La OPEP alertó este lunes de que la industria petrolífera mundial requerirá inversiones por un volumen de 14 billones de dólares hasta 2045 y que una eventual falta de estos flujos de capital puede dar lugar a un «caos» en el mercado.
«Es vital que se hagan estas inversiones», resalta el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), dijo el kuwaití Haitham Al Ghais, en un documento presentado hoy en Riad.
Este punto de vista, que previsiblemente defenderá en la próxima cumbre climática (COP28) no solo el grupo de 13 «petroestados», sino también gran parte de la industria petrolífera mundial, está en clara oposición a la postura de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que considera innecesario impulsar nuevos proyectos para extraer crudo.
«Los llamamientos para detener las inversiones en nuevos proyectos petrolíferos son erróneos y podrían provocar un caos energético y económico», advierte Al Ghais en el informe anual «Perspectivas del Mercado Petrolero Mundial 2023» (WOO 2023).
Según el documento, las necesidades de inversión para el sector se estiman en un total acumulado de 14 billones de dólares (en dólares estadounidenses de 2023), o alrededor de 610.000 millones de dólares anuales de media, durante el periodo entre 2022 y 2045.
«El grueso de esto, 11,1 billones de dólares -o una media anual de 480.000 millones de dólares- se requerirán para el sector ‘upstream’», es decir, para la exploración, descubrimiento y producción del petróleo.
El resto se requiere para el transporte y la distribución del «oro negro», asegura la organización con sede en Viena.
Los cálculos están basados en la perspectiva de que la demanda mundial de crudo no dejará de aumentar hasta al menos 2045, cuando totalizaría unos 106 millones de barriles diarios (mbd), cerca de 6 mbd más que la actual.
A pesar de pronosticar un considerable desarrollo de las fuentes renovables de energía, el informe vaticina que el petróleo seguirá siendo la fuente número uno en el «mix» energético a nivel mundial, con casi el 30 %, hacia casi la mitad de siglo.
La OPEP sí admite que además de satisfacer las crecientes necesidades energéticas, «también es necesario reducir continuamente las emisiones» de efecto invernadero.
Pero incluso en un escenario alternativo que conduciría a una mayor reducción del dióxido de carbono (CO2) emitido por el sector energético, la organización apuesta sobre todo por las costosas tecnologías para capturar carbono.
«La captura, utilización y almacenamiento del carbono», entre otras tecnologías, «deberían desempeñar un papel clave en el futuro», subraya el secretario general de la OPEP.
Por el contrario, la AIE, que desde su sede en París defiende los intereses energéticos de las principales naciones industrializadas, ve posible que el consumo planetario de los combustibles fósiles alcance un pico antes de 2030, tras lo cual comenzaría a declinar de forma sostenida.
Para lograrlo, la agencia promueve una «hoja de ruta» que incluye triplicar las inversiones en las energías renovables (eólica, solar y nuclear), duplicar la eficiencia energética, retirar las subvenciones a los combustibles fósiles y reducir las inversiones en petróleo a las instalaciones existentes y a proyectos ya aprobados.
EFE