Posted on: julio 27th, 2023 by Super Confirmado No Comments
Un fallo del Tribunal Superior de Trinidad y Tobago que permite deportar a migrantes venezolanos sin estatus de refugiados podría tener graves consecuencias para ellos, según alertaron hoy expertos de la ONU en derechos humanos.
Sentencia contraria a la Convención de Refugiados
Los expertos expresaron su “profunda preocupación” por la sentencia, que consideraron contraria a los principios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, y por la detención, el 9 de julio de 2023, de 196 venezolanos, entre los que había refugiados registrados por Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados.
“La retirada de medidas de protección no es una solución, sino que expone a los refugiados a abusos, explotación, torturas, desapariciones forzadas y otros tipos de malos tratos”, advirtieron en un comunicado.
Devoluciones forzosas en el mar
Los expertos también denunciaron que se han producido devoluciones forzosas en el mar de migrantes venezolanos, lo que podría suponer violaciones del derecho a la vida.
Según dijeron, han enviado dos comunicaciones al Gobierno de Trinidad y Tobago para abordar estas cuestiones, pero no han obtenido respuesta.
“Los migrantes son, ante todo, seres humanos (…) y están protegidos por el Derecho internacional de los derechos humanos, sin discriminación y en pie de igualdad con el resto de ciudadanos”, recordaron.
Entre los firmantes del comunicado están el relator especial para los derechos de las personas migrantes, Felipe González Morales, los miembros del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzosas o Involuntarias y el relator especial sobre ejecuciones arbitrarias, Morris Tidball-Binz.
Posted on: julio 27th, 2023 by Super Confirmado No Comments
En un comunicado dieron a conocer la decisión emanada desde la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa). El religioso está bajo investigaciones por el delito lascivo. El cardenal Baltazar Porras concluye el escrito asegurando que Alaña Morillo “ya no es sacerdote católico”
El sacerdorte Enrique “Kike” Antonio Alaña Morillo fue expulsado de la Iglesia por la Arquidiócesis de Caracas tras recibir señalamientos de presuntos delitos de abuso sexual.
En un comunicado enviado a la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa) por la Oficina de Información de la Arquidiócesis, el cardenal Baltazar Porras indica que la resolución de expulsar a Alaña Morillo del estado clerical se tomó “después de una investigación previa a tenor del canon 1.717, y, luego, por mandato de la Santa Sede, Roma, habiéndose cumplido un proceso Administrativo Penal (interno) de la Iglesia Católica, según lo previsto en el canon 1.720 del Derecho Canónico”.
El relogioso concluye el escrito asegurando que Enrique Antonio Alaña Morillo “ya no es sacerdote católico”.
El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda en el numeral 1.582 que el Orden sacerdotal confiere un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado.
El numeral 1.583 precisa que “un sujeto válidamente ordenado puede ciertamente, por causas graves, ser liberado de las obligaciones y las funciones vinculadas a la ordenación, o se le puede impedir ejercerlas, pero no puede convertirse de nuevo en laico en sentido estricto porque el carácter impreso por la ordenación es para siempre”, indica una nota de ACI.
De otro lado, el canon 1.711 se refiere a la investigación que un obispo debe realizar cuando tenga noticia “al menos verosímil, de un delito”; mientras que el canon 1.720 establece que el obispo debe notificar al investigado sobre la acusación que pesa sobre él y presentar las pruebas, para luego proceder al decreto.
Aunque en redes sociales se señala a Alaña Morillo como presunto abusador sexual, el comunicado no informa sobre el delito o delitos cometidos.
ACI Prensa envió el correo electrónico a la Arquidiócesis de Caracas el martes 25 de julio para indagar sobre la existencia de algún proceso canónico contra él por presuntos abusos sexuales y recibió como respuesta el comunicado ya citado.
Posted on: julio 27th, 2023 by Super Confirmado No Comments
La Justicia venezolana excarceló este miércoles a 30 de las 33 personas pertenecientes a la comunidad LGBTI de Venezuela detenidas en el estado Carabobo durante un procedimiento policial en un local privado; tras lo que tendrán que cumplir con un «régimen de presentación», informó a EFE el activista y miembro del Observatorio de Violencia LGBTIQ+ Yendri Velásquez.
El activista detalló que durante la audiencia de presentación el tribunal admitió «toda la solicitud de la Fiscalía», y las 33 personas fueron imputadas por los delitos de «ultraje al pudor», «agavillamiento» y «contaminación sónica».
