel, es importante conocer los dos tipos de pecas existentes para saber diferenciarlas:
Pecas normales: se caracterizan por ser pequeñas y tener forma redondeada. Pueden aparecer con el paso de los años o ser congénitas en función de cada caso.
Pecas por quemaduras solares: son más oscuras y tienen un tamaño superior a las normales, con bordes irregulares. En este caso, son más habituales las pecas en el pecho o en la espalda.
La protección, la mejor prevención contra las pecas en la piel
Aunque no son peligrosas en absoluto, a mucha gente no le gustan estéticamente. Si este es tu caso, proteger tu piel del sol es la mejor medida para prevenir la aparición de pecas, ya que como hemos visto, la exposición solar es el factor que más influye en su aparición.
Nuestro consejo es que apliques un protector solar facial con un SPF30 o más, siempre que salgas de casa y, sobre todo, si te vas a exponer al sol, para así protegerte de la radiación UVA y UVB. Es importante asegurarte de aplicar el protector correctamente y, sobre todo, volver a aplicar de nuevo cada dos horas.
Además del protector, también es recomendable cubrir tu rostro con un sombrero o una gorra, para así evitar que la piel reciba la radiación solar de manera directa. Así mismo, utiliza siempre gafas de sol, ya que la piel de alrededor de los ojos es la más fina, sensible y la más propensa a la aparición de pecas, y evita la exposición en las principales horas del día.
Y, cuando llegues a casa, aplica una crema hidratante o un after sun para mantener la piel hidratada y perfectamente nutrida, lo que será clave para evitar la formación de nuevas pecas y para que las ya existentes vayan desvaneciéndose poco a poco.
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