Tamara Adrián, primera mujer trans en ser electa para un parlamento nacional en el continente americano, aspira a la presidencia de Venezuela, cargo que espera conquistar con una propuesta que no deje por fuera a ningún grupo vulnerable ni vulnerabilizado
Luego de su experiencia en la Asamblea Nacional como diputada, Tamara Adrián se presenta como una de las aspirantes a la presidencia que competirá en la elección primaria de la oposición.
Con una carrera como abogada, además de su trayectoria política, la exparlamentaria, quien es la primera mujer trans en el mundo en aspirar a la presidencia de un país, busca romper un nuevo “techo de cristal”.
Tamara Adrián cree que el capitalismo de Estado, como se aplica actualmente en Venezuela, es un sistema que no funciona, en cambio vende la idea de un sistema capitalista que sea inclusivo para poder generar el verdadero desarrollo económico.
Ella se considera la única con la capacidad de aglutinar todas las fuerzas políticas necesarias, de hablar con todos los sectores y destaca sus contactos internacionales, que, a su juicio, serán vitales para la transición de Venezuela hacia una democracia.
A continuación, la entrevista completa de Tamara Adrián, candidata a la presidencia por Unidos por la Dignidad, con Crónica.Uno:
¿En qué formato se está lanzando para la primaria? ¿Apoyada por una organización política o por iniciativa propia?
–Apoyada por una organización política que se llama Unidos por la Dignidad, que organizamos y solicitamos nuestra inscripción ante el registro del Consejo Nacional Electoral (CNE) el año pasado y que no nos han dado respuesta, como tampoco se le han dado a Vente Venezuela o a cualquiera de los otros partidos.
Hace ya siete años que el CNE no ha autorizado ningún nuevo partido electoral en Venezuela, no ha tramitado ninguna solicitud. Eso forma parte del conjunto de situaciones que hay que visibilizar cuando hay personas que dicen que esto es una democracia con restricciones a la participación. No, ya esto pasó de esa línea hace mucho tiempo.
Ese concepto de democracia no competitiva que algunos acuñaron en algún momento, implica todavía que hay derecho de participar. ¿Cómo participamos si no tenemos partidos políticos?, ¿Cómo? si las personas están inhabilitadas, si las tarjetas de los principales partidos políticos históricos están secuestradas por vía judicial y si amigos como los del Partido Comunista, que formaron parte de la coalición dominante hasta recientemente, están también amenazados con la misma suerte.
Hablando entonces de la Unión por la Dignidad, ¿tiene la organización la maquinaria necesaria para poder llevar a cabo una campaña que compita con la de los demás partidos políticos?
–Estamos en ese proceso. Somos jóvenes, yo no, yo estoy mayor, pero en realidad somos una organización bastante joven y le hablamos a los jóvenes, y se están organizando grupos, estamos presentes en los 24 estados y alrededor de la mitad de los 365 municipios que existen en Venezuela.
Por otro lado, otras organizaciones políticas, y estamos en esas negociaciones, se han venido acercando en la medida en que escuchan el discurso, escuchan las propuestas, escuchan la forma en que estamos viendo el proceso de transición, se han venido acercando de todo el espectro político.
Esto es interesante porque creo que lo que ha venido sucediendo es que cada candidato habla dentro de un pequeño círculo, su cámara de eco, donde escucha su propia voz y escucha la voz de aquellos que siempre estuvieron a su favor.
(…) El reto es cómo hablar fuera de esas ecocámaras y tengo esa posibilidad y la gente lo está escuchando. O sea, sé que están escuchando dentro del chavismo descontento, sé que están escuchando dentro de los ninis, sé que están escuchando dentro de las distintas formas de oposición histórica en Venezuela.
Bueno, hablando de teorías políticas, si Tamara Adrián se tuviera que definir con alguna tendencia ¿Cuál sería?
–Eso es súper importante porque yo a esta altura del partido creo que la discusión izquierda-derecha es absolutamente desfasada y no le dice nada a nadie en el siglo XXI.
¿En qué sí tenemos algunas certezas? Que uno: los capitalismos de Estado no han funcionado de ninguna parte del mundo, que lo que han llevado es a miseria, hambre e inclusive hambrunas, como en Venezuela ha sucedido (…) Segundo: nos demuestra la historia que el único sistema que ha podido crear bienestar ha sido el sistema capitalista. Progreso y bienestar desde el punto de vista económico.
Pero también nos ha enseñado una tercera cosa: que el sistema capitalista puro es altamente excluyente y profundamente injusto porque deja a muchos fuera, a los que no pueden insertarse o por cualquier razón tienen alguna barrera para insertarse en el sistema educativo, cultural, laboral, quedan fuera y en consecuencia están condenados a la pobreza extrema.
Y entonces, ¿Cuál es la cuarta conclusión que tenemos? Y ahí no es Tamara Adrián, es simplemente la ONU que dice, hay que crear un sistema de desarrollo económico con inclusión. Si no hay desarrollo económico, estamos condenados a la pobreza.
Con el tema del CNE en la primaria, ¿Dónde está parada Tamara Adrián? ¿Apoya o rechaza el apoyo técnico?
– Yo no le tengo miedo al CNE porque sé que podemos ganar elecciones con el CNE, siempre y cuando la sociedad venezolana esté dispuesta a ir a votar. Porque ya lo demostramos, que se haya utilizado el CNE para crear miedo y los otros medios de coacción social, el carnet de la patria, punto rojo, gerrymandering (creación de distritos electorales sesgados), cambio de condiciones de voto, cualquier otra cantidad de situaciones, y que se hayan viralizado inclusive esos temores, genera esas dudas.
