En entrevista con Confirmado.com el exministro y experto en derecho internacional enfatiza que Venezuela posee legítimamente todos los títulos para demostrar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sus derechos sobre la Guayana Esequiba. Expresa que el conflicto atañe directamente a la nación porque la identidad de Venezuela está construida sobre su territorio. “Y cuando se le quita a una población y a una nación le tasajeas una parte de su territorio, le estás quitando parte de su cuerpo. Entonces, no es un problema que pueda manejarse arbitrariamente desde el poder”, subraya
Sofía Nederr
La controversia de Venezuela con Guyana es un tema fundamental y vigente en el que debe invocarse la unidad nacional y sobre el cual el Estado tiene derechos, antecedentes, papeles e historia.
Asdrúbal Aguiar, exministro y experto en derecho internacional, enfatiza que Venezuela posee legítimamente todos los títulos para demostrar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sus derechos sobre la Guayana Esequiba.
“Cuando le tocó ser canciller a José Alberto Zambrano Velasco, durante el gobierno de Luis Herrera Campíns, lo primero que hizo con relación a Guyana fue reunir en cuatro tomos todos los títulos históricos y los argumentos que necesitaba Venezuela para defenderse. Yo me pregunto: ¿Se lo han leído? Esos tomos fueron publicados”, expresa.
En entrevista con Confirmado, Aguiar, también secretario general del Grupo Idea (Iniciativa Democrática de España y las América), expresa que el conflicto atañe directamente a la nación porque la identidad de Venezuela está construida sobre su territorio. “Y cuando se le quita a una población y a una nación le tasajeas una parte de su territorio, le estás quitando parte de su cuerpo. Entonces, no es un problema que pueda manejarse arbitrariamente desde el poder”, subraya.
Cuestiona las afirmaciones que se emiten desde el gobierno de Nicolás Maduro sobre el conflicto como, por ejemplo, los señalamientos de Hermann Escarrá, constitucionalista y diputado del PSUV, según el cual el problema se solventa con el dictado de algunas normas constitucionales y la elaboración de algunas leyes
“Ese es un tema que no se puede ni politizar ni partidizar: Se trata nada menos y nada más de una lucha de carácter histórico que arraigó de manera muy firme en la identidad nacional de los venezolanos y que ha sido asumido a lo largo de los años que tiene esta lucha, entre dictadura y democracia, como una suerte de política de Estado concertada. No es un tema para partidizarse, politizarse, ni para hacerse ejercicios retóricos ni populistas”, indica.
El abogado, que fue vicecanciller de Venezuela cuando se debatía sobre la hipótesis de Caraballeda para delimitar las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela en 1979, recuerda que cuando se estaba a punto de llegar a un entendimiento con Colombia, el país se levantó y las Fuerzas Armadas le pidieron al gobierno no aprobar la hipótesis de Caraballeda y no se hizo.
“Había un estado de conciencia nacional. La gran pregunta: ¿Qué le ha pasado al gobierno, cree que puede manejar esto consultando con Cuba? El primer elemento de negociación con la otra Venezuela es que tenía que haberlo asumido Nicolás Maduro más allá de todas sus diferencias y conflictos con el mundo opositor venezolano. ¿Será que la factura de la sociedad venezolana y ese desarraigo ha llegado al punto tal que a los venezolanos ya no les importa la tierra en la que viven?”, increpa.
La jurisdicción de la CIJ
Para Asdrúbal Aguiar resultan muy graves las descalificaciones que desde la administración de Maduro se ha hecho a la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El pasado 6 de abril, la Corte rechazó la excepción preliminar presentada por el gobierno venezolano sobre el diferendo limítrofe con Guyana por el territorio Esequibo que abarca 160.000 kilómetros cuadrados y determinó que tiene jurisdicción para pronunciarse sobre la disputa.
“¿Qué decidió la CIJ? Tiene competencia para conocer lo que ha planteado Guyana. Segundo, le advertimos a Venezuela que el hecho de que pretenda ponerse al margen del proceso que se abre en la Corte no significa que mañana pueda decir que no va a quedar obligada por lo que se decida. Se está dando la oportunidad para esgrimir sus títulos históricos”, indica.
Señala que cuando Guyana presentó la demanda ante la Corte la reacción de Venezuela fue decir que no se hacía parte en el proceso y no acudió al tribunal. “Pero, por el otro lado, le mandó un memorándum muy largo al tribunal. Es como decir ‘estoy y no estoy’, lo cual es una falta de seriedad ante una corte tan importante como la CIJ”, acota.
El abogado recuerda que luego vino una segunda etapa en la que Venezuela planteó que no podía continuar sino se cita a Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Sin embargo, destaca que, desde que comenzó el proceso de ejecución del Convenio de Ginebra de 1966, el cual llevaba un conjunto de etapas sucesivas que iniciaron con la Comisión Mixta instalada en tiempos del presidente Raúl Leoni, ni Guyana y Venezuela convocaron ni le pidieron permiso a Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre las ejecuciones que se han realizado a la luz del acuerdo.
“Cuando se decidió poner en manos del Secretario General de Naciones Unidas para que ayudara a resolver problemas, nunca se llamó a Gran Bretaña e Irlanda del Norte. ¿De dónde viene este disparo al piso? Uno se preocupa: ¿estarán ejercitando en esta materia por desconocimiento o tienen un asesoramiento jurídico que no es el más competente?”, puntualiza Aguiar.
