Desde los besos que tu mamá te daba cuando eras un pequeño a los que tanto disfrutas de tu enamorado o enamorada e incluso hasta los que le das a tu mascota, mientras te estás besando, toda clase de cosas muy interesantes ocurren a muchos niveles.
Los besos constituyen una importante herramienta en las relaciones humanas, eliminan estrés y hasta pueden llegar a volverse una adicción, pero hay muchas otras cosas que seguro no sabes sobre este peculiar accionar romántico prácticamente instintivo. Hoy te traemos 10 datos curiosos sobre los besos que probablemente desconocías.
10. Besar a tu mascota aumenta las bacterias en tu boca
Es de lo más lógico, si eres de los que les gusta besar a sus mascotas, ten en cuenta que tanto el pelaje del animal como su cavidad bucal (si tus sentimientos por la criatura son lo suficientemente intensos y extravagantes como para besarle allí) está plagada de enormes cantidades de bacterias.
En el 2012, un estudio desarrollado por un grupo de científicos japoneses en la Universidad de Osaka demostró como bacterias como las P. gulae, T. forsythia y C. rectus frecuentemente viven en la saliva de los perros domésticos, por ejemplo, y que hasta un 30% de quienes tienen estas mascotas en el hogar, también tienen estas bacterias en su organismo, especialmente en la boca.
El equipo concluyó en que los perros domésticos pueden transferir bacterias a sus dueños y provocar enfermedades en las encías extremadamente perjudiciales. Así que cuando se trate de tu mascota… procura evitar los besos de ahora en más. De hecho, los científicos no sólo recomiendan evitar el acto, sino también cepillarse los dientes después de jugar con ellos.
9. El beso de una mamá a un bebé puede provocar caries
Besar a tus mascotas puede provocarte caries y varias enfermedades dentales, aunque debes tener en cuenta que besar a tu mascota puede ser igual o incluso hasta menos peligroso que besar a un humano. En este caso, los besos de una mamá a los niños pequeños resulta igual de peligroso, pero claro, el cariño y el sentimiento realmente lo vale…
De todas maneras, es interesante saber que, por ejemplo, la principal fuente de transmisión de bacterias dañinas que reciben los niños pequeños, proviene de la saliva de su madre y son las que comúnmente provocan las caries. La Streptococcus mutans es la más frecuente, ya que abunda en la saliva de los adultos y puede pasar de la madre al niño por los besos, el habla y el prolongado contacto que naturalmente, la madre tiene con los pequeños.
8. Los besos de los padres mejoran el desarrollo del niño
Como te decía, que la boca de tu madre tenga unas cuantas S. mutans en realidad no importa tanto si contrastamos ese peligro biológico con los beneficios psicológicos, cognitivos y emocionales que tienen esos besos llenos del amor más puro. Los recién nacidos, bebés y niños pequeños que con frecuencia reciben besos y abrazos de su madre y padre durante estos períodos, se desarrollan con más facilidad y rapidez que los que no los reciben o lo hacen con menos frecuencia. El contacto físico, los modos en los que el beso y el abrazo funcionan como una herramienta comunicacional, fortaleciendo los vínculos y transmitiendo seguridad, confianza y apoyo al niño, estimulan y ayudan al infante a desarrollarse mejor y más rápido.
7. Besar puede reforzar tu sistema inmunológico
Sabemos muy bien cuántas bacterias y gérmenes viven tu boca, la mía y la de todos. También lo peligroso que es esto y aún más la clásica frase de Nietzsche, “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, una frase que seguro escuchaste hasta el cansancio y que ahora realmente podrás aplicar con sentido. Lo cierto es que si bien nuestras bocas están repletas de peligrosas bacterias y esto puede ser peligroso, en realidad es mucho más probable que el beso mejore tu sistema inmunológico, te vuelva más resistente y capaz de lidiar, por ejemplo, con varios tipos de alergias. Los besos hacen que nuestro organismo entre en contacto con las bacterias que habitan la saliva de otras personas y esto estimula nuestro sistema inmunológico a gran escala, poniéndolo a trabajar y a ejercitarse duramente, entre otras cosas, haciéndolo más fuerte.
