La ciudad de Nueva York es una de las más visitadas en todo el mundo. Sus rascacielos, parques y monumentos como la Estatua de la Libertad son reconocidos internacionalmente. Una de sus obras de infraestructura más importantes pertenece a las construidas durante el siglo XIX, el Puente de Brooklyn.

El Puente de Brooklyn es uno de los puentes más famosos del mundo. Esta edificación, a pesar de su edad, sigue siendo uno de los atractivos turísticos de “la ciudad que nunca duerme”. La construcción se hizo entre 1870 y 1883, con una inversión de 15 millones de dólares y con más de 600 trabajadores; asimismo, la estructura está sostenida por cuatro cables de 1090 metros de largo y 40 centímetros de grosor.

La obra arquitectónica fue uno de los emblemas de la ingeniería norteamericana del siglo XIX por usar el acero como material a gran escala. A continuación, te contamos algunas curiosidades sobre este icónico puente.

Primer puente suspendido con cables de acero

El Puente de Brooklyn fue el primer puente suspendido a través de cables de acero en el mundo y por muchos años fue el puente colgante más largo del mundo con 486 metros de luz principal (la distancia horizontal entre los apoyos de las vigas del puente). Este récord duró hasta 1903, año en que el Puente de Williamsburg, también de Nueva York, se inauguró con 488 metros de luz principal.

Puente de Brooklyn: tragedias durante su construcción

A pesar de que el puente fue alabado por su diseño y materiales, su construcción no escapó de la tragedia. En los 13 años de cimentación al menos 20 personas fallecieron. El primero en morir fue el propio diseñador de la obra arquitectónica, el alemán John A. Roebling. El diseñador estaba haciendo un chequeo de rutina cuando sufrió un aplastamiento en un pie. Debido al accidente, varios dedos tuvieron que ser amputados; unas semanas después murió debido al tétano.

Tragedia en el puente… luego de su construcción

Luego de su inauguración las tragedias no pararon. En Memorial Day de 1883 una señora caminaba por el puente cuando uno de sus tacones quedó atrapado entre las tablas del piso. La mujer gritó pidiendo ayuda, lo que ocasionó pánico en el público del puente que creía que la estructura estaba colapsando. Esto generó una estampida humana que terminó con 12 fallecidos y cientos de heridos.

21 elefantes de circo en el Puente de Brooklyn

Luego de la estampida muchas personas comenzaron a desconfiar de la solidez del puente. La única forma de convencer al público de que la estructura era segura fue a través de algo único y llamativo. En 1884 el famoso circo de P. T. Barnum ofreció un desfile en el que su animal estrella, un elefante de siete toneladas llamado Jumbo, caminó acompañado de otros 21 de su especie desde Brooklyn hasta Manhattan.

El puente como hogar de halcones peregrinos

La cima de las dos torres de estilo neogótico se convirtió en uno de los hogares predilectos de los halcones peregrinos que habitan en la ciudad de Nueva York. Estos halcones desaparecieron de la costa este de los Estados Unidos debido a intoxicación producida por el pesticida conocido como DDT; no obstante, luego de la prohibición del químico en 1972 los halcones regresaron y encontraron un hogar en la cima de los rascacielos y del Puente de Brooklyn.

Culturizando

La piel es el órgano más grande del cuerpo, así como el más expuesto al sol. Aunque los rayos del sol aportan beneficios al cuerpo como la producción de vitamina D, también pueden ser nocivos si la piel no se protege adecuadamente. Por esto surge el protector solar, te lo contamos.

En la actualidad tener la piel bronceada es símbolo de belleza, pero no siempre fue así. Desde la antigüedad muchas civilizaciones intentaron descubrir componentes que protegieran de los rayos solares. En algunas civilizaciones, como la egipcia, adoraban al sol. No obstante, los egipcios conocían los daños que podían surgir en la piel por la exposición prolongada al sol. Es por esto que, para evitar los efectos negativos, se sumergían en el agua sin saber que en realidad esto bronceaba más la piel por el reflejo de la luz solar. De igual manera, intentaron proteger la dermis con barro del río Nilo y heces de cocodrilo.

Por otra parte, en el mundo antiguo tener un color de piel oscuro era lo opuesto a la apariencia deseada. Por ejemplo, en la antigua Grecia la piel clara era un elemento que indicaba riqueza y clase social alta. A medida que la piel era más oscura, peor estatus social tenía la persona. Lo mismo ocurría en el Imperio romano, donde tener la piel más bronceada significaba pertenecer a una clase trabajadora del campo.

Esta tendencia de mantener la piel pálida se mantuvo en Europa durante gran parte de la Edad Media y Moderna. Sin embargo, la tendencia cambió a partir del siglo XIX con la moda de ir por recreación a la playa. Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, surge el protector solar tal y como se conoce.

El origen del protector solar

El protector solar está ligado al ámbito militar. Durante la segunda Guerra Mundial los soldados estadounidenses que ubicados en diversas zonas del océano Pacífico pidieron que se les otorgara algún tipo de protección contra el fuerte sol tropical de la zona. El primer producto utilizado como protección fue el aceite de parafina, un subproducto proveniente del petróleo y obtenido luego de la refinación de la gasolina. Este primer producto era de color rojizo por un pigmento que era el encargado de proteger contra los rayos ultravioleta. Otro aspecto de este aceite es que protegía y bronceaba la piel. Por lo tanto, fue el primer protector y bronceador de la historia.

