El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo este miércoles en Davos (Suiza) que la renovación del acuerdo del alto el fuego con el ELN, que vence el 29 de enero, depende de que la guerrilla tenga voluntad de «abandonar la violencia de manera definitiva», porque-subrayó- se trata de «una relación entre dos, como los matrimonios».
«Eso depende también de ellos, digamos estamos hablando de una relación entre dos, como los matrimonios. Puede haber separación, puede haber un camino más fructífero, pero las conversaciones van a depender de la voluntad del ELN por abandonar la violencia de manera definitiva en su historia», afirmó Petro en una entrevista con EFE.
«Se les pide abandonar el camino de la violencia. Dependerá de ellos. Nosotros estamos dispuestos a profundizar el camino de la paz, de la construcción regional democrática y, por tanto, del poder popular en las regiones de Colombia», agregó.
El Gobierno colombiano y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) acordaron este año un alto el fuego de seis meses, que entró en vigor el 3 de agosto de 2023, tras un ciclo de negociaciones en Cuba en junio.
El pasado 17 de diciembre anunciaron que habían pactado la suspensión de los secuestros con fines económicos.
El mandatario, presente finalmente en Davos tras cancelar en un primer momento su viaje por los retrasos acumulados de su agenda en Guatemala, donde el domingo asistió a la investidura de Bernardo Arévalo de León, ha participado en varias sesiones del Foro Económico Mundial y viajará desde Suiza al Vaticano para abordar con el Papa Francisco la marcha del proceso de paz en Colombia.
En la entrevista, Petro se refirió también a las conversaciones con la agrupación conocida como Estado Mayor Central de las Farc (EMC-Farc), que incluyen los frentes de esaa exguerrilla que no firmaron el Acuerdo de Paz del 2016, cuando el presidente era Juan Manuel Santos.
A su juicio, el crecimiento de actores armados en el campo se debe al incumplimiento de esos acuerdos durante el gobierno posterior, de Ivan Duque, «que se hizo elegir bajo la consigna de hacer trizas la paz».
Hoy se cumplen cinco años del atentado del ELN contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá que dejó 22 muertos, entre ellos una cadete ecuatoriana, y más de 80 heridos.
El atentado, en el que también murió el terrorista, llevó al entonces presidente, Iván Duque, a romper los diálogos con esa guerrilla en Cuba, que estaban congelados desde el comienzo de su Gobierno.
«Nosotros lo que queremos es retomar el camino del cumplimiento», recalcó Petro, quien aseguró que el objetivo de las conversaciones de paz con esos grupos armados ya no es el de hace unas décadas, de acceso al poder en Colombia, «sino que tiene que ver con la transformación de la economía».
«Esa transformación tiene que ser de democracia, de que las comunidades sean las dueñas el poder popular en esos territorios y no las mafias, tiene que ver con cuestiones económicas y allí la comunidad internacional sí que nos podría ayudar. Es lo que hemos venido a decir a Davos», subrayó.
Ha destacado que las regiones más grandes desde el punto de vista de la producción de cocaína para el mundo son las más pobres de Colombia. «El único litoral pobre del Pacífico, donde está China, donde está Japón, dónde está California, porque es negro y se transformó en la región cocainera más grande del mundo», ha dicho.
A su juicio, en esa región «perfectamente se puede producir cacao, café o maderas» y se trata de que esos procesos de industrialización, en manos de la misma población, puedan «competir con las rentabilidades de la economía ilícita».
Al ser preguntado por la polémica generada en Colombia sobre que está buscando en Davos fondos para financiar el desarme de los grupos armados, ha respondido que en Colombia hay una oposición social construida que no ve con buenos ojos el diálogo ni la paz y cree en soluciones extremas, «que buscaría, incluso, un golpe de Estado» contra él.
EFE