Han salido a la luz más detalles sobre los objetivos de producción de la estatal venezolana Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Según Reuters, el gobierno compartió planes para reiniciar la perforación tras cinco años de inactividad, incluso antes de la flexibilización de las sanciones.
En julio, el ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, Pedro Tellechea, informó de que PDVSA estaría buscando reactivar unos 27.966 pozos, la mayoría situados en la región productora más antigua de Venezuela, en el estado de Zulia, lo que podría añadir 1,7 millones de barriles diarios (bpd).
No obstante, los expertos señalan que para lograr un aumento tan drástico desde la producción de 780.000 bpd de este año, PDVSA y sus socios podrían necesitar hasta una década de duro trabajo e inversión sostenida.
Según cifras de Baker Hughes, a Venezuela sólo le queda una plataforma de perforación activa de las más de 80 unidades que estaban operativas en 2014, lo que, en opinión de los expertos, crea grandes obstáculos para expandir rápidamente la producción.
La petrolera estadounidense Chevron también requerirá al menos dos equipos de perforación de hasta 1.500 caballos de fuerza el próximo año para una campaña de perforación aprobada por EE. UU. destinada a aumentar la producción de su empresa conjunta a unos 200.000 bpd.
Sin embargo, según la agencia Reuters, PDVSA ya está en conversaciones con empresas petroleras locales y extranjeras para contratar equipos y servicios que le permitan reactivar la deprimida producción.
Entre las empresas que tienen equipos inactivos en Venezuela están las firmas SLB, antigua Schlumberger, Nabors Industries y Evertson International, informaron dos fuentes.
SLB dijo el mes pasado que la compañía estaba trabajando en un rápido retorno a los campos petroleros de Venezuela, donde una vez fue el mayor socio de servicios petrolíferos de PDVSA.
PDVSA también está negociando equipos petroleros especializados con empresas de Turquía, cuyo presidente, Tayyip Erdogan, se ha reunido en repetidas ocasiones con Maduro en los últimos años, dijo otra fuente a Reuters.
PDVSA también buscaría reactivar el oriente del país
Antes del alivio de las sanciones, PDVSA ha estado tratando de recuperar pozos y plataformas para aumentar la producción. Aparte del estado Zulia, otro que podría ayudar en la tarea sería Anzoátegui, en el oriente de Venezuela, específicamente en la zona sur del estado.
Una de las fuentes consultadas por Reuters señaló que la empresa local Operadora Indioil, especializada en la recuperación y reconstrucción de perforaciones y con presencia en Anzoátegui, se encuentra entre las empresas a las que PDVSA ha recurrido para rescatar los equipos dañados y saqueados.
Autoridades venezolanas también han hecho propuestas a pequeños contratistas petroleros privados para operar algunos campos petroleros de PDVSA para revertir la agotada producción de crudo, dijeron seis fuentes familiarizadas con el tema.
Algunas de las empresas que se han acercado a PDVSA para reactivar los lazos comerciales han sido dirigidas a Camimpeg, una firma de servicios petroleros y mineros propiedad de los militares venezolanos que mantiene una relación con PDVSA y a menudo subcontrata a empresas especializadas.
La ley de hidrocarburos de Venezuela obliga a PDVSA y a sus empresas mixtas a operar todos los yacimientos de crudo, pero en los últimos años PDVSA ha firmado acuerdos de servicios técnicos que permiten delegar la intervención de pozos a empresas especializadas.
En octubre, el Departamento del Tesoro de EE. UU. autorizó durante seis meses la producción y exportación de crudo, gas y combustible venezolano, la compra de bienes y servicios, nuevas inversiones y pagos a PDVSA con pocas limitaciones para los socios comerciales.
La licencia general que autoriza esas actividades está sujeta al cumplimiento de un pacto electoral clave entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición que traza el camino hacia unas elecciones presidenciales en 2024.
Pero atención porque Washington ha dicho que podría revertir las medidas si el acuerdo no llega a buen puerto.
El Nacional