Luego de la Segunda Guerra Mundial el científico Benjamin Green vio la oportunidad de ofrecer comercialmente un producto similar al aceite de parafina. A partir de esto creó un protector solar llamado Coppertone, una crema de color blanco con esencia de jazmín y que al mismo tiempo bronceaba la piel. A partir de ahí, la mayoría de las marcas famosas de cosméticos empezaron su propia producción de protectores solares.

Culturizando

Estamos en pleno siglo XXI, ya las conversaciones sobre sexología no deberían representar un tabú para la sociedad. Así que es momento de instruirse y saber qué es aquello tan vital para la reproducción humana.

Conociendo a los diminutos…

Un comerciante neerlandés tenía un negocio de telas y mercería, del cual conocía muy poco, y en el que quería tener éxito. Con la finalidad de mejorar la calidad de sus telas se dispuso a mejorar los artilugios que le facilitara su observación, y así fue como decidió avanzar con el microscopio.

Le dedicó un tiempo considerable a la microscopía, y con ello, descubrió que este campo lo apasionaba. Es así como dejando a un lado las telas, empezó a estudiar otras cosas, entre ellas la sangre, el agua y su semen.

En 1677, envió una carta a la Royal Society (sociedad científica más antigua del Reino Unido), en donde detallaba su descubrimiento de numerosos “animálculos” en el esperma.

Anton van Leeuwenhoek fue el comerciante que gracias a este y otros hallazgos realizados a través de su invento, el “microscopio más avanzado de la época”, logró hacerse del título de “padre de la microbiología”.

Mejor alimentación, mejor semen

Un estudio desarrollado en julio de 2018 por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona en España, ha expuesto que la alimentación puede influir en la calidad del semen.

Los científicos evaluaron los parámetros que la Organización Mundial de la Salud considera que son las mediciones de la calidad del esperma, y están asociados a la fertilidad. Estos son: el conteo, la vitalidad, movilidad y morfología.

En el análisis participaron 119 hombres de edades comprendidas entre los 18 y 35 años, el grupo fue dividido en dos y los resultados arrojaron lo siguiente:

Quienes consumieron 60 gramos de frutos secos diarios (incluidos en su dieta normal), mostraron mejoras en los espermatozoides, además de la calidad aumentaron en cantidad; el conteo incrementó un 14%, la vitalidad 4%, la movilidad un 6% y la morfología en 1%.

Aquellos que no modificaron su dieta, no mostraron incidencias en su semen. A partir de allí, los analistas recomiendan que introducir en la dieta ácidos grasos omega-3, antioxidantes y ácido fólico de vitamina B, mejorarán la fertilidad y aumentarán las posibilidades de la concepción.

¿Semen o espermatozoides?

El semen es líquido, viscoso y blanquecino, que sirve como “un tanque” que transporta las células reproductivas que tienen la forma de un renacuajo (espermatozoides).

El fluido seminal protege el esperma, ya que su función es ayudarle a cumplir lo considerado como “misión biológica”, que es ingresar al cuerpo de la mujer. El fluido seminal es alcalino, de modo que evita la acidez en el interior de la vagina (que es muy ácido por su pH, situado en época fértil en los valores 4,5 y 5).

¿Qué cantidad de espermatozoides transporta el semen?

Es un promedio de millones. Expertos aseguran que entre los 20 y 300 millones de espermatozoides por cada mililitro, lo que constituye un 5% o 10% de lo eyaculado. La cantidad es sorprendentemente alta si se considera que un hombre puede eyacular varias veces al día.

Sin embargo, el 99% de estos no llegan ni siquiera a aproximarse al óvulo de la mujer, porque el mismo pH de la vagina está encima de 7, de modo que no todos son capaces de “sobrevivir”. Y de igual manera, si logran superar esta barrera natural, el óvulo libera los gránulos corticales, lo que impide que más de un espermatozoide pueda desarrollar un embarazo. Finalmente, es una carrera en donde solo uno de ellos resulta exitoso, si las condiciones se lo permiten.

Es importante destacar que no todos los hombres ni todo el tiempo, transportan la misma cantidad de espermatozoides cuando eyaculan, ya que un hombre promedio puede producir entre 2 y 5 mililitros de semen por vez

¿Desde cuándo un hombre puede producir semen?

Definitivamente no desde el nacimiento. Todo el proceso de producir semen llega en la etapa de la pubertad, cuando se forman en los túbulos seminíferos, órganos fundamentales para la formación del semen en los testículos.

Para completar el proceso de producción y maduración en el cuerpo masculino, son necesarias nueves semanas, en promedio.

Semen como crema corporal

Existen algunas fuentes que mencionan al semen como uno de los tratamientos utilizados por la imponente Cleopatra para mantener su piel joven y bonita. Basándose en esto, incluso existen marcas en el mercado que han empezado a vender productos naturales para la piel con este “componente”. Sin embargo, para la comunidad científica esto todavía no está 100% en lo cierto.

Resulta que el semen tiene espermina, un antioxidante de grandes efectos, además contiene vitaminas como la B12 y la C, lo que promueve el crecimiento de las fibras de colágeno. Sin embargo, el pH de esta sustancia interfiere con la barrera protectora de la piel, lo que permite la entrada de sustancias oxidantes y la hace más vulnerable a infecciones y al envejecimiento cutáneo.

Hombres diminutos

Luego de los hallazgos de Van Leeuwenhoek en el semen, toda la comunidad científica empezó a replantearse las bases de la reproducción humana y surgieron preguntas sobre su composición. No estaba nada claro si se trataba de… ¿parásitos? ¿Bacterias? ¿Humanos diminutos? Sí… se plantearon esa última posibilidad.

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