¿Alguna vez te has preguntado por qué la serpiente es el símbolo de las farmacias? Tomando en cuenta que hay un número bastante amplio de serpientes venenosas, peligrosas para la salud de los humanos, se trata de una duda más que justificada… ¡Conoce el porqué de esta curiosa elección!
Las serpientes en las culturas antiguas
A pesar de la percepción más bien negativa que acompaña en la actualidad a las serpientes, estos animales no siempre han sido temidos y aborrecidos por los seres humanos. De hecho, en numerosas culturas antiguas la serpiente llegó a ocupar un puesto de prestigio entre los animales divinizados.
La serpiente ha sido adorada como divinidad (o criatura con cualidades mágicas) en Egipcio, Grecia, la India, Mesopotamia, China, solo por nombrar algunos casos. Para estas culturas, la serpiente era un símbolo de sabiduría; pero una sabiduría muy particular, relacionada con el flujo constante entre la vida y la muerte.
Varias explicaciones parecen posibles, la más común se fija en el hecho de que los antiguos pensaban de que al momento de ocultarse bajo la tierra, las serpientes viajaban al inframundo y se comunicaban con los muertos.
Gracias a este contacto, en algún punto las víboras aprendieron a engañar a la muerte, un poder para muchos envidiable.
Regeneración y fecundidad de la serpiente
Las civilizaciones antiguas asumieron que había una relación entre el comportamiento cíclico de la luna y el proceso “regenerativo” de las serpientes.
Para el hombre arcaico, el ciclo de la luna ejemplificaba el mito de una deidad condenada a morir (solo hay que pensar en la reducción progresiva de tamaño que se da en el astro durante su fase menguante), pero se trataba, en todo caso, de una muerte temporal, ya que poco tiempo después la luna volvía a alzarse sobre el cielo.
Las serpientes, de igual modo, atraviesan varias veces a lo largo de su vida por un proceso regenerativo, cuyo síntoma más evidente es la muda de la piel. Esta transformación llevó a pensar que las serpientes conocían el secreto para mantenerse siempre jóvenes y saludables.
Esta misma creencia hizo que la serpiente pasara a ser también símbolo de la fecundidad, al ser considerada como una criatura capaz no solo de regenerar su propia vida, sino de auspiciarla. Existen muchos poemas épicos antiguos que dan fe de esta creencia.
Un ejemplo es la epopeya del Gilgamesh, canto perteneciente a la cultura sumeria. En este poema, el héroe homónimo desciende a las profundidades del mar para recoger una planta con la propiedad de brindar la inmortalidad; pero cuando Gilgamesh se sumerge en las aguas, descubre que hay una serpiente gigante custodiando el preciado tesoro.
Asclepio, la serpiente, y la copa de Higía
Dentro de la mitología griega también se habla del poder regenerativo de las serpientes. Particularmente importante en este sentido resulta la anécdota de cómo el semidiós Asclepio, deidad relacionada con la medicina, dominó la técnica para resucitar muertos.
Según el mito, la diosa Atenea la entregó la cabeza de Medusa a Asclepio, para que la usara en sus curaciones. La sangre que corría por los cabellos serpentinos del lado izquierdo de la cabeza producían un veneno mortal, pero la sangre del lado derecho era capaz de traer a los muertos de vuelta. Debido a este prodigio, la serpiente empezó a ser asociada con la medicina.
Otro de los símbolos relacionados con el culto de Asclepio es la copa de Higía, una de las hijas y también sacerdotisas del semidiós. En el símbolo de la farmacia, la copa de Higía y la serpiente aparecen unidas. Ahora ya sabes cómo la serpiente llegó a ser el símbolo de las farmacias.
Culturizando