En occidente, el modelo de inodoro que viene con cisterna incorporada es el más conocido, pero en países como Japón la deposición se ha realizado en diferentes tipos de dispositivos a través del tiempo. Entérate aquí de cómo ha sido la historia de los inodoros en Japón.

En Japón, los sistemas de drenaje más antiguos datan del siglo III a. C. Pero no es sino hasta el período Nara (del 710 al 794 d. C.), en que se instaura un sistema de alcantarillado con corriente de agua, considerado como el antepasado más remoto del inodoro tradicional japonés.

Este dispositivo para el despacho de excremento era similar a una placa turca. Consistía en unas corrientes de agua de 10 a 15 centímetros de anchura, conectadas a la superficie por un agujero, encima del cual el usuario se ponía en cuclillas, para hacer sus necesidades.

Aunque el modelo de placa turca es el que se termina imponiendo, por mucho tiempo el uso de letrinas con foso séptico fue más común. Motivos económicos explican tal tendencia: un foso séptico es más barato que un sistema de tuberías. Aparte, las heces almacenadas podían usarse como fertilizante.

Tiempos modernos

El uso de sistemas modernos de alcantarillado, con ladrillo y cerámica, data de 1884. Sistemas de este tipo empezaron a ser más comunes luego del Gran terremoto de Kanto (del 1 de septiembre de 1923). La innovación pretendía reducir el riesgo de epidemias, en caso de que hubiese otro sismo.

Los inodoros de estilo occidental ya existían en Japón para 1940. Pero es solo después de la Segunda Guerra Mundial, y debido a la población americana residente en el país nipón, que el inodoro con cisterna se vuelve popular.

Más tarde, en 1980, habiéndose inspirado en los inodoros suizos y estadounidenses con bidé incorporado, la compañía de aparatos sanitarios Toto desarrolló el washlet. Se trata de un inodoro que cuenta con un chorro de agua vertical, que sirve para lavar los genitales y el ano, tras la defecación.

En la actualidad se puede encontrar en Japón inodoros de estilo occidental y con bidé. No obstante, aún hoy los japoneses siguen prefiriendo el modelo de la placa turca, ya que consideran que es más higiénico defecar sin tener que tocar la tapa del inodoro.

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Toblerone es el chocolate suizo más famoso del mundo, y probablemente el de mayor presencia en cualquier duty-free. Te traemos 5 curiosidades que no sabías sobre este dulce…

1. Los símbolos de su logo

El logo de Toblerone es la silueta de una montaña; esta silueta es la del monte Cervino, uno de los picos más altos de los Alpes; además, dentro de esta silueta de montaña está la figura de un oso en dos patas.

Esta figura del oso fue colocada en honor a Berna, que es conocida como “la ciudad de los osos”; este fue el lugar en el que Theodor Tobler y Emil Baumann crearon la receta de los chocolates con turrón.

2. Más de 110 años de historia

La empresa Tobler se creó en Berna, Suiza, en 1899. Su fundador, Jean Tobler, fue el padre de Theodor Tobler, quien escribió en 1908 la receta de una de las barras de chocolates más conocidas en el mundo.

Theodor y su primo Emil decidieron agregar trozos de turrón a la receta que ya fabricaba la empresa de su padre. Es por esto que la barra tiene el nombre de Toblerone, es una combinación de Tobler, con el dulce navideño italiano turrone.

3. La forma de sus barras

La barra de chocolate Toblerone, a diferencia de muchas otras, está subdividida en triángulos. Existen unas teorías que intentan explicar el origen de la forma del chocolate, más allá de lo estético.

La primera es que tiene forma de triángulo por el monte Cervino, para rendirle honor, al igual que el logo; pero la más extendida, dada por Andreas Tobler, es que su abuelo era francmasón y decidió usar un símbolo de la logia.

4. Una viceministra sueca renunció por un Toblerone

En 1995, Mona Sahlin, la vice primera ministra sueca, utilizó su tarjeta de altos servidores públicos para comprar dos barras de Toblerone. Debido al mal uso de fondos públicos y poca transparencia fue obligada a renunciar, y a permanecer diez años fuera de actividades políticas.

5. El Toblerone cambió la forma de su barra

En el año 2016 debido a un gran incremento en costos de producción, Toblerone tuvo que disminuir el peso de sus barras y aumentar la distancia entre sus triángulos para su producto de Reino Unido.

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Se han hecho diferentes estudios, la mayoría simulados, para determinar la fuerza de las mordidas de varios animales.

En 2012, Gregory M. Erickson publicó en PLOS ONE una investigación que demostró que el cocodrilo es el animal con la mordida más fuerte. Aquí te contamos más.

Hace unos años, Gregory M. Erickson junto con otros científicos, iniciaron un experimento sobre la relación entre la fuerza de la mordida de un cocodrilo con su tamaño, dientes, dieta, forma de la mandíbula y del cráneo, etc.

El experimento consistió en el estudio de 23 especies vivas de la familia crocodilios, lo que dio como resultado que la fuerza de la mordida es relativamente proporcional a la de la masa corporal de estos reptiles.

El animal con la mordida más fuerte registrada en una investigación

Al avanzar en las investigaciones, se demostró que, en promedio, la mordida de un cocodrilo marino era equivalente a 8.983 Newton (N) o 916 kg; sin embargo, encontraron un individuo de la especie que marcó un récord de la mordida más fuerte registrada. La fuerza de su mordida era de la impresionante fuerza de 16.414 N (1.700 kg).

En contraste, para entender la fuerza que eso significa, tenemos que la fuerza de la mordida humana en promedio es de 45 kg aproximadamente, y la mordida más fuerte de un humano registrada fue de 443 kg, en una investigación hecha en 1986 en la Universidad de Florida.

Gracias al trabajo de estos investigadores, se pudo calcular cuánta fuerza podría haber tenido el cocodrilo prehistórico más grande que se ha encontrado, el Deinosuchus, con un estimado de 102.750 N (10.500 kg).

Otras mordidas fuertes calculadas

En 2008 se estudió la fuerza del tiburón blanco mediante una simulación, que dio como resultado que la fuerza de un ejemplar de 6.5 metros era de unos 17.790 N; sin embargo, al tratarse de una simulación, no se toma en cuenta los resultados que indican cuál es la mordida más fuerte.

También se ha estudiado la mordida del T. rex, y se ha comparado con el nuevo cálculo de la mordida del Deinosuchus. Al no tener manera de saber cómo eran los músculos de dinosaurio, no se ha podido calcular con exactitud la fuerza de su mordida. Se sostiene que la fuerza su mordida era de 13.400 N a 57.000 N (aproximadamente), lo cual, de ser cierto, es poco en comparación con los 102.750 Newton del Deinosuchus.

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