Una etopeya es una figura literaria que consiste en describir los rasgos psicológicos o morales de un personaje. Sus costumbres, su forma de ser. Se trata de retratar desde el punto de vista interno, mirar hacia adentro y obviar las características físicas de los sujetos descritos en favor de sus cualidades, virtudes y defectos.
La etopeya es lógicamente una valoración subjetiva sobre los personajes, el punto de vista de quien los describe sobre sus actitudes cotidianas. Los autores se sirven así de su inventiva para crear los perfiles a su antojo, imaginando muchas veces diálogos ficticios en los que los protagonistas actúan según lo imaginado.
La etopeya forma parte en realidad de lo que se denominan figuras de pensamiento, al igual que la prosopografía (descripción física de personajes), el retrato (descripción física y psíquica de personajes, mezcla de prosopografía y etopeya) y la caricatura (descripción exagerada de personajes, acentuando los defectos).
Ejemplo de etopeya:
“Daniel es un chico alegre y divertido. Le encanta socializar con sus compañeros y siempre está dispuesto a compartir su sonrisa con los demás. Es travieso en ocasiones, pero todo el mundo sabe que no tiene malas intenciones. Cosas de la edad, dicen sus profesores, al tiempo que destacan su generosidad y reconocen, eso sí, que es algo despistado”.
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