Asimismo, indica que uno de los aspectos que más le han preocupado en relación con la controversia sobre el Esequibo es que hubo otra tesis que se debatió y que era discutible: ¿puede o no puede la CIJ conocer de un acuerdo en el que los Estados se comprometieron a resolver amistosamente el tema? Destaca fue un tema que se debatió antes de la primera sentencia de la corte.
En ese sentido, había un planteamiento para tratar de lograr una solución amigable al conflicto. Pero, dado que la situación no llega la cuestión va a otras instancias. Tras la segunda decisión de la CIJ, la corte dice que el proceso sigue adelante y que Venezuela se defienda.
“¿Qué es lo que plantea la Corte? ¿Vamos a discutir si el Laudo Arbitral de 1899 es un laudo legítimo, licito, o es un laudo que fue dictado dentro de un ambiente de corrupción judicial y que violentó las reglas del derecho? Venezuela ha luchado desde que Simón Bolívar inició esta tragedia, cuando envió emisarios a Londres para reclamar los límites de Venezuela en el Esequibo, porque Venezuela toda la vida ha sostenido que tiene títulos suficientes que demuestran que es la real titular de esa jurisdicción que hacía parte de la Capitanía General de Venezuela”, enfatiza.
El experto en derecho internacional sostiene que debe resolveré un primer problema: “¿Es válido o no el laudo arbitral de 1899? Si la CIJ dice que es válido, no hay nada que discutir, se queda Guyana con la Guayana Esequiba. Pero, la Corte puede decir que ese laudo no es válido y por eso en su primera sentencia dice que se va a decidir si el laudo es o no valido y eventualmente sería la cuestión conexa. La cuestión conexa significa proceder a limitar el territorio. La Corte hace ese avance porque es probable que se declare la invalidez del laudo, pero al hacerlo quedamos en blanco. Es por eso que Venezuela tiene que estar preparada: en primer lugar, para demostrar que el laudo es invalido y ese es un trabajo jurídico que no se resuelve con gritos en la calle”.
“¿Qué le cuesta a Venezuela, en primer lugar, decir vamos a la Corte Internacional de Justicia?”, pregunta. Destaca que se trata de jueces serios que no están a la orden de los Estados, “no dependen del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de las decisiones de la Asamblea General de la OEA. Cualquiera que lea las credenciales de esos jueces se darán cuenta que son jueces con trayectoria de los màs altos tribunales del mundo, entonces decidirán conforme a derecho. ¿Ahora, usted què tiene que hacer? Demostrar ante la Corte, y hay elementos suficientes para hacerlo, que ese laudo no es válido”.
Añade que, si se gana la primera fase, habrá una primera victoria para Venezuela. Y argumenta: “Para que la Corte diga que ese Laudo Arbitral no es válido va a tener que acabar con su propia jurisprudencia y no lo va a hacer”.
Aguiar advierte que la segunda parte es la màs complicada: como no hay laudo y se quedaría en cero, Guyana tiene unos títulos y Venezuela otros. Cada una de las partes tendrá que presentar sus títulos históricos. Venezuela cuando inició esta carrera lo hizo porque tenía títulos históricos suficientes para defender su titularidad en la Guyana Esequiba. “Si tiene la oportunidad, por primera vez, de ir a un tribunal internacional a esgrimir sus derechos. ¿Por qué no lo hace? Esas es la gran pregunta. Tenemos 60 años conversando y en 60 años no ha pasado nada”, plantea.
En ese contexto, destaca, lo que procede es que Venezuela prepare su réplica ante Guyana con seriedad y competencia jurídica, lo cual implica “poner de lado los estados emocionales porque eso no sirve ante la Corte de La Haya”.
El diálogo en Venezuela
Sobre los procesos de diálogo en Venezuela y tras la Conferencia Internacional sobre Venezuela, que se realizò el 25 de abril en Bogotà a instancias del presidente Gustavo Petro, y la cual insistió en la necesidad de retomar la Mesa de Negociación y Diálogo en Mèxco, Asdrùbal Aguiar señala que en 20 alños estos procesos han sido instrumentos usados por el gobierno nacional para “darse oxìgeno en medio de su crisis, pero nunca para llegar a acuerdos o si llegase acuerdos, como cuando tuvo lugar el referéndum revocatorio del año 2003-2004, para no cumplirlos”.
Añade que antes de llegar a la cumbre de Bogotà, el gobierno de Nicolás planteó su requerimiento de que le levanten las sanciones y la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria que quiere elecciones. “¿Què concluyeron? Que uno quiere suspensión de las sanciones y el otro elecciones. Otro aspecto es que la representación en la conferencia fue un nivel diuplomatico de segundo nivel y cuando hay conferencvias de esa naturaleza, cuando se reúnen en plenario es porque previamente las Cancillerìas han debatido la agenda y han llegado a acuerdos. Cuando se sientan, llegan a santificar los acuerdos, aquí llegaron sin agenda”, subraya.
Aguiar también lamenta la falta de instinto político de los opositores que llegaron a Colombia en el marco de la conferencia: “Si llegan debilitado porque ya no tiene ni siquiera el interinato y tiene un control muy débil sobre los instrumentos internacionales como los poderes de Colombia y Venezuela ahora;: señores, aprovechen el elemento mediático que le llegó caìdo del cielo como la llegada de Juan Guaidò, pare la mesa, suspenda su presencia y diga que no se reúnen porque en medio de la negociación ustedes demuestran espíritu de persecución. Eso fue un trato bufo”.
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