Ahora, yo he sido presidente de mesa en dos ocasiones y me tocó hacer auditoría de mi mesa y en las dos ocasiones lo que decía la caja era lo que decía la máquina, no había ninguna diferencia. Y era la misma aseveración de todos los testigos en todas las mesas de Venezuela. O sea que la trampa no está en las máquinas, la trampa está en el miedo y las formas de coacción y de control social que se han instrumentado durante el tiempo.
Usted es la primera candidata a la presidencia que ha pasado, a la vez, es una mujer trans. ¿Cómo se va a enfocar su campaña para que no la reduzcan a usted y lo que está ofreciendo solamente de su aspecto?
– Mi deber es hablarle a la gente, instruir a la gente. Sí, estoy orgullosa de ser la primera mujer trans en el planeta Tierra que se plantea el reto de acceder a una posición presidencial. Fui también la primera en el continente americano en ser elegida a un parlamento nacional y la cuarta del mundo.
Pero yo digo que yo soy una mujer que ando con una bolsa llena de piedras para romper todos los techos de cristal que me encuentre por el camino, porque las limitaciones están en la cabeza, para todas las minorías, y te hacen creer que tú no puedes, que tú no quieres, inclusive que tú estás fuera.
Alguien me posteó, de esas personas que difunden algunos mensajitos de odio a las cuales no se responde, pero me posteó que cómo me atrevía yo a salir a la luz pública. Pero eso era lo mismo que le decían a las mujeres. ‘¿Cómo te atreves tú a salir de la cocina para ir a hacer política?’.
Entonces, cuando tú conoces la historia y conoces que la invisibilidad es el arma preferida de todas las intolerancias para impedir el acceso igualitario al poder de grupos que históricamente han sido sometidos a sistemas de marginación o subordinación, llámese raza, sexo, religión, condición de salud, orientación sexual, identidad de género, origen nacional, característica física, llámalos como tú quieras porque son muchos.
¿Qué tan importante va a ser en su agenda los grupos vulnerables como personas con discapacidad, adultos mayores, la comunidad LGBTIQ+, por ejemplo?
– Las campañas políticas y el marketing político del siglo XXI se han venido perfilando desde el punto de vista de las propuestas por segmentación de mercado político, y eso implica hablarle a cada uno de los grupos.
Tú le vas a hablar con una propuesta a cada uno de los grupos vulnerables o vulnerabilizados socialmente (…) Pues bien, resulta que las campañas del siglo XXI tienen por objetivo, justamente, hablarle con propuestas específicas a cada uno de esos grupos. Porque resulta que se les había olvidado a los políticos que la suma de todas las minorías es la mayoría.
Si tú sumas mujeres, personas con discapacidad, adultos mayores, además por interseccionalidades se solapan entre ellos. Es decir, no son grupos excluyentes. Entonces, cuando tú visualizas desde el punto de vista político esa realidad que ya estaba ahí, pero que el marketing político del siglo XX nunca vio, empiezas a entender que el reto del político del siglo XXI es tener un discurso real para ir a cada uno de esos grupos en sus distintas interseccionalidades y potenciar en consecuencia el acto de adherencia a la opinión política que tú estás promoviendo. Y bajo esa óptica, entonces tú llegas a la conclusión que yo decía antes, la suma de todas las minorías esas es una súper mayoría. No queda nadie fuera.
Puntualmente ¿Cuáles son las propuestas que tiene en materia económica?
– (…) La primera propuesta es lograr un máximo de desarrollo económico logrando que vengan nuevas inversiones. Pero eso necesita dos requisitos: primero, la institucionalidad (…) y lo segundo, cambiar las leyes que impiden el desarrollo económico, como la ley hidrocarburos, la ley orgánica de hidrocarburos, eliminar la ley orgánica de precio justo; tienes un tercer elemento, que es restablecimiento de los servicios públicos, que son los requisitos para que venga la nueva inversión.
¿Qué sabemos? Pdvsa no tiene capacidad de inversión y el Estado venezolano no tiene capacidad de inversión.(…) ¿Va a ser Pdvsa el actor primario? No, yo considero que Pdvsa, al igual que en el pasado, sea un actor entre muchos actores, como lo fue en el tiempo de la apertura petrolera. Eso no quiere decir que vamos a eliminar ni la propiedad del Estado sobre el petróleo, ni el control del Estado sobre la actividad petrolera, pero sí reconocer que sin recursos para reactivar la actividad petrolera necesitamos de la participación del capital y de la tecnología extranjera.
¿Por qué Tamara Adrián es la mejor opción entre todos los candidatos que están en la primaria?
–Uno, porque soy la única que tengo capacidad de aglutinar todas las fuerzas, la única forma de hacer una transición exitosa hacia la democracia es con todas y con todos, por todos y por todos. Sin eso es imposible.
La historia demuestra que todos los países que han pasado de una estructura no democrática hacia una democracia lo han hecho en una coalición amplia.
Dos, soy capaz de hablarle a cada uno de los sectores, desde el punto de vista político y desde el punto de vista social y cultural; tres, tengo la capacidad de aglutinar fuerzas; cuatro, tengo los contactos internacionales en todos los ámbitos.
Estuve reunida en Washington con varios organismos tratando justamente de hablar cómo en un proceso de transición pueden los organismos internacionales de financiamiento ayudar a restablecer los servicios públicos, la electricidad, el internet, el teléfono. Cómo pueden ayudar también a lograr recuperar el sistema de tránsito en Venezuela y las vías de comunicación. Y un punto importantísimo, agua, el acceso al agua es de los derechos humanos que está como elemento determinante en los objetivos del milenio.
Crónica.Uno/ EC