A juicio del dirigente opositor, el mandatario opta por reducir la dependencia de EE. UU., «ya que no pretende conceder ningún tipo de contraprestación democrática a los venezolanos». Opina que al Jefe de Estado «no le interesa levantar inhabilitaciones, tampoco la observación internacional calificada, ni mucho menos un proceso electoral pulcro»
El dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, señaló que el presidente Nicolás Maduro viajó a China para «buscar más dependencia» de esa nación y «poder controlar» las elecciones presidenciales previstas para 2024.
La gira de Maduro a China nos ofrece pistas sobre cuáles premisas va a montarse en los próximos meses. Maduro busca retomar la dependencia con China, y reducir la de Estados Unidos, ya que no pretende conceder ningún tipo de contraprestación democrática a los venezolanos. No le interesa levantar inhabilitaciones, tampoco la observación internacional calificada, ni mucho menos un proceso electoral pulcro», aseguró el político antichavista.
Añade que el mandatario venezolano «ya piensa en cómo pisotear y desconocer la voluntad mayoritaria de un país cansado de la corrupción, la indolencia y el hambre».
Para nadie es un secreto que Maduro necesita recursos para afrontar el ciclo electoral. Con unos índices de desaprobación tan altos, solo le queda aferrarse a la corrupción para amarrar los apoyos dentro de su círculo político. Por eso, busca nuevamente el salvavidas chino, que le provea recursos en un contexto sumamente complejo», apuntó Borges.
Recordó que el gobierno del país asiático le ha dado en préstamos a Venezuela más de 60.000 millones de dólares en estos 24 años, dinero que le ha permitido, primero a Chávez y luego a Maduro, sostenerse financieramente.
También alertó que la visita del mandatario venezolano a China «nos da pistas sobre la agenda geopolítica que se cierne sobre Venezuela y cómo nuestro país es parte de un tablero de ajedrez internacional».
Dijo que el presidente chino Xi Jinping decidió no ir a la cumbre del G20, impidiendo la posibilidad de un encuentro bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aunque recibe a Maduro «para reforzar sus lazos de cooperación».
Según Borges, esa decisión del mandatario chino de rechazar la invitación de EE. UU. «demuestra que China utiliza a Venezuela como un peón en su juego geopolítico. Venezuela le sirve para incomodar a Estados Unidos y reforzar su presencia en el continente».
Asimismo, afirma que el Gobierno nacional ha estado gestionando el posible ingreso de Venezuela a los Brics, «un bloque de países con una agenda geopolítica claramente antidemocrática y contra los derechos humanos».
Opina que Occidente «debe ser consciente de esta realidad y no hacerse la vista gorda como ha venido pasando», al referirse a los Brics y a la posibilidad del ingreso de Venezuela a ese grupo.
Maduro no es Maduro, Maduro es Xi Jinping y el proyecto hegemónico de China. Maduro es Putin y la idea de la gran Rusia. ¿Cómo enfrentar esta agenda? Con determinación hay que pujar para que llegue la democracia en Venezuela con unas elecciones competitivas en 2024. Maduro sabe que está perdido y no tiene apoyo popular, pero pretende mantenerse en el poder, entregando a Venezuela completamente a los intereses de los enemigos de Occidente», indicó.
«Por eso, Estados Unidos no puede caer en el chantaje de Maduro y sus aliados, cualquier negociación que implique el levantamiento de las sanciones, debe conducir a un proceso electoral justo y a la restauración de los derechos humanos», enfatizó Borges.