Según críticos, la nueva ley que ha implementado el Estado venezolano transfiere la responsabilidad financiera de las políticas públicas del Gobierno al sector privado. La Ley de Protección de las Pensiones de Seguridad Social frente al bloqueo Imperialista establece una contribución especial de hasta el 9% sobre el valor de los pagos a trabajadores activos, incluyendo salario y bonificaciones, pero nunca por debajo del salario mínimo.
Un comunicado del Observatorio de Gasto Público de la ONG Cedice Libertad señala: “Se ha hecho costumbre para el gobierno trasladar los costos de sus políticas públicas a los privados, mientras el ingreso que recauda el estado no se sabe a dónde va”.
Señaló así que esta medida se aplica exclusivamente al sector privado, lo que interpretó como un acto discriminatorio y una omisión de los esfuerzos privados en atender a las necesidades previsionales de sus trabajadores.
En función de esto, señaló que la recaudación de este nuevo tributo, que será administrada por el Seniat, no se destinará directamente al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), sino que se desviará al tesoro nacional. Las sanciones por incumplimiento son severas, ascendiendo a 1.000 veces el tipo de cambio de la moneda extranjera más alta publicada por el Banco Central de Venezuela (BCV), lo que ha suscitado preocupaciones sobre posibles abusos con fines recaudatorios. Además, apuntó que la ley delega en el Presidente de la República la facultad de establecer tasas de contribución y de exonerar a ciertas personas jurídicas.
Analistas advierten que la nueva ley podría tener un impacto negativo significativo en las finanzas de las empresas privadas, aumentando sus costos laborales en un promedio del 10% y limitando la contratación de nuevos empleados. Esto —según el Observatorio— podría obstaculizar la formalización del empleo y agravar la ya mermada competitividad internacional de Venezuela.
Críticos de la ley, como José Piñera, creador del sistema de Capitalización individual chileno, argumentan que “el sistema de pensiones de reparto y tributos de este tipo, rompen con el importante vínculo entre esfuerzo y recompensa, entre contribuciones y beneficios y eso destruye los incentivos correctos”.
Piñera aboga por un sistema que permita a los trabajadores acumular capital con sus aportes personales en cuentas de ahorro previsional, restableciendo así el vínculo entre esfuerzo y competencia, anclado en la propiedad de los ahorros para la vejez y la responsabilidad individual.
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