Brasilia fue el escenario del reencuentro entre los presidentes de Venezuela y Brasil, Nicolás Maduro y Luiz Inácio Lula da Silva, quienes firmaron nuevos acuerdos para fortalecer la relación entre ambos países, que había estado congelada desde 2019.
La visita de Maduro a la capital brasileña se produjo casi cinco meses después de que Lula asumiera su tercer mandato, tras derrotar al entonces presidente Jair Bolsonaro en las elecciones de noviembre de 2022.
Bolsonaro había reconocido al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela en 2019, lo que provocó el retiro del personal diplomático y el cierre de las embajadas.
Un error político
En una declaración conjunta, Lula calificó lo ocurrido durante los últimos años como “errores políticos” y recordó su estrecha relación con el fallecido presidente Hugo Chávez, con quien impulsó proyectos de integración regional durante su gestión entre 2003 y 2010.
“Es absurdo que reservas de oro de Venezuela estén en manos de un tipo como Juan Guaidó, es absurdo que la Unión Europea reconozca a un impostor como él, como presidente de un país”, dijo Lula, quien también criticó las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados contra el Gobierno de Maduro.
El mandatario venezolano agradeció el gesto de su homólogo brasileño y expresó su disposición a retomar las relaciones “virtuosas” con inversionistas y empresarios brasileños.
“Venezuela está preparada para que volvamos al tiempo de la inversión y desarrollo”, dijo Maduro.
Nuevos acuerdos
Entre los acuerdos firmados por ambos gobiernos, se destacan los referidos a temas económicos, ambientales y energéticos. Según Lula, la intención es recuperar el nivel de comercio bilateral que había alcanzado los 6.000 millones de dólares (USD) y que ahora se ubica en USD 2.000 millones.
Uno de los proyectos más importantes es el de reconectar el estado brasileño de Roraima con la central hidroeléctrica venezolana de Guri, que le suministraba electricidad hasta 2018, cuando se interrumpió el servicio por problemas técnicos y políticos. Roraima es la única región de Brasil que no está conectada a la red eléctrica nacional de Brasil y depende de generadores diésel.
Otro aspecto relevante es la construcción de una nueva refinería petrolera en Brasil, que será propiedad conjunta de la estatal venezolana Pdvsa y la brasileña Petrobras. La refinería tendrá una capacidad de procesar 230.000 barriles diarios (bpd) de crudo pesado venezolano y abastecerá el mercado interno brasileño.
Reapertura de embajadas
El restablecimiento formal de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Brasil se concretó el pasado 26 de mayo, cuando el presidente Lula recibió las credenciales del nuevo embajador venezolano Manuel Vadell, quien sustituyó a Alberto Castellar, quien había sido expulsado por Bolsonaro en 2020.
En enero, el vicecanciller venezolano para América Latina, Rander Peña, recibió al encargado de negocios designado en Caracas, Flávio Macieira, quien inició el proceso para la reapertura de la sede diplomática en el país. Macieira reemplazó a María Teresa Belandria, quien había sido nombrada por Guaidó como embajadora en Brasil.
La visita de Maduro también se dio en el marco de una cumbre de mandatarios sudamericanos que se llevará a cabo este próximo martes, en la que se espera que participen los líderes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. El objetivo es relanzar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un mecanismo de integración que había sido abandonado por varios países durante los gobiernos de derecha en la región.
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