Los tres detenidos restantes, identificados como el dueño del local y dos de sus trabajadores, deberán presentar fiadores para su posterior excarcelación.
«No hay fundamento suficiente para que la Fiscalía genere este proceso de imputación, ni para que los tribunales acepten esta solicitud por parte de la Fiscalía»; aseveró Velásquez, quien detalló que el delito de ultraje al pudor se establece cuando se trata de un acto público, lo que no ocurrió en este caso.
Además, aseguró que no hay forma de comprobar delitos como el agavillamiento, o de justificar una acusación penal por contaminación sónica.
«Lo que es evidente es que hay un ensañamiento por prejuicios homofóbicos y esto nos preocupa», dijo.
Agregó que este proceso está «marcado por irregularidades y violaciones al debido proceso y a los derechos fundamentales de las 33 personas detenidas y sus familiares».
El observatorio presentó quejas ante Fiscalía y la Defensoría del Pueblo y, en las próximas horas, articulará otras acciones con distintas ONG defensoras de derechos humanos para exponer el caso ante otras instituciones nacionales e internacionales.
Más temprano, el observatorio advirtió, mediante un comunicado de prensa, sobre el riesgo de criminalización de estas 33 personas pertenecientes a la comunidad LGBTI+ detenidas.
Relató que los 33 ciudadanos fueron detenidos «arbitrariamente» el pasado lunes, durante un procedimiento activado tras una «denuncia anónima».
Indicó que durante la acción policial «se incautaron objetos personales y se realizó una minuta que luego fue difundida en redes sociales, exponiendo los nombres y fotografías» de los detenidos.
Posted on: julio 27th, 2023 by Lina Romero No Comments
Los embajadores de Francia, Romain Nadal, y de Colombia, Armando Benedetti, concluyeron en este mes de julio su labor en el país en representación de sus respectivos gobiernos. Nadal llegó a Caracas en junio de 2017 tras haberse desempeñado como segundo secretario en la embajada francesa en Madrid. Benedetti, ficha clave en la campaña que llevó a Gustavo Petro a la presidencia colombiana, estuvo menos de un año por estos lados.
Nadal, en su partida, dijo que deja su corazón en «el Ávila, en Roraima, en Petare, en Catia…». Benedetti destacó, en cambio, los esfuerzos que adelantó para mostrar la inclemencia de las sanciones económicas aplicadas contra el régimen venezolano.
El funcionario francés, licenciado en derecho con un diploma del Instituto de Estudios Políticos de París y Caballero de la Legión de Honor, es un diplomático de carrera que se vinculó al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país desde 1995. Durante sus seis años en Venezuela apoyó a organizaciones internacionales y francesas en la financiación de proyectos de la sociedad civil venezolana en campos tan diversos como la promoción de los derechos civiles y políticos, igualdad de género, derechos LGTB+, desarrollo sostenible, telemedicina para poblaciones indígenas, inclusión de personas con discapacidad y promoción del deporte. Su labor fue ampliamente aplaudida fuera de los círculos del poder.
Armando Benedetti integró a principios de los noventa la sección política del diario El Tiempo de Bogotá y años después, postulado por el Partido Liberal, llegó a la Cámara de Representantes y más tarde al Senado, cuya presidencia ejerció, pero ya como miembro del Partido de la U –la U del expresidente Álvaro Uribe–. En 2020 se sumó a Colombia Humana e hizo llave con Petro, una relación que se agrió tras la filtración de unos audios que comprometieron al presidente y arrojaron dudas sobre la financiación de la campaña electoral. Petro le pidió la renuncia a la embajada en Caracas.
Benedetti justificó el contenido de las polémicas filtraciones porque se dejó llevar “por la rabia y el trago”. Nunca, como se supo entonces, se imaginó como diplomático en Caracas sino integrando el círculo cercano a Petro, del que fue excluido. Aun así se atribuye la reanudación de las relaciones con Venezuela, interrumpidas durante el gobierno de Iván Duque. Vocero por igual de su país y de Miraflores, el paso fugaz de Benedetti por Caracas contrasta con la reconocida tradición diplomática de su país.
Aunque las funciones de los embajadores son evidentemente políticas, están sujetas al derecho internacional y a una práctica universal basada en el respeto mutuo. Cada país acreditante tiene sus propios intereses en relación con el país receptor y, en la práctica, los embajadores reproducen las políticas y orientaciones ideológicas del gobierno que representan.