6. Besarse reduce tu estrés y te relaja igual que una sesión de yoga
Que la práctica de yoga reduce los niveles de estrés e incrementa la relajación en las personas que lo desarrollan correctamente es un hecho y está científicamente comprobado que funciona. Lo que también se sabe es que, en los mismos términos, una sesión de 1 hora de yoga produce exactamente el mismo efecto en los individuos que besarse asiduamente con un ser querido, con el cual se mantiene una relación sentimental.
De hecho, años atrás se realizó un estudio al respecto en el que se pidió a 2 grupos de parejas que uno aumente el tiempo y la frecuencia con la que se besaban, mientras que al otro se les pidió lo opuesto durante un lapso de 6 semanas. Transcurrido este período, el grupo 1 mostró haber disminuido sus niveles de estrés y ansiedad, mientras que el segundo, el cual tuvo que abstenerse del besuqueo, presentó niveles más elevados.
5. La mayoría besa inclinando su cabeza hacia la derecha
Para besarnos, necesariamente inclinamos nuestra cabeza hacia un lado para que nuestras narices no se choquen. Resulta bastante obvio, pero un grupo de investigadores irlandeses realizaron una experiencia tras la cual dieron cuenta de que más del 80% de las personas se inclina hacia la derecha al momento de besarse. Cualquiera podrá pensar que ésto se explica fácilmente al considerar la cantidad de zurdos y derechos que existe, sin embargo, en el estudio se notó también que la gran mayoría de los zurdos se inclinan del mismo modo, es decir hacia la derecha.
4. El primer beso realmente cuenta
Más allá de los cuentos de hadas y princesas, las películas románticas y demás, el primer beso realmente cuenta y puede sellar una relación afectiva duradera o bien destruirla de inmediato. Aunque puede resultar de los más peculiar y extravagante, ésta es una cuestión que fue analizada desde las ciencias y según asegura la antropóloga biológica Helen Fisher, de la Universidad Rutgers, el beso es un complejo mecanismo a través del cual las personas evalúan a quién puede o no ser su compañero sentimental a distintos niveles y en esto inciden diversos factores.
Varios estudios han señalado que este mecanismo se desarrolla con más intensidad en las mujeres y que factores como problemas dentales, la forma de la boca, el aliento y las habilidades para hacer de un beso un momento placentero que provoque reacciones químicas a nivel cerebral, inciden directamente en la elección del compañero a partir del primer momento en el que la pareja se besa. Nada que no supiéramos, pero es 100% real.
3. El Síndrome del besador compulsivo realmente existe
Continuando en la misma línea de datos disparatados sobre los besos, ¿alguna vez escuchaste acerca del “Síndrome del besador compulsivo”? Bueno, permíteme contarte que es algo real y que por ende, existe: básicamente, son personas adictas a los besos. Se trata de un peculiar tipo de trastorno obsesivo compulsivo y fue descrito en una entrega de la Journal of Psychiatry del año 2012, publicada en Australia y Nueva Zelanda.
2. Los labios estimulan muchas partes del cerebro y…
La boca es la gran protagonista de todo beso y a su vez, los labios y la lengua juegan un papel más que fundamental. El dato interesante es que allí, en los labios, hay una enorme cantidad de sensibles receptores que envían numerosos impulsos neuronales y que estimulan no sólo la actividad cerebral, sino todo el cuerpo, provocando toda clase de resultados, desde una ruborización a una excitación sexual y en los hombres, por supuesto, una erección. Tranquilo, no es que seas un maníaco, pero un simple beso puede provocarte una erección, acompañada de un amplio abanico de sentimientos, emociones y cambios en el cuerpo en ese momento sublime.
1. Hay personas que pueden tener orgasmos con un beso
¿Creías que eras muy bueno besando? Bueno, todos estamos de acuerdo con que un buen beso nos puede quitar el aliento, y, como vimos, provocarnos toda clase de cosas, pero ¿un orgasmo? Sí, también, un beso puede provocar un orgasmo: sin ningún tipo de estimulación o contacto genital. Esto es posible y, en ello, las emociones son primordiales. ¡A intentarlo!
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