De estilos distintos, Nadal y Benedetti representaron también a gobiernos distintos. El diplomático francés expresó con naturalidad los principios y valores democráticos y el respeto de los derechos humanos que animan a su país, como nación integrante de la Unión Europea; mientras Benedetti, además del descuido en las formas que pregonó muy pronto desde su cuenta de Twitter, representó al primer gobierno de izquierda en la historia colombiana, asociado, por tanto, a esa corriente y a algunos de sus voceros, como el brasileño Lula da Silva, que tiene su propia “narrativa” de la realidad venezolana y auspicia una relativización del concepto de democracia.
De Nadal se sabía cómo pensaba y actuaba sin desmedro de las formas, de Benedetti solo cuando se le iba la lengua.
Los embajadores de Francia, Romain Nadal, y de Colombia, Armando Benedetti, concluyeron en este mes de julio su labor en el país en representación de sus respectivos gobiernos. Nadal llegó a Caracas en junio de 2017 tras haberse desempeñado como segundo secretario en la embajada francesa en Madrid. Benedetti, ficha clave en la campaña que llevó a Gustavo Petro a la presidencia colombiana, estuvo menos de un año por estos lados.
Nadal, en su partida, dijo que deja su corazón en «el Ávila, en Roraima, en Petare, en Catia…». Benedetti destacó, en cambio, los esfuerzos que adelantó para mostrar la inclemencia de las sanciones económicas aplicadas contra el régimen venezolano.
El funcionario francés, licenciado en derecho con un diploma del Instituto de Estudios Políticos de París y Caballero de la Legión de Honor, es un diplomático de carrera que se vinculó al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país desde 1995. Durante sus seis años en Venezuela apoyó a organizaciones internacionales y francesas en la financiación de proyectos de la sociedad civil venezolana en campos tan diversos como la promoción de los derechos civiles y políticos, igualdad de género, derechos LGTB+, desarrollo sostenible, telemedicina para poblaciones indígenas, inclusión de personas con discapacidad y promoción del deporte. Su labor fue ampliamente aplaudida fuera de los círculos del poder.
Armando Benedetti integró a principios de los noventa la sección política del diario El Tiempo de Bogotá y años después, postulado por el Partido Liberal, llegó a la Cámara de Representantes y más tarde al Senado, cuya presidencia ejerció, pero ya como miembro del Partido de la U –la U del expresidente Álvaro Uribe–. En 2020 se sumó a Colombia Humana e hizo llave con Petro, una relación que se agrió tras la filtración de unos audios que comprometieron al presidente y arrojaron dudas sobre la financiación de la campaña electoral. Petro le pidió la renuncia a la embajada en Caracas.
Benedetti justificó el contenido de las polémicas filtraciones porque se dejó llevar “por la rabia y el trago”. Nunca, como se supo entonces, se imaginó como diplomático en Caracas sino integrando el círculo cercano a Petro, del que fue excluido. Aun así se atribuye la reanudación de las relaciones con Venezuela, interrumpidas durante el gobierno de Iván Duque. Vocero por igual de su país y de Miraflores, el paso fugaz de Benedetti por Caracas contrasta con la reconocida tradición diplomática de su país.
Aunque las funciones de los embajadores son evidentemente políticas, están sujetas al derecho internacional y a una práctica universal basada en el respeto mutuo. Cada país acreditante tiene sus propios intereses en relación con el país receptor y, en la práctica, los embajadores reproducen las políticas y orientaciones ideológicas del gobierno que representan.
De estilos distintos, Nadal y Benedetti representaron también a gobiernos distintos. El diplomático francés expresó con naturalidad los principios y valores democráticos y el respeto de los derechos humanos que animan a su país, como nación integrante de la Unión Europea; mientras Benedetti, además del descuido en las formas que pregonó muy pronto desde su cuenta de Twitter, representó al primer gobierno de izquierda en la historia colombiana, asociado, por tanto, a esa corriente y a algunos de sus voceros, como el brasileño Lula da Silva, que tiene su propia “narrativa” de la realidad venezolana y auspicia una relativización del concepto de democracia.
De Nadal se sabía cómo pensaba y actuaba sin desmedro de las formas, de Benedetti solo cuando se le iba la lengua.